Mercosur-UE: antecedentes que hacen que sea mejor prevenir
Tratativas que se hacen con marcada opacidad y un historial negativo
Es ponderable la voluntad política de articular la economía argentina con una pluralidad de países con el fin de pegar un salto en los niveles de productividad y competitividad y así despejar el horizonte para el tan postergado desarrollo económico y social. Pero a la luz de otras experiencias conviene advertir que aquella sensata disposición orientada hacia la diversificación de oportunidades en el mercado internacional puede frustrarse en el mismo punto de partida.
Al respecto, se han difundido expresiones atribuidas a funcionarios del gobierno argentino sobre la intención de utilizar el futuro acuerdo con la Unión Europea como caso testigo para luego ingresar en una fase de negociaciones con terceros países. Estas tratativas están llevándose a cabo con marcada opacidad. La poca visibilidad es una deficiencia en sí misma, pero además tiene derivaciones indeseables.
"Apertura del paquete"
En tal sentido, si se acordara un texto, luego debería ser afrontada la traumática operación de "apertura del paquete" dentro de las instancias parlamentarias. En esas circunstancias resultaría prácticamente imposible reabrir las negociaciones para reparar inadvertencias o errores que, a la larga, podrían afectar las actividades productivas locales.
Los gobiernos de otros países latinoamericanos ya tomaron nota de que al acordar concesiones o beneficios de distinto tipo a contrapartes de mayor desarrollo relativo no deben suscribirse obligaciones que impidan otorgar en el futuro prestaciones más ventajosas a terceros países.
Esta prevención puede fracasar con sólo reconocerle a la contraparte más desarrollada una cláusula no discriminatoria por la cual esta última quede habilitada para reclamar la equiparación de concesiones u otros beneficios que pudieran eventualmente asignarse a terceros países. Así, cuando la contraparte más desarrollada ostentara, por distintos motivos, una posición dominante sobre determinados rubros, podría hacerla valer para colonizar el mercado del país en desarrollo en detrimento de terceros proveedores.
Hay antecedentes de requerimientos y aun imposiciones por parte de la UE de semejantes cláusulas de equiparación de concesiones.
Riesgos
Otros riesgos parecidos habrían de presentarse ante la necesidad de introducir ciertas modificaciones legislativas para ajustar regulaciones internas (en sectores tales como telecomunicaciones, energía, servicios financieros, compras gubernamentales, y propiedad intelectual), si esas reformulaciones normativas no tuvieran por objeto el aumento de la competitividad, la transparencia o la equidad, sino el alineamiento a las demandas de empresas transnacionales respaldadas por la contraparte.
En otro orden, sería conveniente prever el impacto de las sucesivas oleadas de innovación tecnológica sobre exportaciones industriales argentinas, debido a que por la sustitución de materias primas o insumos o bien por el afinamiento de los estándares resultarían inaplicables las concesiones comerciales, atendiendo a los requisitos específicos de origen inicialmente concertados.
En tal sentido habría que contar, al menos, con dos instrumentos operativos: una cláusula de desarrollo a fin de revisar esos compromisos sin exigirse la readecuación de los términos de reciprocidad; y un dispositivo para disparar la evaluación periódica de resultados sobre toda la materia negociada, permitiendo recomponer corrientes comerciales frente a la imposibilidad de aprovechar las concesiones o beneficios acordados.
El autor forma parte del Instituto de Integración Latinoamericana, Universidad Nacional de La Plata