Un debate pendiente por más de 15 años
Desde el plan estratégico presentado en 2000 por la AGP, poco se hizo por buscar consensos sobre la relación ciudad-puerto
El 19 de febrero 2006, en una entrevista, el entonces vicejefe de gobierno porteño, Jorge Telerman, dijo: "Buenos Aires muy pronto será diferente. Su puerto será exclusivo para cruceros; tendrá un anillo vial de circunvalación, como la mayoría de las ciudades europeas, que incluirá una autopista ribereña; los desarrollos inmobiliarios en Retiro recuperarán la vista al descuidado Río de la Plata y hasta un corredor verde cruzará toda la Capital. La villa 31 será urbanizada".
Lógicamente, estas declaraciones causaron un gran revuelo y un inmediato rechazo. En marzo de aquel año la nacion publicó: "El debate acerca de si el puerto de Buenos Aires debe desplazarse del centro de la ciudad, está instalado" y ofreció un espacio donde los interesados podrían enviar sus comentarios. Pero la Argentina es "pendular" y habían pocos dispuestos a participar en este muy necesario debate, que nunca se hizo todavía.
Importancia
En otra nota, de abril, se leyó: "No cabe duda de que lo anunciado por Telerman está en línea con lo que han hecho prácticamente todas las ciudades portuarias del mundo, pero también es cierto que un tema tan importante para la economía de la ciudad y del país merece un amplio debate, para determinar qué es lo mejor y cómo se deberá desarrollar un programa para poner las mejores ideas en práctica".
Llegó el momento en que las autoridades del país se den cuenta de que deben desarrollar una política portuaria, algo que estuvo ausente durante varias décadas, donde sólo se habló del puerto de Buenos Aires.
Cuando en 2000 la AGP anunció su "Plan Estratégico para el Puerto de Buenos Aires 2020", se reclamó que el país debía hacer lo mismo para todos los puertos del país. Hace 16 años se "vislumbraba" que el panorama del transporte marítimo mundial entraba en una fase de grandes cambios por el rápido crecimiento de China. Y aunque en 2006 ese cambio ya era una indudable certeza, no se quiso abrir un amplio debate sobre el tema, que está muy vinculado con la relación puerto-ciudad.
El espacio ofrecido por la nacion se cerró en pocos días y se consiguió "enterrar" rápidamente las ideas extremas de Telerman sin haberse aprovechado la oportunidad para debatir, algo que sí hicieron en esa época muchas ciudades-puertos del mundo, que buscaron inteligentemente las soluciones para los mismos problemas que enfrentaban (y que siguen enfrentando) al puerto y a la ciudad de Buenos Aires.
En realidad, aquellos problemas ya habían surgido en muchos casos en la década del 80, con los primeros grandes cambios en el transporte marítimo mundial, motorizado por el avance del uso masivo de contenedores. Por eso se formó en los 90 la Asociación Internacional de Ciudades-Puertos (AIVP) en cuyo sitio web (www.aivp.org) hay excelentes ejemplos de cómo se deben hacer aquellos debates. En 2014 se hizo una conferencia de la AIVP en Rosario, pero no hay registros de un verdadero seguimiento después del evento.
Nuevamente se están haciendo en la AGP planes para el puerto de Buenos Aires y otra vez las autoridades se resisten a abrir el tan necesario debate.
En el artículo antes citado del 18 de abril de 2006, se encuentra una referencia a un aporte para el debate, con el título "Los cambios en la relación Puerto-Ciudad" como consecuencia de los desarrollos en el transporte marítimo. Como se hizo en todos los países industrializados del mundo y en muchos en vías de desarrollo, los estudios deben considerar en primera instancia la eficiencia del puerto para servir al comercio exterior y cualquier cambio deberá planificarse con el suficiente tiempo.
Cadena
El uso masivo del contenedor produjo un enorme cambio que no se limitó al transporte marítimo y a los puertos: comenzó una profunda transformación en toda la logística en general y los puertos son ahora eslabones de la cadena, que requieren zonas complementarias para ejercer eficientemente su función.
Nuevamente estamos delante de grandes cambios en el transporte marítimo. El enorme avance de los megabuques presenta serios desafíos a los sistemas portuarios. Y existen graves advertencias de que las ciudades-puertos corren ahora más riesgos de hacer excesivas expansiones que de hacer insuficientes inversiones.
Y en ese panorama se habla, a nuestro modo de ver, con ligereza para demoler los elevadores de Puerto Nuevo, que un día fueron los mayores de América del Sur, en vez de debatir si no sería mejor dejarlos como monumento histórico del país. Todo esto debe formar parte de un gran debate.
El autor es especialista en puertos y en transporte internacional