Potencial innato. Crecen las empresas que nacen para exportar
Las “compañías nativas globales” se multiplicaron con la revolución digital y cada vez hay más firmas que inician su actividad con la internacionalización de sus servicios y productos; revisar estándares de calidad y conocer bien los mercados a los que se apunta son algunas de las claves
Así como las jóvenes generaciones nacen más globalizadas y conectadas que en el pasado, algo similar está sucediendo a medida que se incorporan a las empresas. No solo se han acortado en términos generales los tiempos necesarios para que una empresa consolide su posición en mercados externos, sino que además se ha multiplicado el fenómeno de empresas que nacen internacionalizadas. En inglés se las llama born global companies.
Algunas de las más famosas multilatinas, como Mercado Libre, OLX o Globant, son empresas de este tipo, que desde sus inicios tuvieron un foco estratégico en los mercados, describe Pablo García, director del Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (Intal) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y explica que "paulatinamente las nuevas generaciones de empresarios son nativas digitales, con un acceso a información prácticamente ilimitado y una visión global de los negocios, y esto, sin duda, redundará en empresas con un mayor nivel de internacionalización".
En la misma línea, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) de Naciones Unidas, destaca que el desarrollo de plataformas electrónicas como AliExpress, Amazon y eBay ha facilitado las exportaciones de nuevos productos por las empresas en general y las pymes en particular. A eso se suma el apoyo de redes sociales como Facebook y WhatsApp, que han permitido publicitar bienes y servicios al público internacional a muy bajo costo.
"El mercado internacional es importante sobre todo para productos de nicho cuya demanda en el mercado local podría ser limitada. Y el desarrollo de estos nuevos envíos internacionales por parte de las pymes es promisorio y debe ser fomentado por el gobierno, dada la presente coyuntura de alta concentración de las exportaciones en pocos productos y un número limitado de empresas, sobre todo en América del Sur", apunta Bárcena.
En la Argentina, como en la mayoría de los países de la región, el 99% de las empresas son pymes que emplean a cerca de dos tercios de los trabajadores y tienen gran potencial para la diversificación de la canasta exportadora, pero, no obstante, aportan menos de un tercio del PBI regional (la mitad que el promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). "Refleja en gran medida una brecha de productividad con las empresas grandes mucho mayor que la observada en otras regiones", distingue García, y agrega que el nivel de internacionalización regional es inferior al 15%. "Son unos 25 puntos porcentuales menos que las pymes de los países europeos; además, alrededor de un tercio exporta un solo producto a un solo mercado externo", dice el experto, y agrega que cerca de la mitad de las pymes latinoamericanas que comienzan a exportar abandonan el mercado exterior en el curso de un año.
"Son tasas muy bajas de supervivencia exportadora, al comparar con Asia del Este y economías avanzadas", según el directivo del BID.
En ese sentido, Bárcena apunta que las herramientas de promoción comercial como la Ventanilla Única para el Comercio Exterior (VUCE) o Exporta Simple ayudan a sobrellevar algunos de los múltiples obstáculos a la exportación. Entre ellos, "los complejos y costosos trámites para acceder a los mercados de destino, la falta de información sobre potenciales compradoras en el extranjero y el acceso a financiamiento para el comercio exterior".
Nacer para exportar
"No es por desmerecer el mercado local, pero apuntamos a 530 millones de habitantes que son los que ocupan Centro y Sudamérica", cuenta Javier Nougués, quien luego de desempeñarse durante muchos años como gerente de exportaciones en una cervecería nacional se asoció con un colega radicado en Estados Unidos y fundó Bonalma, una línea de pasta seca que se elabora con trigo duro.
El producto ya se comercializa en Uruguay, Honduras, Panamá y Alemania y en el último trimestre de 2019 desembarcará en Brasil. "¿Cómo puede ser que países importadores de trigo exporten 20 veces más pasta elaborada que nosotros que tenemos una gran ventaja como productores de la materia? No tiene lógica que Italia maneje el 60% de las exportaciones mundiales de pasta y sea el tercer importador de trigo en el mundo", dice Nougués.
Con esa misión de agregarle valor a la materia prima exportable, los socios salieron a descubrir qué pasaba en el mundo, mantuvieron reuniones con más de cien posibles clientes y realizaron análisis de góndolas en 16 ciudades para entender cuáles eran las necesidades y analizar el mercado. "Después de dos años terminamos de desarrollar el producto, y en 2017 comenzamos a lanzarlo en etapas con una proyección de crecimiento para los próximos 10 años que incluye el desarrollo de otros productos que agreguen valor a un sector donde la Argentina es sumamente eficiente: soja, trigo y maíz", añade.
El nivel de internacionalización regional de las pymes de América Latina alcanza el 15%, según Cepal
"Somos 100% exportadores, por eso los movimientos en el tipo de cambio no nos afectan", plantea Nougués, y centra su preocupación en la logística interna: "El gran desafío para la Argentina es mejorar el camino de la planta al puerto".
El caso de Bacus Studios, un emprendimiento mendocino de desarrollo de juegos con propiedad intelectual propia, refleja lo que sucede en el área de economía del conocimiento, un sector que hoy genera US$6300 millones, a partir del desarrollo de empresas que ofrecen sus servicios exclusivamente a mercados muy competitivos del exterior.
El 21 de febrero la compañía lanzó al mercado su primer producto en la plataforma Steam con el objetivo de conseguir financiamiento a través de los usuarios. Ignacio Baldini Pescarmona, CEO y fundador de Bacus, aclara que no fue sencillo por "tasas impositivas altas, imposibilidad de acceso a crédito para nuestra industria e inexistencia de inversores".
Similar es el caso de Error 404 Game Studios, con oficinas en Capital Federal, que dio sus primeros pasos en rondas de negocios locales donde comenzaron a presentar su producto, Obey Me, un videojuego para PC y consolas, a distintas plataformas con la expectativa de conseguir financiamiento, promocionarlo y venderlo a escala global.
"Abrirnos hacia el mercado externo conllevó un gran aprendizaje", sostiene Marcos Ribatto Crespo, CEO y productor de Error 404 Game Studios. "Detectamos el mercado potencial al que nosotros queríamos apuntar con nuestro proyecto, pero aun así no cumplía los estándares de calidad mínimos que se esperan. Por eso replanteamos dos veces el diseño del juego, nos capacitamos y viajamos a eventos internacionales para finalmente cerrar nuestro primer negocio con un publisher", explica.
A diferencia de lo que sucede con productos físicos, que deben atravesar otros canales para salir al exterior, en economía del conocimiento el mundo está al alcance de un clic. La competencia es alta, y por eso cerrar el primer acuerdo es tan difícil como valioso. Mientras ajusta Obey Me, que próximamente saldrá al mercado global, Crespo señala que para ser competitivos en el exterior el sector necesita "más apoyo estatal, mejores ofertas y acceso a créditos, junto a exenciones impositivas". Comenta que muchas de estas medidas se están trabajando en conjunto con otros desarrolladores agrupados en la Asociación de Desarrolladores de Videojuegos Argentinos (ADVA).
Lo mismo aplica para empresas fintech (finanzas+tecnología) como Flexibility, que se dedica a construir soluciones para banca digital y surgió como consultora de software para redes de cajeros automáticos en Brasil. "Ya en aquella época visualizábamos el boom de la banca digital y la necesidad de velocidad en su desarrollo por parte de los inversores de bancos digitales", resume Manuel Picallo, chief experience officer (CXO) de la firma.
La experiencia en consultoría le dio a la compañía la llave para abrir la puerta a un nuevo proyecto, la solución last mile banking, pensada para facilitar la habilitación de billeteras digitales y otros productos que se integran a sistemas existentes de cada entidad, que comercializaron en otros países de la región.
Promoción
"Una pyme que exporta puede generar el doble o triple de empleo que una empresa del mismo rubro dedicada al mercado interno, y comparativamente está comprobado que puede pagar hasta 20% más de salarios", afirma Alejandro Wagner, director de Comercio Internacional de la Agencia Argentina de Comercio e Inversión (Aaici), que tiene como misión facilitar el acceso de las pymes al mercado mundial a partir de herramientas concretas para que comprendan cómo hacerlo.
Marisa Bircher, secretaria de Comercio Exterior del Ministerio de Producción y Trabajo de la Nación, reconoce que incrementar el número de empresas exportadoras es generar empleo de calidad y destaca que "en lo que va de 2019 más de 6500 empresas argentinas enviaron sus productos a más de 175 países".
"Estamos llevando adelante el plan Argentina Exporta, en pos de lograr que cada día más empresas puedan vender sus productos a todo el mundo, simplificamos todo el proceso exportador y fomentamos las relaciones comerciales con el resto del mundo a través de una amplia agenda de negociaciones", sostiene.
En ese marco, el gobierno argentino organiza hoy y mañana el Foro Argentina Exporta 2019, que reunirá a funcionarios, expertos, empresas y emprendedores a fin de impulsar al sector exportador y la inserción internacional de las pequeñas y medianas empresas del país, hoy y mañana, en el Centro de Exposiciones y Convenciones (CEC) de la ciudad de Buenos Aires.
Pensar fuera del mercado interno, el nuevo objetivo de las pymes locales
Aunque todo indica que las nuevas generaciones no registrarán en el corto plazo los límites fronterizos como barreras comerciales, aún se recomienda ganar experiencia en el mercado local antes de zambullirse en aguas más lejanas. "No es condición tener desarrollado un negocio dentro del país para comenzar a exportar, pero desde la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional aún lo recomendamos", plantea Alejandro Wagner, su director de Comercio Internacional.
Por eso, fuera del mundo de los servicios, que tienen más probabilidades de ser pensados para el comercio global, por la accesibilidad que abren las nuevas tecnologías, "lo ideal es que nadie inicie un negocio solo para el mercado interno", recomienda, y destaca que el mercado argentino "más allá de sus errores y vaivenes, es atractivo para desarrollarse".
"En el Foro Argentina Exporta apuntamos a ese modelo, al que nunca exportó o lo hizo alguna vez sin éxito, para convencerlo de que hacerlo de forma sustentable y sostenible es mucho más beneficioso", y para eso "hay que doblegar paradigmas de la cultura y la idiosincrasia argentina", dice.
La internacionalización de las pymes es importante no sólo para aumentar su crecimiento y productividad sino también para subir un escalón en cuanto a calidad. "Incursionar en el mercado externo exige a la pyme mejorar sus productos y procesos para cumplir con estándares de otros mercados; a su vez, estos cambios requieren mejoras en la gestión y el marketing de la empresa, tal como la formación de los trabajadores", señala Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Y asegura que "en la medida que más pymes exporten, se mejora el desempeño de este tejido de empresas cuya productividad por lo general es baja".
El universo de las pymes exportadoras se caracteriza por una alta tasa de rotación, fenómeno que se explica, en parte, por el hecho de que una gran parte de ellas exporta solo un producto a un mercado y así se exponen a cambios en la demanda en el exterior. Para sostener la exportación de estas pequeñas empresas en el tiempo, para Bárcena es clave que logren diversificar clientes en el corto plazo y agreguen nuevos productos en el mediano plazo. "Las organizaciones de promoción comercial también pueden contribuir a este esfuerzo con diversos instrumentos para facilitar el acceso a otros mercados, junto con el desarrollo de nuevos canales de ventas como las plataformas digitales", agrega.
Así, la conectividad y el apoyo a la digitalización de las empresas resultan centrales ya que a la vez, permiten "reducir costos por la simplificación de las operaciones de comercio, brindar mayor acceso al mercado internacional, facilitar contactos empresariales, información de mercado y a fuentes alternativas de financiamiento", dice Pablo García, director del Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (Intal), y destaca que en esta dirección el Banco Interamericano de Desarrollo creó ConnectAmericas, una plataforma de libre acceso que le brinda a las pymes un acceso ágil y sencillo a nuevos mercados y clientes.
Consultado sobre cómo impacta la internacionalización de las pymes en la economía, afirma que puede contribuir al desarrollo de la región dado que esas compañías "venden más, pagan mayores salarios, emplean más trabajadores y tienen una productividad mayor, y a la vez pueden convertirse en eslabones clave en la agregación de valor a lo largo de la cadena productiva incentivando a otros a entrar en la actividad exportadora".
"Ya no se trata únicamente de proveer financiamiento e información –sugiere García–, sino de ayudar a desarrollar las capacidades de las pymes para impulsar el éxito exportador a través de iniciativas como los centros de desarrollo empresarial, la formación de clusters y centros tecnológicos y la creación de programas de capacitación a medida".