Nacionalizar los puertos y vender barcazas a las multinacionales
Un anuncio de inversión extranjera en la Argentina no sólo no pasa desapercibido en estos días, sino que es casi seguro que será promocionado y capitalizado por un gobierno que no tiene en mente conceptos como "fin de ciclo".
En este caso, serán 350 millones de dólares que se inyectarán en el país. La decisión la tomó una de los traders de hidrocarburos más grandes del mundo: la holandesa Trafigura, dueña Puma Energy, una marca que supo verse en varias estaciones de combustibles en el país, y que luego desapareció.
Trafigura construirá un centro de tancaje de 140.000 metros cúbicos, en una primera etapa, y contará con un frente de muelle en los casi 700 metros de costa que tiene el predio (150 hectáreas) asignado sobre el río Paraná de las Palmas, donde funcionará su puerto.
Demasiado cerca del lugar, el kilómetro 171 del río fue consagrado por el uso y costumbre histórico como un fondeadero natural para realizar operaciones de alije. Sobre todo, entre los buques que llegan con combustibles para la paraguaya Petropar y las barcazas que bajan para ser llenadas con el insumo energético del cual Paraguay todavía es netamente importador.
Siempre alerta y listo, el subsecretario de Puertos y Vías Navegables y empresario naval Horacio Tettamanti decidió averiguar sobre la legitimidad operativa del lugar y, en su defecto, conocer quién ostentaba el permiso de uso. El fondeadero simplemente "está" allí, y el río adoptó ese lugar para estas operaciones.
El funcionario logró por el "arte de lo posible" de la política que maneja sin mayores contratiempos advertir dicha irregularidad, no sin antes aprobar el permiso para la construcción de un puerto para el trader holandés Trafigura. A pasitos del fondeadero.
Suma entonces Tettamanti otra anécdota sobre su particular díada dicho-hecho: el patriota de los puertos, quien se empeña en pasillos de gobierno y tribunas adictas a filosofar encendidamente sobre la necesidad de "nacionalizar los puertos" y terminar con la "cartelización de las agencias marítimas internacionales" en la Argentina, para volver así a instalar la omnipresencia estatal a toda costa, vuelve a su escritorio para firmarle la autorización operativa a una de las multinacionales más grandes del planeta.
Trafigura, a su vez, contrató el astillero de Tettamanti (SPI) para construir siete barcazas tanque de doble casco por $ 170 millones.
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