Personas con discapacidad cuentan su experiencia laboral en las empresas exportadoras
Voy a invitar a mi mamá a tomar un café y voy a pagarlo yo", fue lo que respondió Emanuel Noon ante la pregunta de los compañeros de la empresa China National Cereal, Oil & Foodstuff Corporation (Cofco) sobre qué haría cuando cobrara su primer sueldo.
Aunque todavía son pocas, en el país hay empresas internacionales y locales, que tienen una visión inclusiva y buscan contratar personas con discapacidad (PCD) ya sea motriz o intelectual.
Cofco está radicada en Buenos Aires y se convirtió en un jugador competitivo en el comercio e industrialización de granos de nuestro país, luego de haber comprado el 100% de las firmas Nidera y Noble Agri. Hace cinco años contrató a Emanuel Noon de 39 años, una persona con discapacidad intelectual para llevar a cabo las tareas de control de archivo.
Margarita Escuder, que trabaja en Recursos Humanos desde hace 12 años cuenta que "es documentación importante que tenemos que guardar. El archivo con el que contamos es muy grande", Noon trabaja medio día y los viernes se queda a almorzar en la empresa para compartir tiempo con sus compañeros. "Me siento muy bien en la empresa y con mis compañeros de trabajo. Hace cinco años que estoy trabajando y estoy muy contento", dijo a La Nacion.
Otra empresa con un programa de empleo inclusivo es Accenture, una compañía de prestación de servicios de consultoría, servicios tecnológicos y de outsourcing. Hace 15 años creó un programa de inclusión laboral para personas con discapacidad que se llama Sin Barreras en donde ya contrataron 98 personas. "Este año estamos muy contentos porque hemos contratado a 10 personas más", dijo Andrea Durruty, directora ejecutiva y sponsor del programa. "Lo que nosotros buscamos es el talento. Esa es la clave de nuestro programa. El proceso de entrevista es igual a cualquier otro tipo de entrevista. Tenemos un equipo que incluye a una psicóloga especialista para que pueda acompañar en ese proceso, para que la persona no tenga ningún impedimento para desarrollar su talento como corresponde", aseguró Durruty.
Gabriel Loffredo entró a trabajar en Accenture a los 21 años, es analista en sistemas y es ciego. "En el trabajo no me definen por mi incapacidad sino por mis capacidades", dijo a La Nacion. Cuenta que su experiencia fue muy buena y que la relación con sus compañeros es de mutuo aprendizaje. "Lo más importante en mi vida fue la ayuda de mi familia que me inculcó desde chico que nunca había que darse por vencido", subrayó.
"Hace algunos años no se hablaba de inclusión laboral. Y me costaba mucho conseguir trabajo, sobre todo porque los edificios no están pensados para personas con discapacidad", contó Jeremías Gamarra, analista de desarrollo de aplicaciones que tiene osteogénesis imperfecta, conocida como la enfermedad de los huesos de cristal. Con 27 años dice que la relación con sus compañeros es de "mutuo crecimiento". Para él, que existan trabas para contratar a PCD, es más por un tema de prejuicio y desconocimiento.
En la misma sintonía, María Soledad Leis, que tiene retinosis pigmentaria, hace siete años y que forma parte de la empresa como analista de entrega de procesos de negocio, dijo que con sus compañeros "me llevo excelente y la oportunidad de trabajar en equipo es muy enriquecedora. Además de ser una tranquilidad y una gran satisfacción saber que, al margen de la estabilidad económica que te da tener un trabajo en blanco, es un lugar que te permite seguir creciendo y desarrollándote constantemente", agregó.
La empresa Purísima, de la firma La Sibila, un poco más alejada de la Capital, cuyo dueño es Federico Boglione, tiene su base central en Nogoyá, Entre Ríos. Lleva 18 años en el mercado y contrató hace 11 años a Marcelo Toffoli, para que realice la tarea de asistente administrativo. Toffoli tiene desorden motoriz crónico llamado síndrome espástico. Su contratación fue de manera directa, no pasó por ninguna fundación. El mismo dueño de Purísima, luego de conocerlo lo invitó a que trabaje con él.
La compañía se dedica a la producción de alimentos deshidratados, leche en polvo entre ellos. Con los años compró la tecnología Eurodia, para elaborar el suero desmineralizado al 90% (D90), que es proteína en estado casi puro y es el insumo fundamental de las fórmulas infantiles
"Conocí a Federico Boglione en una expo en septiembre de 2004. Romina, mi hermana estaba trabajando como promotora. Lo quise conocer para felicitarlo por la inversión que había hecho en el pueblo y por el progreso que esto significaba para la economía de la región", recuerda Toffoli.
Luego de conocerlo Toffoli continuó recorriendo el predio, cuando se acercó su hermana llorando y le dijo que Boglione lo quería contratar para trabajar en la empresa. Boglione le había preguntado a Romina Toffoli sobre la situación de su hermano. Ella le contó que le costaba encontrar trabajo. En ese momento, el empresario le dijo que el lunes siguiente lo quería ver trabajando en su empresa. "Fue la emoción más grande de mi vida, nunca lo voy a olvidar", recuerda Marcelo Toffoli.
Mónica Serrano, responsable del área de Recursos Humanos, contó que "trabajar con Toffoli fue una experiencia positiva". Además, aseguró que la empresa trabaja mucho por la inclusión y el bienestar de todos sus trabajadores y que están "abiertos a la posibilidad de contratar más personas con discapacidad".
Un compañero de trabajo de Toffoli destacó dos cosas: la perseverancia y la responsabilidad que tiene por el trabajo. "Las empresas no deberían tener prejuicios sobre personas con alguna discapacidad y no deberían dudar de hacerles una entrevista para conocer sus aptitudes y necesidades. Es muy importante para ellos el desarrollo laboral y la independencia económica que logran con un empleo", subrayó.
"Me siento útil para la empresa, y agradezco todos los días la posibilidad que se me presentó. Aprendo mucho, conozco gente y soy feliz con lo que hago. Aparte de ser un orgullo para mi ganar mi plata con el esfuerzo de mi trabajo y poder ayudar a mis padres con los gastos de la casa", concluyó Toffoli.•