Turnos: le encontraron una solución a la espera en consultorios y la exportarán
Dos emprendedores argentinos crearon una plataforma llamada Geblix, que fue pensada para fidelizar pacientes
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Muy pocas veces sucede que uno llega a un consultorio médico y no hay nadie antes para ser atendido. En general la espera puede variar entre algunos minutos hasta dos horas. Y la contracara de esta situación serían los días en que varios pacientes faltan y los profesionales no tienen a quién revisar. En este sentido, y para resolver ese problema de productividad, los emprendedores Diego Borel y Joaquín Castro Madero crearon Geblix, una plataforma de gestión online para consultorios que busca expandirse en la región.
Consultado por los orígenes del proyecto, Borel, de 35 años, dijo que surgió como un spin off de un desarrollo que hicieron con una software factory para una clínica odontológica. “Con la empresa Bitflow Labs estábamos en la búsqueda para generar un producto y este cliente nos dio el know how y parte de la financiación”, contó. La inversión inicial fue de US$20.000 y recientemente cerraron una ronda para sumar fondos por US$135.000.
“Nos propusimos ser la primera plataforma de fidelización de pacientes y revolucionar la forma en que se gestionan los consultorios. A veces los pacientes sacan un turno y no saben a qué dirección ir, llegan y hay mucha espera o tienen que cambiar de profesional y no se pueden llevar consigo la historia clínica. Y estos problemas se aplican a cualquier centro, de cualquier rubro, y de distintos tamaños”, explicó.
En cuanto al problema de la adherencia de pacientes, Borel dijo que hay entre un 25% y un 30% que falta a la cita médica, lo que causa una caída en la facturación y un amontonamiento de personas porque cuando van, van todas juntas. “Desarrollamos herramientas con las que logramos bajar un 40% el ausentismo mediante un recordatorio de citas que usa el mejor horario y formato para recordarle el turno al paciente y, si no puede ir, mediante un bot de WhatsApp o vía SMS puede cancelar la cita. Y, una vez que obtenemos eso, es tratar de adelantar turnos de ese día o ubicar a alguien que no tenga aún turno”, detalló.
El cliente objetivo son centros médicos en crecimiento, policonsultorios con entre 10 y 50 profesionales que se encuentran en cada ciudad del país y tienen estas problemáticas. Y lo que pueden abonar por mes varía entre $30.000 y $50.000 aproximadamente.
“Actualmente tenemos 250 clientes con la proyección de triplicarlos para fin de año. La tarifa depende de los servicios que quieran comprar. Está el módulo agenda, el módulo recordatorio, el módulo historia clínica electrónica propia, el módulo de operaciones, donde apuntamos a la eficiencia para que todos los pacientes sean atendidos de igual forma sin importar el horario del turno; el módulo de videollamadas para lo que es consulta virtual y el módulo de negocios para ayudar en lo que son las presentaciones a obras sociales. Es un módulo sencillo de negocio, lejos de la gestión contable”, describió.
Actualmente, la mayoría de los clientes son argentinos, pero apuntan a expandirse en Latinoamérica porque el ausentismo sería un problema a nivel de la región, entre otras problemáticas que son replicables.
“Tenemos puesto el foco en Chile que será el primer país para hacer trampolín y luego avanzaremos con Colombia, México y Uruguay”, adelantó Borel.
En cuanto a su experiencia en el rubro antes de Geblix, dijo que su formación está más relacionada con la tecnología y se definió como un emprendedor con experiencias exitosas y no exitosas en su haber. “Yo soy ingeniero industrial del Instituto Tecnológico de Buenos Aires con un posgrado en finanzas, aunque provengo de una familia de médicos y entiendo que la medicina se gestiona de una forma tan tradicional, con procesos tan manuales, que la tecnología puede tener un impacto en las personas”, consideró.
En tanto, su socio Castro Madero, de 31 años, tiene un background más social porque fue CEO de Techo Argentina. “Es un emprendedor social que lideró la Fábrica Social, que son las casas que hace Techo. Estuvo en la dirección y ejecución de ese proyecto y quiso dar un vuelco al sector privado. Es ingeniero industrial también, pero no tiene el mismo background”, cerró.
A nivel facturación, la empresa cerró 2020 con US$90.000 y apunta a terminar el 2021 con una facturación proyectada de US$300.000.
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