Un bloque con enorme potencial, pero debilitado por las peleas entre los socios
El Mercado Común del Sur no solo perdió peso a nivel internacional, sino que decayó el intercambio entre los países miembros; creado en 1991, necesita modernizarse y recalcular sus objetivos
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CÓRDOBA.- Sin el presidente Javier Milei -estuvo sí la canciller Diana Mondino- se realizó en Asunción del Paraguay una nueva cumbre del Mercosur. El bloque nacido en 1991 afronta el desafío, según coinciden todos los especialistas, de un rediseño que lo saque del adormecimiento en el que entró hace un tiempo y que le impide aprovechar las potencialidades que, también todos, reconocen que tiene. Afronta “ruidos” originados no solo en las diferencias entre mandatarios -la última protagonizada por Milei frente al brasileño Lula da Silva- sino también en los reclamos de Uruguay de avanzar en tratados de libre comercio de manera unilateral.
La ausencia de Milei en la cumbre revela también el peso que para él tiene el bloque; no está entre sus prioridades. La mirada del Presidente está puesta en Estados Unidos -a donde espera la victoria de Donald Trump- y en Europa, a donde cree que puede aliarse con las administraciones de la derecha.
El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, presidente ahora del bloque, aseguró: “Si el Mercosur es importante, acá deberíamos estar todos los presidentes. Yo le presto importancia al Mercosur y si realmente creemos en este bloque así, deberíamos estar todos”.
“Tenemos una mirada crítica sobre el presente del Mercosur y consideramos que su potencial como mercado ampliado y plataforma de relacionamiento con el mundo está altamente desaprovechado. El Mercosur está necesitando un shock de adrenalina”, dijo Mondino en la cumbre. Consideró que en “la dimensión comercial” le resulta “innegable el estancamiento” que sufre el comercio regional.
Brasil y Argentina, por el tamaño de sus economías, son los que marcan el ritmo del bloque. Ambos han sido menos aperturistas que Paraguay y Uruguay. Hay un evidente deterioro del comercio interbloque y su peso en el intercambio internacional es bajo. La semana próxima entrará en vigor una reducción del contenido regional requerido para que los productos obtengan preferencias arancelarias, lo que permitirá bajar los costos de insumos y facilitar su integración en las cadenas globales de valor. El nuevo Régimen de Origen Mercosur (ROM), sustituirá al vigente desde 2009; el trabajo de revisión llevó cuatro años.
A 33 años del nacimiento del bloque, ningún experto entiende que haya que tirar por la borda los aspectos positivos que se construyeron, pero hay coincidencia de que tal como está no puede continuar. Hay consenso de que las crisis económicas argentinas periódicas fueron una traba para avanzar en coordinaciones macro, pero también remarcan que hay “divergencias significativas” en las visiones que tienen los socios. La “libre circulación de bienes, servicios y factores productivos y que propende a la eliminación de restricciones arancelarias y no arancelarias y a la convergencia regulativa y de políticas entre sus miembros” que aparece en el acta constitutiva de Asunción de 1991 está parcialmente lograda. El objetivo de una “adecuada inserción internacional de sus países” tampoco está alcanzado.
Para el economista Jorge Vasconcelos del Ieral de la Fundación Mediterránea el acuerdo ha sido útil para determinados sectores como el automotor: “Las terminales que están instaladas se reparten el mercado y la presión para seguir manteniendo más elevada la protección para importados extrazona les funciona mejor en bloque. Pero en general, para el resto de sectores, por distintos motivos, ha sido poco relevante”.
A su entender el bajo nivel del comercio intrazona tiene un factor explicativo que va de los países al tipo de mercado común que funciona en su región. Por caso, Alemania explica “buena parte del diseño” de la Unión Europea e impacta con la performance que tienen Portugal, España, Grecia e Italia. Cuando uno observa el Mercosur -agrega- Brasil “logra un esquema sin mucha disciplina y poca apertura gracias a las coincidencias con la Argentina. Mientras menos mercado interno tiene el país, más sufre el Mercosur por eso Uruguay y Paraguay se sienten con una camisa de fuerza”.
El mejor momento por la importancia del comercio intraregional fue en los ‘90; al final de esa década hubo “guerra de monedas” (devaluación del real) y a principios de los 2000 hubo una implosión del comercio regional por la crisis de la Argentina. En seguida, aparece China como gran demandante de commodities y proveedora de bienes industriales a precios muy competitivos, “por lo que el ratio intra regional sigue para abajo, pero posiblemente porque aumenta la ponderación de los países extrazona”, dice el economista. Después del boom de las commodities, no hubo recomposición del comercio intraregional. “Cuando aflojaron estos precios, de 2011 en adelante, lo lógico hubiera sido darle prioridad a la intensificación del comercio regional, bajando barreras de todo tipo entre los países”, señala.
Marcelo Elizondo, Chairman de ICC Argentina y World Executive Board, apunta que los miembros del Mercosur cada vez le venden más a Asia e incluso a Europa por lo que caen las operaciones intra bloque; la dinámica se agrava porque “se impusieron muchos obstáculos” para el intercambio intrazona (impuesto PAIS, SIRAs, cepo, tasas de estadísticas). Incluso el arancel externo común ya está “perforado por excepciones”.
Además, ese arancel es en promedio entre 11% y 12% cuando en el mundo es de entre 3% y 4%. Elizondo detalla que cuando se creó el Mercosur el nivel internacional era del 15%, pero fue retrayéndose a punto tal que 70% del comercio mundial es entre mercados con arancel cero. “Como el arancel externo común no puede ser decidido por cada país se convierte en otra traba para la competitividad”, agrega.
Los datos elaborados por Elizondo muestran que Brasil fue perdiendo importancia en las exportaciones e importaciones argentinas: en 2010 representaban 33,6% y 26,7% sobre el total y fueron cayendo sistemáticamente. Incluso el 2023, por efecto de la sequía, recuperaron algo de peso y quedaron en 29,6% y 22,6%, respectivamente. Aún así Brasil es el primer socio comercial de la Argentina.
Según un reporte de BiGlobal Consulting de Marisa Bircher. El ratio exportaciones/PIB de Brasil resulta es del 20% mientras que el local es del 16% según datos del Banco Mundial del 2022. Repasa que la mitad de las exportaciones destinadas a ese país son manufacturas industriales (lo principal son vehículos para el transporte de mercancías y personas) y 60% de las importaciones son explicadas por bienes intermedios y piezas o accesorios para bienes de capital (insumos).
Los dos países integran una cadena productiva y mantienen una “relación simbiótica, por tanto su cooperación y colaboración en materia de relaciones internacionales y comercio exterior es fundamental”, dice Bircher.
Pérdida de oportunidades
Las evaluaciones de todos los consultados por LA NACION remarcan la importancia de Brasil para la Argentina en particular y para el bloque en general, aun cuando reconocen la pérdida de significación que el bloque sufre. La economía brasileña creció 0,8% en el primer trimestre, superando las expectativas del mercado, y en valores absolutos, es la octava economía en el mundo superando a Italia. Advierten que no se puede desconocer su peso y capilaridad internacional.
Para el exembajador argentino en Brasil, Carlos Magariños, el bloque debió coordinar políticas macroeconómicas cuando atravesaba un período de crecimiento económico. “Desde el inicio hasta 2003 hubo comercio creciente y cierta coordinación aunque no hubiera un mecanismo formal para hacerla, pero los socios apuntaban en la misma dirección -precisa-. Hasta 2007, un período de crecimiento en todo el mundo, era el momento de avanzar y en vez de ir a la coordinación dura se fue al ‘Mercosur social’. Se perdió la oportunidad de avanzar en un contexto positivo; con cepo ya no se podía hacer”. Insiste en que un proceso de coordinación necesariamente tiene que ver con las condiciones de los miembros involucrados y la Argentina lleva unos 15 años de economía “desorganizada”.
Plantea que el bloque continúa adelante por los años de funcionamiento que lleva y por las inversiones que se generaron en algunos sectores, aunque advierte que en la práctica está con “respirador artificial, con una administración rutinaria”.
Está “aletargado; los de afuera lo ven así; se preguntan qué hacen, si hacen inversiones en función de las promesas o esperan. Hay una crisis de credibilidad, de confianza y eso es lo peor que puede pasar en un proceso de largo plazo”, señala Félix Peña, especialista en Relaciones Económicas Internacionales, exsubsecretario de Comercio Exterior y exmiembro titular del Grupo Mercado Común del Mercosur. Está convencido de que el bloque es “prisionero” de las “señales” que envía por lo que “se debe hacer un esfuerzo serio para retomar, redefinir la idea original. Tal como está no produce los efectos que se supone que tiene producir, el principal es generar empleo a través de inversiones”.
Magariños coincide con ese camino como alternativa, reorganizarlo, rediseñarlo con “instrumentos modernos”. Está persuadido de que no hay que perder el capital construido y no perder de vista que, en 2030, Brasil estará en la lista de los países más importantes del mundo.
El acuerdo del Mercosur se mantiene como solo arancelario cuando de los 370 que hay en el mundo, la gran mayoría integra normas comunes en diferentes áreas. “Nosotros no lo hicimos -describe Elizondo-. Ni siquiera hay una política común de captación de inversiones directas extranjeras (IED) aun cuando Brasil es un gran receptor, siempre está entre los de mayor stock de IED en el mundo; la Argentina no. Hay falencias, desgaste, envejecimiento; no hay una agenda común”.
Reclamos
El exministro de Economía uruguayo Carlos Steneri analiza que los planteos que viene realizando su país no responden a un capricho o a falta de empatía con el resto de los socios, sino que se basan en que tanto Uruguay como Paraguay “pagaron un costo muy alto” por la decisión de los otros dos socios de no estar dispuestos a renegociar el tratado que debería ser uno “de libre comercio con el arancel externo que se prefiera”.
“Son realidades distintas -profundiza-. La industria uruguaya fue desmantelada y se importa casi todo; las exportaciones a la región son casi las mismas que antes del Mercosur. Con otro acuerdo podemos exportar a otros destinos, incluso Brasil y la Argentina podrían exportar mucho más”. Steneri sostiene que el rechazo de los dos socios mayores a renegociar el tratado es porque “hay sectores a los que le van bien” con el actual esquema, “lo necesitan para subsistir”.
Desde Paraguay el economista Julio Ullon señala que se requiere de manera urgente una coordinación de políticas económicas porque las diferencias entre las decisiones fiscales y monetarias “generan tensiones y diferencias muy evidentes”. Menciona también que falta crear mecanismos efectivos de resolución de conflictos. Comparte que las dos economías más chicas son las más perjudicadas, incluso “enfrentando algunas trabas comerciales” para ingresar a los otros mercados del bloque, en especial el argentino.
“Necesitamos acceso a terceros mercados, los países miembros pagamos para entrar a otras regiones a donde no pagan nuestros competidores; hubo negociaciones pero no avanzaron. Es un bloque muy cerrado”, sintetiza Elizondo.
Para Peña, si bien nuevos acuerdos son útiles, primero hay que regenerar la confianza. Admite que uruguayos y paraguayos son los que “más pierden” en las actuales circunstancias pero sostiene que “ninguno” de los socios está dispuesto a abandonar el bloque. “Estamos en un punto crítico, si seguimos como estamos vamos a perder todos”, define.
Stenari no se muestra optimista sobre encontrar soluciones: “Lo peor es que hay un daño a las sociedades, nos estamos autoinfligiendo un daño porque no tenemos la visión y la voluntad de mejorar”.
Esperando a la UE
Según informa Ansa, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo que el Mercosur estaba listo para firmar un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea este año.
“Si dependiera de lo que hemos hecho, este año firmaríamos el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur. Por lo que a nosotros respecta, está absolutamente listo”, dijo Lula durante un evento en Bolivia. “Los europeos deben ponerse de acuerdo y reducir las diferencias entre ellos”, agregó.
“Nos preparamos, hicimos la propuesta, se aprobó y ahora le toca a la camarada Ursula Von der Leyen venir a la mesa y podemos cerrar”, dijo el líder brasileño.
Lula ya había atribuido responsabilidad a la UE por el retraso en la firma del acuerdo, durante la cumbre de líderes del Mercosur en Paraguay, atribuyéndola a diferencias internas dentro del bloque europeo.
Bolivia entra al bloque
En el marco de la cumbre de líderes del Mercosur, el presidente boliviano, Luis Arce, depositó la ratificación del Protocolo de Adhesión al bloque, que entrará en vigor dentro de 30 días.
A partir de ese momento, Bolivia se convertirá en un Estado parte a todos los efectos y participará en el Mercado Común de América del Sur (Mercosur) con todos sus derechos y obligaciones.
Bolivia también dispone de hasta cuatro años para adoptar las normas de Mercosur.