Qué gana y qué pierde la Argentina por haber renunciado a los Brics
La pregunta sigue vigente tras la reciente ampliación del bloque, que sumó a Indonesia con sus 277 millones de habitantes: avanza con un banco propio y transacciones por afuera del dólar, entre otras iniciativas; el mundo se reacomoda y la geopolítica actual genera tanta inquietud como desconcierto
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Indonesia, un país de alrededor de 277 millones de habitantes y el cuarto más poblado del mundo, fue admitido como miembro pleno del bloque de naciones conformado originalmente por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (Brics). Se une así a la alianza geopolítica que ya sumó a Irán, Egipto, Etiopía y los Emiratos Árabes Unidos, entre otros países. Arabia Saudí recibió una invitación para unirse, que no aceptó todavía, y Turquía, Azerbaiyán y Malasia, entre otros, quieren hacerlo.
Una de las primeras medidas que tomó Javier Milei cuando asumió como presidente fue rechazar el ingreso de la Argentina a las Brics, propuesto por la gestión de Alberto Fernández. “Nos hemos incorporado a la alianza de los Brics”, dijo el exmandatario en 2023. No pudo ser. Milei dijo en una carta enviada a los mandatarios de los Brics que “no se considera oportuna la incorporación de la República Argentina al Brics como miembro pleno a partir del 1 de enero de 2024″. Sí participa del G20, donde también están Estados Unidos y Rusia, entre otros países, y se concentró en continuar la gestión que había iniciado el gobierno de Mauricio Macri para que la Argentina ingrese a la OCDE.
El ojo de Donald Trump mira con furia el crecimiento del bloque que, entre otras cosas, busca desafiar la hegemonía del dólar en el comercio y lanzó una dura advertencia a los países que lo integran: “Pedimos que se comprometan (...) a no crear nunca una nueva moneda de los Brics, y a no respaldar a ninguna otra moneda para reemplazar al potente dólar estadounidense o, enfrentarán aranceles del 100%”. También se refirió en duros términos a otros países que adhieran a comercializar bajo estas condiciones. “No hay chance de que los Brics reemplacen el dólar en el comercio internacional, y cualquier país que lo intente debe decir adiós a Estados Unidos”, sentenció.
En 2001, los Brics, “sorprendieron con su progreso económico y el PBI superó al de sus homólogos del G7 en términos de paridad de poder adquisitivo como porcentaje del PBI mundial. El G7 está formado por Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Italia y Japón. Es una organización que incluye a las siete economías “avanzadas” más grandes del mundo, las que dominan el comercio mundial y el sistema financiero internacional”, consigna una nota de la BBC. “Según las proyecciones del FMI, los países del BRIC representarán el 33,6% de la producción mundial en 2028, en comparación con el 27% del G7″, explica desde Singapur Claudio Piron, analista de Bank of America Merrill Lynch. El grupo ampliado tiene una población combinada de alrededor de 3500 millones de personas, o el 45% de la población mundial.
El objetivo del bloque (que no tiene un arancel común), además de buscar un contrapeso a la fuerza del dólar en el comercio mundial, es crear un sistema de financiación alternativo. El Nuevo Banco de Desarrollo (NDB) y el Acuerdo de Reserva Contingente (CRA) buscan estar en espejo con el Banco Mundial y el FMI.
Una cuestión de timing
El experto en negocios internacionales, Marcelo Elizondo, dice que si la Argentina hubiera ingresado a los Brics hace algunos años hoy no tendría por qué salir. Se refiera a antes de la guerra de Ucrania por ejemplo, dado que Rusia es miembro de los Brics, o, antes del agravamiento de las tensiones entre Estados Unidos y Europa, “cosa que se va a incrementar con la presidencia de Donald Trump, pero que ya está más sensible en la relación con Europa”, explica,
Analiza que entrar en este momento, en el que “los Brics le sirven a China para su movimiento geopolítico mundial” no es conveniente. “Brasil, por ejemplo, ha sido extremadamente benevolente con Rusia”, continúa, “y también benevolente con las posturas chinas”. La Argentina, por otro lado, “ha decidido ser un aliado de los países occidentales, en particular, Estados Unidos e Israel. Está con los trámites para formar parte de la OCDE, busca finalizar el acuerdo entre el Mercosur y la UE y está avanzando hacia un modelo de capitalismo y libre mercado”, sintetiza.
Para Marcelo Santoro, profesor de Comercio Internacional Universidad de Palermo, con la incorporación de nuevos países (Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía, Irán) y la creación de la categoría de estados miembros asociados (Tailandia, Indonesia, Malasia, Argelia, Nigeria, entre otros), el bloque de los Brics está redefiniendo su estrategia económica y política para tener más peso a nivel mundial como líderes de los países emergentes.
El especialista refuerza la idea de que todavía no impulsaron medidas para reducir barreras no arancelarias entre sus miembros y simplificar regulaciones aduaneras y normas sanitarias y fitosanitarias.
En cuanto a los movimientos económicos, “se incentiva el uso de monedas locales en el comercio mundial, comenzando con el pago de importaciones en detrimento del uso del dólar americano. China, Rusia e India han incrementado su comercio realizando pagos en yuanes, rublos y rupias”, asegura.
El Nuevo Banco de Desarrollo o Banco de los Brics, en donde los países miembros pueden acceder a líneas con buenas tasas de interés para financiar operaciones de importación y exportación así como también para obras de infraestructura y relacionadas con el cambio climático y la COP30 es otro punto de interés para especialistas como Santoro. Añade que “continúan las reuniones para la creación de un sistema alternativo de pagos que permita transacciones fuera del circuito bancario Swift y el análisis para el uso por parte de varios países del Brics de las monedas digitales de sus respectivos bancos centrales”, continúa
“Es indudable que van a ser de gran importancia las medidas que la nueva administración en los Estados Unidos tome a partir del 20 de enero y cómo las mismas impactarán de manera directa o indirecta en estos países. Si no se forma parte de este bloque, quizás se pierdan oportunidades de financiamiento y comercio con mercados en crecimiento, pero se puede tener un acceso más directo y negociaciones específicas con mercados clave como Estados Unidos, Japón y la Unión Europea bajo la reformulación del Mercosur, que permita acuerdos de libre comercio de manera individual”, concluye el profesor de la Universidad de Palermo.