Mercosur: por qué es clave para la economía de la Argentina
Para algunos fue un portazo, para otros una decisión lógica en un contexto de pandemia. Para todos, inesperado. Sin un preámbulo que permitiera entrever que se venía una decisión importante en materia de la gestión de la Argentina en el marco del Mercosur, fue el portal del ministerio de relaciones exteriores de Paraguay el viernes pasado a las 6 de la tarde el encargado de dar a conocer la noticia: la Argentina había puesto al Mercosur en una situación de stand by en materia de negociaciones de los acuerdos comerciales en curso y de las futuras negociaciones del bloque, excluyendo de esta determinación a las ya concluidas con la Unión Europea y con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA). Aclaró que esta decisión no será obstáculo para que los demás Estados Partes (Brasil, Paraguay y Uruguay) prosigan con los diversos procesos negociadores.
Los números indican que sobre un total de exportaciones en 2019 de US$65.115 millones, con una balanza comercial favorable por la caída de las importaciones, US$12691 millones fueron exportaciones al Mercosur, con una balanza comercial favorable de US$448 millones.
Marisa Bircher, especialista en comercio exterior y socia de Biglobal agrega que el Mercosur es la octava economía global y tiene 270 millones de personas con habitantes de ingreso medio (211 millones solo en Brasil). El Mercosur es el primer destino en cantidad de empresas exportadoras. Allí exportan más de 5.500 empresas, sobre un total de 10.500. También es el primer destino de exportación para cerca de 10 provincias, en especial aquellas con un importante desarrollo industrial.Por ejemplo, para la provincia de Buenos Aires representa el 32% de las exportaciones.
Sin embargo hay todavía mucho por trabajar para que funcione mejor. Por ejemplo, el comercio intrabloque representa cerca del 13% del comercio total del Mercosur, según Bircher, muy por debajo del comercio interno de bloques más integrados como el NAFTA (49%) y la UE (63%).
Específicamente el complejo automotriz exportó en 2019 por US$7126 millones en 2019 (10,9% de las exportaciones totales). De ellos, US$4893 fueron por envíos a Brasil. Ayer, durante su exposición en el Senado, el Canciller Felipe Solá dio la clave para entender por dónde pasa la reticencia argentina: "quieren que se trate de igual a igual los autos argentinos y los autos coreanos, cuyas industrias tienen gran cantidad de subsidios cruzados". Se pone sobre la mesa entonces el viejo debate sobre el costo argentino, maximizado por la gran cantidad de impuestos a la producción, costos laborales no salariales, juicios laborales entre otros.
Algunas entidades mostraron su preocupación no solo porque apartarse de las negociaciones significa ceder espacios, sino también por mantener estable y sana la relación con Brasil.Con una balanza comercial positiva en 2019, la Argentina exportó a Brasil su principal socio comercial, US$ 10.386 millones e importó por US$ 10.159 millones, quedando un saldo a favor de US$ 226 millones (hay que aclarar que en un escenario de caída de importaciones por la caída de la actividad).
Argumentos y preocupaciones
En un tweet, Jorge Neme, Secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, resumió la postura del Gobierno: "Ante la incertidumbre internacional y la deuda externa e interna que heredó nuestro Gobierno, no podemos seguir negociando aceleradamente acuerdos de libre comercio que pongan en riesgo la industria nacional y el empleo de los argentinos".
En esta línea y por el mismo medio se expresó el Canciller Felipe Solá: "La mayor parte de nuestra industria, de nuestros servicios y de nuestros empleos afronta una gran incertidumbre en relación al mundo que tendremos. ¿Es el momento para aceptar una aceleración de acuerdos de libre comercio? ¿Con qué consecuencias?". Y fue más allá: "los que piden tratados de libre comercio del Mercosur con otros países no pueden destacar un solo beneficio para el trabajo argentino. Su posición es ideológica: el libre comercio siempre será mejor por definición", disparó. Un comunicado de Cancillería detalló que las posiciones de algunos socios plantean una aceleración de las tratativas hacia acuerdos de libre comercio con Corea del Sur, Singapur, Líbano, Canadá y la India, entre otros.
Fuentes allegadas al Gobierno aseguran que uno de los principales problemas fue la negociación con Corea del Sur, y la falta de flexibilidad para rever condiciones. Aquí hay un nudo a destrabar, aseguran, y es que Brasil impone su posición, pero que por otro lado hay que ir con cuidado porque es el principal socio comercial de la Argentina. La diplomacia será, en este caso, la carta que pueda llevar la situación a buen puerto, o no.
Por otro lado, mientras que, según el Gobierno, no está en discusión la permanencia de la Argentina en el Mercosur, el problema escaló hasta el mismo presidente Alberto Fernández quien está personalmente al mando de lo que sigue, más allá de Cancillería.
Varias entidades dieron su opinión, entre ellas, la Unión Industrial Argentina (UIA), que le dio su aval al gobierno nacional y pidió que las naciones que integran el bloque promuevan "una política comercial que priorice el empleo regional, potencie la inversión productiva en los países que lo componen y resguarde el mercado común".
"Tenemos gran preocupación por el marco jurídico institucional del Mercosur, porque es una puerta de entrada al comercio internacional y también por el volúmen que tiene este mismo mercado", dice Daniel Funes de Rioja, presidente de la Coordinadora de Empresas Alimenticias (COPAL). "Debemos resguardar nuestros derechos en el contexto del Mercosur. Por otro lado, tenemos una relación privilegiada con Brasil en la industria de alimentos y bebidas que hay que cuidar. Vemos el riesgo de una desarticulación del Mercosur y que una negociación de los otros países pueda terminar perjudicando al propio mercado argentino", agrega Funes de Rioja. En un comunicado, Copal opinó que "entendemos que la decisión asumida por los representantes de nuestro país debió haber sido consultada previamente con los sectores involucrados y realizada de manera conjunta", después de análisis sobre su conveniencia.
Por otro lado, la Cámara Argentina de Comercio (CAC) declaró que esta decisión haría de la Argentina una economía más cerrada aun. Según el Banco Mundial, es hoy el séptimo país con menor relación comercio internacional / PBI del planeta, con un ratio de 31% en 2018. Así, la cámara se muestra a favor del avance en negociaciones tendientes "a la obtención de acuerdos económicos y comerciales con otros países".
Otra entidad que se expidió fue la Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias (CEEA) que manifiestó su preocupación por el hecho de "detener la marcha de las negociaciones en curso con Corea del Sur, Singapur, Líbano, Canadá y la India, entre otros países...así como aquellas que están a punto de encararse con el Reino Unido, Vietnam e Indonesia, y retirarse de la mesa de negociaciones en la que, no obstante, permanecerán los demás países del bloque. Cabe destacar -continuó- que nuestro país produce alimentos en cantidades ampliamente superiores a las que demanda el consumo interno, por lo que la exportación y la apertura de nuevos mercados para su comercialización representan una oportunidad insustituible de generar empleo, actividad económica y divisas para beneficio de todos los argentinos".
Roces con Chile
Por otro lado, los estados asociados del Mercosur son Chile, Ecuador, Perú y Bolivia, entre otros. Chile, en quinto lugar como socio comercial, fue el país con el superávit más importante para la Argentina en 2019: US$ 2.521 a favor. Esta semana también la Argentina tuvo sus roces con el país transandino. La cancillería de Chile protestó este domingo porque el presidente argentino, Alberto Fernández, cometió lo que llamó una "injerencia" durante una videollamada que sostuvo con políticos de la oposición chilena, a quienes dio su respaldo. Sin embargo más tarde ambos presidentes hicieron las paces a través de una conversación por teléfono y acordaron una agenda en común.
Qué vendemos
La exportación de productos argentinos al Mercosur es clave para la economía del país. Algunos ejemplos de 2019, según las mediciones del Indec. El complejo automotriz alcanzó en 2019 los 7.126 millones de dólares en exportaciones (10,9% de las exportaciones totales). Su principal mercado fue Mercosur; el complejo triguero vendió al Mercosur por US$ 1.346 millones, con una participación de Brasil de 95,8%; el siderúrgico exportó al bloque US$213 millones, una cifra parecida al aluminio; la cebada llegó a los US$ 1.029 millones y el principal destino fue el Mercosur, lo mismo que el complejo lácteo, que exportó por US$ 270 millones al bloque; la inserción de peras y manzanas fue de US$ 106 millones, con una participación de Brasil de 91,5%; pescados frescos y congelados, US$ 95 millones con una participación de Brasil de 96,8%. Siguen los ejemplos de inserción, entre ellos del complejo farmacéutico, porotos, papa, ajo, complejo textil y azucarero, entre otros.
"La integración nos permite resguardar la capacidad de exportar a estos destinos y llegar a otros destinos en un frente en común", dice Marisa Bircher. "Claramente tenemos que estar juntos. Hay una agenda prioritaria, que es abastecer y alimentar a un mundo con nuevas reglas, entre ellas sanitarias y de trazabilidad y qué mejor que negociarlas juntos".
"El desafío postpandemia es fortalecer el Mercosur y la región de América latina y también, si es posible, la región de las américas. Tenemos que integrarnos más, marcar identidades que permitan definir mejor el contexto en el que podemos prosperar", cierra Funes de Rioja.•