Una cantera de negocios virgen
El país no explotó al máximo las posibilidades comerciales que ofrece este turismo: desde proveer alimentos hasta el fomento de empleo eventual
Es sencillo destacar la consolidación que va adquiriendo la industria de cruceros en nuestro país. Un crecimiento acumulado del 15% anual en los últimos años lo confirman.
Iguales apreciaciones podemos realizar de la región. De los más de 16 millones de turistas que anualmente utilizan este medio para vacacionar en el mundo, casi 1,33 millón un millón hacen en cruceros que recalan en puertos sudamericanos.
Tan importante como el número de los turistas de nuestro mercado es su origen: más del 75% son fundamentalmente brasileños y argentinos. Esto implica que a la hora de analizar los actores que definen este negocio podemos afirmar que no son sólo los centros turísticos, playas y puertos, sino también los usuarios del servicio.
Pero a la hora de analizar como se canaliza el crecimiento de la actividad vemos que la participación nacional y/o regional es significativamente menor que la que cosecha los armadores dueños de estos hoteles flotantes.
Los pasajes de crucero son actualmente parte del ingreso de la industria y las empresas han desarrollado un creciente número de estrategias para generar ingresos a bordo. Actualmente, los barcos ofrecen un abanico cada vez más amplio de comercios y boutiques, spas y servicios de cuidado personal, y departamentos de fotografía e informática que compiten con los de establecimientos en tierra.
Las compañías de cruceros logran también que sus clientes gasten su dinero en restaurantes y bares alternativos con tarifas adicionales, cibercafés o servicios de telefonía por satélite y televisión interactiva, prestados en sus camarotes. Todo sumado a los ingresos que genera el Casino, el bingo y los espectáculos temáticos fuera de tarifa. Los pasajeros son igualmente animados a tomar parte de un creciente número y variedad de actividades turísticas en tierra (una importante fuente de ingresos para muchas empresas de cruceros). Estas actividades son de tal magnitud que les permite a las navieras apropiarse de una parte sustancial de este negocio que se comercializa a bordo.
Así, del negocio global del turismo de cruceros a la economía nacional solo le quedan los ingresos de los servicios y tasas portuarias, más los márgenes acotados del turismo y los servicios terrestres. Merece entonces analizarse, en el marco del crecimiento de esta actividad turística, como puede crecer la participación nacional sin menoscabar la renta naviera.
El 10 y el 11 de septiembre pasados se realizó en Buenos Aires la II Seatrade South America Cruise Convention. Es el encuentro mundial más importante de la industria de cruceros.
Haber sido Buenos Aires elegida como sede regional de este encuentro marca la importancia que le asignan a la Argentina los armadores y operadores de cruceros. Este evento debería haber sido el espacio para descubrir cómo crecer en la participación de la actividad.
Lamentablemente, el encuentro no fue aprovechado por nuestro país. Hubo poca o nula participación de autoridades nacionales y, mucho menos, propuestas para capitalizar el buen momento del sector.
No ocurrió lo mismo con nuestros vecinos. La delegación chilena estaba compuesta por más de 20 personas y encabezada por los subsecretarios de Turismo y de Transporte, y se llevaron el compromiso de realizar el Seatrade 2013. Otro tanto fue el esfuerzo uruguayo, cuya delegación fue encabezada por el director nacional de Turismo y el presidente de la asociación de puertos del Uruguay, asumiendo la responsabilidad del Seatrade 2014.
Qué pudo haberse planteado
Los 500.000 turistas que registrará la terminal de cruceros del puerto de Buenos Aires en la temporada 2012-2013 llegarán atendidos por no menos de 150.000 tripulantes (un dependiente cada tres turistas a bordo, incluyendo en este número absolutamente a todos, desde el capitán hasta el lavacopas). ¿Es una incongruencia aspirar a que las navieras completen sus dotaciones con un mínimo del 5 a 10% de trabajadores argentinos? Este objetivo ya lo tiene Brasil (por ley) y significaría generar entre 7500 y 15.000 nuevos puestos de trabajo temporales, con la posibilidad que el buen desempeño habilite a mucho de ellos, a lograr la estabilidad. Las autoridades deberían involucrarse y liderar este desafío, mientras que las organizaciones gremiales afines deberían desarrollar los espacios para la capacitación direccionada a la prestación de estos servicios.
Asimismo, los cruceros necesitan aprovisionarse para sus consumos a bordo durante toda su travesía de infinidad de víveres y vituallas, combustibles, repuestos y servicios de todo tipo. Nuestra participación en estos aprovisionamientos es mínima porque, aparte de las dificultades en los trámites aduaneros, no existe todavía un desarrollo logístico para la atención de estas necesidades.
Muchos pequeños y medianos proveedores tienen los productos para abastecer al crucerismo, pero desconocen como vender y más aún, poder entregar en forma y tiempo los pedidos que pudieran captar. Esto requiere de un esfuerzo direccionado de las cámaras empresarias y las autoridades portuarias para que exista un desarrollo cultural de la mecánica para este tipo de abastecimiento.
Tampoco existe suficiente incursión de los grandes proveedores, pese a que, de ser competitivo, el mercado es mucho más importante que los consumos puntuales de víveres frescos y/o para las recaladas en nuestros puertos. Abastecer a las grandes empresas navieras es también una forma genuina de exportar nuestros productos.
El evento desarrollado en la terminal Quinquela Martín debería haberse aprovechado por las autoridades de puertos de cruceros para impulsar destinos diferentes a Buenos Aires y Ushuaia. Puerto Madryn, Mar del Plata o Bahía Blanca en la costa marítima, o bien todo nuestro litoral fluvial debería estar en las agendas de quienes definen estos desarrollos. Espectáculos como el arribo de las ballenas o toda nuestra pampa húmeda aún no son visualizados como alternativa para embarcados.
Estar atentos a todas sus necesidades es la garantía de poder crecer en la participación del negocio. Seguramente las recientes declaraciones del gobernador de Chubut actuarán en este sentido cuando aseguró que Madryn contará próximamente con un nuevo servicio de combustible pesado para cruceros y que tendrán servicios para el retiro de líquidos de centinas y residuos sólidos originados a bordo.