Neumáticos: ante la falta de cubiertas, crecen las alternativas más baratas
Aunque en los primeros ocho meses del año las importaciones aumentaron un 71% y llegaron a US$267 millones, los faltantes y sobreprecios incentivan el contrabando y el “recauchutado”
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Esta semana se agravó la crisis de los neumáticos cuando Bridgestone, Pirelli y Fate pararon sus plantas por la conflictividad gremial. En un contexto en el cual la falta de neumáticos ya se hacía sentir desde hace más de un año, lo mismo que el incremento de sus precios, hay una flota de 650.000 camiones de carga que circulan por la Argentina y que necesitan soluciones para sus cubiertas. Transportan el 94% de la mercadería que se moviliza por el país. Esta situación de falta de cubiertas, que se torna dramática, lleva a que haya un grave problema de seguridad vial si es que los camiones siguen circulando a pesar del desgaste. Lo mismo sucede con los autos.
Solo en 2021, el aumento de precio de los neumáticos alcanzó el 105%, según datos de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac). De enero a agosto de este año, el aumento es del 82%, según la entidad.
Ante la falta de soluciones efectivas, Juan Luis Bour, economista senior de FIEL, asegura que “en este momento estamos manejando una economía de guerra”. Es un sálvese quien pueda.
La palabra “recauchutar” significa reparar el desgaste de un neumático, cubierta, etcétera, recubriéndolo con una banda de caucho. “Si el neumático es muy bueno, se puede recapar (la palabra técnica usada para esta operatoria) dos veces, pero si no es tan bueno, solo una”, explica Roberto Rivero, director ejecutivo de Fadeeac.
El recapado se usa para los neumáticos de los camiones, pero no para los de los autos (está prohibido por la ley de tránsito). Las mismas empresas que fabrican los neumáticos tienen subsidiarias que realizan esta suerte de service para que tengan mayor durabilidad, pero a la hora de la crisis “es como todo, cuando se va acorralando a un sector aparecen soluciones alternativas que no son las mejores”, afirma Rivero. Entre ellas, aquellas que rozan y también sobrepasan las barreras de la legalidad. El recapado en exceso es una de ellas.
Entre enero y agosto de 2022, las compras externas de la industria de neumáticos llegaron a más de US$267 millones y mostraron una fuerte expansión del 71,1% frente a los US$ 156 millones que se registró un año atrás
El “recauchutado” se emplea para varias cosas en el lenguaje coloquial, siempre con un dejo de “gusto a poco”. En este sentido, una cosa es restaurar un mueble, otra es “recauchutarlo”. Esta última acepción es la que va con el negocio marginal del recapado de neumáticos.
Las fuentes consultadas llaman la atención sobre las bandas de caucho que se pueden ver al costado de las rutas y que son parte de un recapado que no resistió.
Los altos precios de los neumáticos en la Argentina también llevan a forzar su uso. Carlos Musante, director técnico de la Cámara Empresaria de Operadores Logísticos (Cedol), afirma que, al analizar lo ocurrido en los primeros meses del año, “de continuar así, se seguirá perdiendo la noción de precio”. Señala también que en un contexto de “alta inflación” surge una “distorsión de los precios relativos de los servicios y productos entre sí” y pone como ejemplo a “los neumáticos, que han aumentado cerca del 100 % el año pasado”.
Importaciones y exportaciones
En un trabajo de Investigaciones Económicas Sectoriales (IES) para LA NACION, se ve el panorama de compras y ventas externas de neumáticos en el último año. Las exportaciones de neumáticos para automotores mostraron una suba del 52,8% en el acumulado a ocho meses de 2022, con respecto a igual periodo del año pasado. Totalizaron US$55 millones.
Mientras, las importaciones continuaron mostrando una expansión, a pesar de la falta de neumáticos en el mercado interno. Entre enero y agosto de 2022, las compras externas de la industria llegaron a más de US$267 millones y mostraron una fuerte expansión del 71,1% frente a los US$ 156 millones que se registró un año atrás. Es probable entonces que exista un stock. El saldo comercial fue negativo en US$213 millones.
Según datos de Fadeeac, el 80% de los neumáticos para camiones son importados. Las cubiertas de autos más comunes se producen en su mayoría a nivel local, menos las que son de alta gama, que también son importadas.
En primera persona
Enrique Gutiérrez está al frente de Neumáticos Gutiérrez, y tiene la representación de Michelin. Aunque la producción nacional no abastece el mercado de alta gama, hace un año que prácticamente tiene vedada la importación de los productos de Michelin, una firma con larga trayectoria en el país.
“Poco a poco nos fuimos quedando sin nada de stock, y ahora nos dedicamos a otra rama del negocio que es la del taller. Este problema afecta a los autos importados, que no tienen neumáticos porque no se fabrican en el país. Acá se fabrica solo lo que es masivo, para autos de industria nacional”, afirma Gutiérrez.
Con respecto al recapado, advierte que los hay de buena calidad, pero también de mala calidad, y que “cuando la goma está muy fatigada, y se recapa varias veces, las consecuencias son desastrosas”, dice, “no solo no se puede frenar, sino que se desprenden pedazos de neumáticos. Los vehículos se descontrolan. Esto se ve a diario”, agrega,
En cuanto a la posibilidad de que esta solución se aplique a los autos, afirma que “es imposible que los autos puedan hacer un recapado. No está avalado por ninguna asociación”. Para los conductores de autos de alta gama, “es de terror. Si rompe dos gomas ya no puede circular”, agrega.
Sin embargo, hay otros damnificados. “El problema central lo tiene el campo, con la falta de neumáticos para los tractores. También los ómnibus y las ambulancias”, sostiene.
Contrabando
Desde la Aduana se informa que, a través de varios operativos, se detectó contrabando de neumáticos desde países limítrofes. Hay intentos de ingresar de manera ilegal pocas unidades y también cargamentos con más volumen. “Desde julio de este año a la fecha se han secuestrado 4557 neumáticos por un valor de aproximadamente 320 millones de pesos, que intentaron entrar al país por distintos métodos como, por ejemplo, ocultos en granos, adentro de otras cubiertas, en encomiendas, en transporte de carga y también en pallets envueltos en polipropileno de color negro para disimular su contenido”, se puede leer en un comunicado de la entidad.
La Aduana también logró revocar cautelares. “Se detectó que una empresa importó neumáticos a través de 30 cautelares presentadas a partir del año 2020. El monto total de las cautelares pedidas era de US$156,7 millones, de los cuales utilizó solamente el 23%.
Al haberse verificado que la empresa mantenía existencia en stock respecto de la mercadería importada, la Aduana se presentó en la justicia para que se revoquen las cautelares otorgadas al no haberse verificado uno de los requisitos esenciales: el peligro en la demora para otorgar el beneficio judicial”, informa la entidad.
Las empresas, por un lado, aprovechan el dólar oficial o “barato” para importar y obtener una buena diferencia en un mercado local signado por la escasez en la oferta. Por otro, intentan evitar la falta de stock ante un panorama incierto con respecto a las importaciones.
Salir con las viejas, entrar con las nuevas
Aunque no está permitido, fuentes de sectores asociados a los rodados explican que hay camiones (y también autos), cuyos conductores salen del país con gomas usadas y entran con nuevas, “sin hacer una operación de importación”.
Hacer ese proceso es más barato que comprar los neumáticos en la Argentina. Por ejemplo, una cubierta para camiones puede estar en $230.000, mientras que en Uruguay ronda los $63.000.
Desde la Aduana, explican que “las cubiertas no son mercadería admitida por el régimen de equipaje. Por lo tanto, no se pueden traer como equipaje. Si se traen rodando, hay que pagar una póliza”. Sin embargo, no todos la pagan.
“Esta situación subsiste por porque está el eterno traslado de los costos a otros”, afirma Rivero, haciendo referencia a que los camiones siguen circulando. El perjudicado, como siempre, es el consumidor final y en este caso no solo de neumáticos sino de los productos que se transportan con camiones. Es decir, prácticamente todos.
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