Una naviera danesa probará una ruta por el Ártico para transportar contenedores
El grupo danés asegura que el viaje servirá para comprobar la viabilidad operativa y recopilar datos
La empresa Maersk, una de las mayores navieras del mundo, va a enviar en los próximos días un buque portacontenedores por la ruta del mar del Norte, que atraviesa el Ártico y que solo es navegable en verano. Aunque otras navieras ya han realizado transportes de petróleo u otras mercancías, como palas de aerogeneradores, por esa vía, que ahorra miles de kilómetros respecto a la habitual que pasa por el canal de Suez, este será el primer viaje de un portacontenedores. Se trata de un "ensayo" para recoger datos de cara a evaluar la posibilidad de establecer una ruta comercial para los cargueros de contenedores.
El barco que realizará el transporte, el Venta Maersk, es un rompehielos de última generación de 200 metros de eslora capaz de transportar 3.600 TEUs (Twenty-Foot Equivalen Unit, el nombre técnico de los contenedores de 20 pies de largo, unos seis metros, que se usan habitualmente para el transporte de mercancías). El buque, el cuarto de una serie de siete rompehielos de bajas emisiones contaminantes destinados al Báltico y fletados el pasado mes de julio por la naviera danesa, transportará un cargamento de pescado congelado y productos electrónicos y minerales desde Vladivostok, en el extremo oriental de Rusia, a San Petersburgo, donde atracará a finales de septiembre tras pasar por Busan (Corea del Sur) y Bremerhaven (Alemania). Fuentes de la empresa afirmaron que, si bien las fechas aún pueden sufrir cambios, se prevé que el carguero estará cruzando el estrecho de Bering, entre Rusia y Alaska, en torno al 1° de septiembre y llegará a su destino a finales de mes.
Será un periplo de unos 16.500 kilómetros, 7500 menos que si realizase el porte por la ruta habitual que conecta Asia y Europa, por el sur, rodeando el continente asiático y atravesando el canal de Suez. Un transporte habitual de esta compañía entre Vladivostok y Helsinki (Finlandia) tarda un mínimo de 52 días, según la web de Maersk. Por la ruta ártica, se estima que la duración del viaje no exceda de los 40, según el calendario que maneja la naviera. En todo caso, la fecha de llegada es aproximada, puesto que no se sabe qué condiciones puede encontrarse el barco en el océano Ártico.
Precisamente esa incertidumbre sobre esas condiciones en el Círculo Polar hace muy difícil establecer un calendario preciso, lo que dificulta que esta ruta ártica pueda ser una vía estable y regular para el transporte de mercancías, que en muchos casos tienen que estar entregadas en plazos concretos. Además, se trata de una senda –Ruta Polar de la Seda la han llamado algunos– que solo está abierta tres o cuatro meses al año, en verano. Por ello, pese al ahorro de tiempo, de momento Maersk no contempla esta vía como "una alternativa comercial" a la red de rutas que opera en la actualidad.
De hecho, las fuentes de Maersk recalcaron que el ensayo "servirá para evaluar las condiciones del hielo en la zona" y probar los sistemas que incluye el barco, entre ellos un sofisticado sistema de control remoto, operado desde tierra, de la temperatura de los hasta 600 contenedores refrigerados que puede transportar el barco. En definitiva, para "recoger datos" y "ver si es viable operar esta ruta con barcos contenedores".
Si bien la naviera danesa será la primera que realice un transporte de contenedores por la ruta del mar del Norte, no será la primera vez que un barco de mercancías atraviese las aguas polares en los meses de deshielo. Otras compañías, como la firma asiática China Ocean Shipping Company (COSCO) o la japonesa MOL, están experimentando también con esta ruta. COSCO ha realizado hasta la fecha 14 viajes con cargamentos de petróleo, gas e incluso enormes palas para aerogeneradores, según informaciones facilitadas por la empresa. Algunos expertos citados en publicaciones especializadas afirman que Maersk inicia las pruebas con la intención de no quedarse fuera del negocio.
La ruta del mar del Norte, que se extiende desde el estrecho de Bering, entre Rusia y Alaska a lo largo del extremo norte de Rusia y hasta su salida cerca de Noruega, puede llegar a ser a largo plazo una alternativa al canal de Suez para el comercio entre Asia, Europa y Norteamérica. Actualmente, este camino es transitable alrededor de cuatro meses al año –desde finales de julio a noviembre–, evita unos 7000 kilómetros y suprime el potencial cuello de botella del canal de Suez. Sin embargo, el calentamiento global puede ampliar la ventana de navegabilidad: el 40% de la capa de hielo ha desaparecido tan solo en las últimas cuatro décadas, según expertos de la ONU. Este deshielo ha permitido la apertura de esas rutas hasta hace no mucho impracticables, que pueden ahorrar tiempo, pero que pueden terminar resultando más caras, ya que necesita rompehielos y las embarcaciones tienen que ser más pequeñas que las que cruzan el canal de Suez. Por este paso que conecta el Índico y el Mediterráneo pasaron el año pasado 17.550 buques, según las estadísticas de la Autoridad del Canal de Suez. Por el mar del Norte, apenas 19 en 2016, según los datos oficiales recogidos por el organismo noruego Centre for High North Logistics.
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