Noriteru Fukushima: “Hay confianza en la Argentina y los inversores esperan previsibilidad”
El embajador de Japón destaca los sectores de interés para las empresas niponas; dice que le gustaría avanzar con un TLC con el Mercosur
A 120 años de establecer relaciones, Japón y la Argentina buscan potenciar su relación comercial y, especialmente, la actual administración busca que las empresas niponas inviertan en minería e hidrocarburos gracias a la promesa de Vaca Muerta en la provincia de Neuquén. Con exportaciones por US$678 millones, la Argentina reporta un déficit comercial con Japón, que realizó envíos por US$745 millones el año pasado. Con este escenario, Neriteru Fukushima, embajador de Japón, habló con la nacion y destacó los avances de los últimos años en materia de inversión entre los dos países, señalando que la Argentina tiene mucho potencial si "hay previsibilidad y una política sostenida" que les dé confianza a los inversores.
P–¿Qué balance se puede hacer desde el punto de vista comercial entre los países?
R–Quince años atrás la relación estaba bastante fría y cerrada, en comparación con lo que viene pasando hace tres años. Lamentablemente el comercio bilateral no aumentó mucho, pero hace quince años no había una relación económica sólida, como sí lo había en 1990, cuando había 120 empresas en el país.
En este momento varias empresas japonesas volvieron y estamos en una situación totalmente diferente, en otra etapa. Firmamos un tratado de inversión que esperamos que entre en vigor este año. También adelantamos sustancialmente el acuerdo para evitar la doble tributación, que protege mucho nuestras empresas, por lo que los inversionistas japoneses están muy entusiasmados.
P–Usted habla más de inversión que de comercio. ¿Cómo están las inversiones japonesas en el país?
R–En inversión directa nosotros calculamos que ya llegaron unos US$2300 millones por parte de empresas japonesas. Nissan, por ejemplo, invirtió US$800 millones en su planta en Córdoba, y hace poco aumentó sus inversiones Toyota Tsusho -una trading company que hace parte del Grupo Toyota- en US$240 millones para litio en Jujuy. Esperamos más inversiones pero, de momento, están un poco estancadas. Los inversionistas están esperando un poco, viendo cómo avanza la situación política.
P–Pero ¿hay confianza en la Argentina?
R–Hace unas semanas la empresa Nomura, junto con Goldman Sachs, prestó US$600 millones al Gobierno, lo que indica un alto nivel de confianza.
El año pasado Tokio pensaba que la Argentina otra vez iba a presentar problemas, pero en realidad mucha gente tiene confianza. Hoy todo depende de la situación económica mundial, pero también de la situación política de la Argentina. Ojalá la política económica se mantenga en este ritmo.
P–¿Cuáles son los sectores que más seducen a los empresarios japoneses, además de la industria automotriz y la minería?
R–La agricultura. Japón es un país que importa US$700.000 millones, es el cuarto país que más importa, no solo productos agrícolas, pero sí un 10% de ese valor corresponde a estos productos. Es decir que US$70.000 millones son importados para abastecer nuestra necesidad de alimentos. La Argentina solo está exportando US$18 millones, nada más, de gambas, langostinos, centollas… pero nosotros importamos un montón de productos más. Además, las empresas argentinas también podrían apuntar al abastecimiento de otros mercados a través de empresas japonesas.
La infraestructura también es un tema de interés. Las empresas japonesas ven aquí una necesidad porque necesitan mejor transporte; sin eso, no pueden competir.
Así que, en orden de prioridades, el sector más interesante es el del agro, seguido del de energía. Los empresarios tienen interés en Neuquén, y creemos que este año y los que vienen este país se va a convertir en exportador de hidrocarburos. Hoy la mayor parte de las exportaciones de la Argentina corresponde a productos agrícolas, pero en 2027-2030, casi el 90% va a ser petróleo o gas. Por eso queremos invertir con previsibilidad, que haya una política sostenida. Creo que la Argentina ya sabe y seguro que este gobierno –o el que venga– va a mantener estas políticas.
P–¿Y hay interés en la exploración offshore de hidrocarburos?
R–El interés es menor. Yo estuve en San Pablo, Brasil, y ahí sí Petrobras es muy fuerte. La exploración offshore necesita una cantidad increíble de inversión y una tecnología muy complicada. Es una decisión muy fuerte y para hacer eso se necesita hacer buenos estudios y un consorcio muy fuerte. Sin respaldo es un poco complicado. Neuquén tiene mucho futuro, a pesar de que el precio del petróleo y el gas está flojo. Creo que hoy se habla mucho acerca de que los autos van a ser eléctricos, pero todavía por muchos años el petróleo y el gas van a ser necesarios, así que muchas empresas quieren invertir en esta opción.
Ahora, vuelve el tema de la infraestructura, porque se debe tener una buena matriz logística para poder transportar todo lo que de allí provenga. Y también cuestiones más precisas, porque no es solo para poder transportar en la Argentina y Chile, sino también para poder exportar: se necesita una fábrica que vuelva líquido el gas para poderlo enviar al exterior. Por eso lo que preguntan muchas empresas japonesas es, ¿dónde ponemos esa fábrica? ¿En Chile o en la Argentina? La Argentina tiene muchas posibilidades, pero lo que se necesita es que el Gobierno tenga una visión concreta y segura para que las empresas sientan protegidas sus inversiones en el largo plazo.
P–¿Cómo busca Japón incrementar su presencia comercial en la región?
R–Quisiéramos avanzar en un tratado de libre comercio con el Mercosur. Yo, personalmente, quiero comenzar esta negociación, pero la situación todavía no está muy clara. Por otro lado, el TPP ya está en marcha y queremos que más países de América Latina se integren. Y no solo a nivel comercial y de inversiones Japón apoya a la región. En este momento apoyamos al Grupo de Lima en los avances por restaurar la normalidad en Venezuela, que vuelva a ser una nación democrática, y apoyamos a [Juan] Guaidó. Lo que queremos es que esta región sea democrática y respete los derechos humanos.