Una diplomacia comercial capaz de potenciar la industria

La diplomacia comercial tiene un importante rol a jugar en la formulación e implementación de un plan de desarrollo a nivel internacional. Existe un cierto acuerdo en que el modelo de desarrollo argentino debe impulsar las exportaciones de productos primarios y manufacturas de origen agroganadero, ambos con potencial competitivo global y demanda creciente. Pero falta unidad de criterio en cuanto al rol que debe jugar el sector industrial no agropecuario, y cómo debe ser apoyado por la diplomacia comercial.

En términos de exportaciones, las manufacturas de origen industrial (MOI) ya juegan un rol importante. Representaron 32% de las exportaciones en 2015, sólo inferior a las manufacturas de origen agropecuario (41%), pero superior a las exportaciones de productos primarios (24 %).

Para analizar el futuro de las MOI, es válido evaluar las situaciones y experiencias de otras naciones. En ese sentido es interesante analizar un trabajo de la consultora Abeceb sobre la nueva división mundial de la competitividad industrial. Teniendo en cuenta el porcentaje que representan las manufacturas industriales sobre el PBI para un grupo de países y el Valor Agregado (VA) industrial per cápita, 19 países quedan clasificados en cuatro cuadrantes que ilustran los estadíos de desarrollo industrial.

• Grupo 1. Rezagados. Tienen bajo VA industrial per cápita y bajo porcentaje de manufacturas industriales sobre el PBI. A este pertenece la Argentina, Brasil y Vietnam.
• Grupo 2. Tigres. Bajo VA industrial per cápita, alto porcentaje de manufacturas industriales sobre el PBI. Allí están Indonesia, China y Tailandia. Estos países asiáticos, en base a bajos salarios, aumentaron dramáticamente el porcentaje de MOI sobre el PBI, algo que Vietnam podría hacer. Pero este camino no sería posible para la Argentina y Brasil, con alto nivel salarial.
• Grupo 3. Campeones. Alto VA industrial per cápita y alto porcentaje de MOI sobre el PBI. Incluye a Alemania, Japón y Corea del Sur. Estos países, que alcanzaron primero un alto porcentaje de manufacturas industriales sobre el PBI, y que tienen hoy altos salarios, aumentaron su VA industrial per cápita en base a una mayor productividad e innovación , nuevas tecnologías y la calidad de sus servicios.
• Grupo 4. Economías Maduras. Alto VA industrial per cápita, bajo porcentaje de MOI sobre el PBI. Incluye desde países nórdicos como Suecia y Finlandia, hasta Australia, pasando por Canadá y los Estados Unidos.

Aunque hay varios senderos de desarrollo industrial posibles, el camino más factible para la Argentina parece ser el de evolucionar del cuadrante de los países Rezagados, al de las Economías Maduras. Dado su alto nivel salarial, no parece probable aumentar sustancialmente el porcentaje de manufacturas industriales sobre el PBI, como lo hicieron los Tigres. A su vez, el no llegar a este estadío, le imposibilita evolucionar luego al cuadrante de los Campeones, como lo hicieron en su época Corea o Japón.

Por ello, el camino más factible a seguir es, en base a inversiones, productividad e innovación , aumentar el VA industrial per cápita. Esto puede ser en base a un aumento de VA en los productos producidos o aumentando la cantidad producida, lo que puede ser potenciado a través de mayores exportaciones industriales. Pero el rango de opciones para la Argentina en esta evolución de Rezagado a Economía Madura es bastante amplio, ya que puede mantenerse en los niveles actuales de 16,8 % de manufacturas industriales sobre el PBI, como Finlandia (17%) o Suecia (16%) o seguir el ejemplo de Australia (7%).

Pero dado que nuestra industria es una importante vía de aprendizaje tecnológico es oportuno recordar la frase de Henry Kissinger: "Un sistema avanzado de aprendizaje tecnológico se convierte en un prerequisito para el poder de un país a largo plazo". Así, es necesario aprovechar la valiosa base industrial presente, pero mejorando su perfil tecnológico y competitivo.

Objetivo estratégico

Un objetivo estratégico para la Argentina debe ser el mantener el porcentaje de manufacturas industriales del PBI lo más alto posible, siempre que estas sean competitivas por lo menos a nivel regional. Esto es importante para la creación de puestos de trabajo con altos salarios, y para evitar que la sociedad "subsidie" este importante sector productivo.

Por ello un foco de la diplomacia comercial debe estar en apoyar la expansión internacional de los sectores industriales con competitividad regional y global. Focos importantes deben ser el Mercosur, que recibe el 41,5% de las exportaciones de MOI; América del Norte (17,5%) y los países sudamericanos de la Alianza del Pacífico (8,7%), debiéndose profundizar acuerdos de cooperación económica con estos últimos.

Pero también es importante notar que 26,8% de las exportaciones de MOI va a otros continentes, en particular a la Unión Europea, China, Japón, Sudáfrica y Australia. Lo que implica que hay que trabajar con las empresas nacionales y las multinacionales instaladas en el país , para mejorar su productividad y seguir identificando oportunidades en las cadenas de valor fuera del continente americano.

También se debe estimular la transformación tecnológica y la competitividad de los sectores que sólo compiten localmente, y representan 25% del PBI industrial. Si estos últimos pudieran transformar la mitad de lo fabricado en productos competitivos a nivel regional y enfocarse en ello, el porcentaje de manufacturas industriales sobre el PBI, decaería de 16,8% actual a 15%, valor que tiene Italia y como promedio, la UE y la OCDE, y podría ser considerado como un objetivo estratégico de mínima.

Nuestra diplomacia comercial debe apoyar la expansión internacional de los sectores industriales con competitividad regional y global. Asi, contribuirá a definir el rol de la industria como elemento de desarrollo y a potenciar un importante "atributo de poder " en el campo tecnológico que la beneficiará.