Una historia centenaria respalda a la destilería argentina que nació para exportar
Nació en Mendoza y ya lleva cinco generaciones de especialistas y empresarios en el sector; introdujo el gin con uvas Malbec a Europa
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Se acerca el día mundial del gin, que se celebra el segundo sábado de junio, y esta es la historia de Hilbing Franke Distillery, que nació en Mendoza pensada para el mercado exterior. “Empezamos mirando el mundo más que al mercado interno porque por entonces en la Argentina era difícil instalar estas bebidas por la cultura alcohólica que había; recién ahora empieza a despertar el interés y afuera crece la demanda de los destilados artesanales, que son productos ‘boutique’ que nos permiten ingresar a muchos mercados que están permeables a marcas nuevas y sabores diferentes con calidad superior”, explica Walter Hilbing, un ingeniero en Electrónica que fundó junto a su padre Hilbing Franke Distillery.
El 60% de la producción de este año, que rondará los 70.000 litros, irá afuera. Los productos de la marca están en Estados Unidos, Canadá y Europa –en 2005 hicieron las primeras operaciones con Suiza y, poco después, Alemania-, y están abriendo Colombia. Sus bebidas espirituosas Premium llevan ganados varios premios en la última década. Aunque las “estrellas” son sus grapas, vienen ganando terreno con los gin –la variedad Malbec ya pisa fuerte- y con su licor cítrico.
Historia familiar
La familia se dedica a la fabricación de bebidas alcohólicas desde hace más de un siglo. En 1870 Pablo Loos –doctor en Ciencias Naturales, tatarabuelo de Walter Hilbing- llegó a la Argentina desde Alemania. Aunque su destino originalmente era Brasil para hacer una investigación en el Mato Grosso, la demora en la llegada de equipos hizo que se desviara hacia Chile. En el camino, en Río Cuarto, conoció a Ema, “el amor de su vida” y decidió radicarse en la Argentina.
En Mendoza, con el francés Michell Pouget, fundaron la primera Escuela Agrícola de la provincia. Entre otras cosas, Pablo Loos estudió el comportamiento del viento andino llamado Zonda y su impacto en la distribución natural del agua en la región, importante para los productores de frutas y hortalizas de la provincia. A fines de 1890, el yerno de Loos, el alemán Juan José Gaspar Hilbing, plantó las primeras 400 hectáreas de Malbec, hoy el varietal emblemático de Argentina. Fundó la bodega “La Alemana” con una capacidad de 15 millones de litros.
En 1892 Fritz Wiebe, un maestro cervecero, llegó a Mendoza y Otto Bemberg lo contrató para crear “Quilmes-Andes”. De la unión de esas familias nace Rolando Hilbing, el primer maestro destilador de la Argentina y junto a su hijo Walter, creador de Hilbing Franke Distillery en 2009. Son cinco generaciones dedicadas a la elaboración de bebidas alcohólicas desde 1870.
La destilería compra la materia prima a productores de Luján de Cuyo, donde están: “Nuestro lugar, el elegido para nuestras instalaciones, tiene que ver con la ubicación. Aquí la materia prima agrícola es de primer nivel. La zona cuenta con una sumatoria de factores positivos, como el clima y la altura. Somos la única destilería de Sudamérica que tiene todos sus productos premiados durante más de una década”, dice Hilbing.
Explica que la competencia a nivel internacional es mucha. “Esta es una actividad centenaria en el mundo –agrega-. En la Argentina arrancamos más tarde, pero en 1840 todas las bodegas tenían su destilería”. Subraya que es una actividad que requiere extremos controles por la toxicidad de insumos que se emplean. “No se trata de poner un galpón y empezar porque hay riesgo de vida para quienes manipulan”.
La empresa importa tecnología de primer nivel para lograr, junto a la materia prima de “excelente” calidad, productos premium. Las instalaciones tienen capacidad para producir 400.000 botellas al año. La expectativa de Hilbing es que el mercado interno siga creciendo, lo que le dará un impulso –junto al consumo internacional- a la fabricación.
En 2020 su gin Hilbing Malbec fue premiado en Canadá, uno de los mercados más exigentes del mundo; fue lanzado al mercado en 2017 y en 2020 se quedó con el Alberta Beverage Awardsen de plata en la categoría “selección de jueces” por su “calidad y originalidad”. Participaron 850 marcas de todo el mundo. “Llegar a su góndola significa haber pasado por exhaustivas evaluaciones y controles”, apunta Hilbing. El gin se hace con uvas de primera calidad Malbec y es el proceso de maceración el que le da a un toque especial “con un fondo de enebro y cítricos, complementado con notas florales de rosa silvestre y flores de tilo”. El agua de deshielo de los Andes termina de completar la receta.
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