Maximiliano Mauvecin: “Si el Mercosur incorporara a las conversaciones a provincias y privados el destino sería otro”
El dirigente empresario habla sobre los desafíos que presenta el Mercosur y el acuerdo con la Unión Europea, que todavía está lejos de concretarse
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CÓRDOBA.- Maximiliano Mauvecin es el director del Foro Empresario de la Región Centro, integrado por empresarios de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos, las tres provincias que hace 30 años conforman el bloque. Asegura que lograron avanzar en temas importantes, por ejemplo, que el sector privado logró “una interacción que no existía; por la multisectorialidad del espacio hay un intercambio entre sectores e intra sectores que permitió un desarrollo virtuoso”. En esa línea está convencido de que si en el Mercosur se incorporaran a las conversaciones “a las provincias y privados el destino sería otro”.
Los empresarios de la Región Centro vienen reclamando por cuestiones como la hidrovía y la constitución del corredor bioceánico central convencidos de que son claves para ganar competitividad. El foro organiza la IX Jornada de Desarrollo Productivo y Competitividad el 27 de setiembre en Paraná, un encuentro en el que participarán representantes de diferentes sectores nacionales y también de la Unión Europea y de la OEA.
Por ejemplo, en la hidrovía, plantearon que en el Consejo Federal creado por el actual gobierno no se integró a Córdoba, “cuando es un distrito donde están los principales usuarios y se debería tenerla en cuenta más allá de que su territorio no limite con las costas, pero debería ser parte del organismo que puede avanzar en definiciones”.
-¿Dónde está parada hoy la Región Centro?
-La Región Centro lleva 30 años de existencia como una conformación público-privada, la única de la Argentina en el contexto de lo planteado por la Constitución Nacional; los gobernadores tienen presidencias pro témpore, hay un consejo directivo y participación del sector privado yy académico. No solo trata temas de interés, sino que lo más importante es que hace propuestas hacia el país y hacia el mundo.
-Eso en los papeles, ¿lograron las metas planteadas en el arranque?
-Se ha logrado el objetivo central en lo que significa posicionar a la Región Centro desde el punto de vista económico; representa 30% del PBI del país y casi 40% de las exportaciones argentinas, aspectos que muchas veces quedan minimizados desde la mirada centralista. Desde el sector privado se logró una interacción que no existía; por la multisectorialidad del espacio hay un intercambio entre sectores e intra sectores que permitió un desarrollo virtuoso para los actores privados.
-¿Qué desafíos tienen en la primera línea?
-Muchos de los desafíos que tienen que ver con el contexto de la Argentina, como la problemática del comercio internacional tanto coyuntural como estructural que enfrenta el país. Yendo a aspectos más concretos, es clave la constitución del corredor bioceánico central que va desde el centro de Chile, cruza el centro de la Argentina y llega al Atlántico por el sur de Brasil y Uruguay; atraviesa una zona productiva muy importante que por sí mismo tiene una potencialidad enorme. Ese desarrollo genera otro desafío que es el “para diplomático”, donde los gobiernos subnacionales son protagonistas. Vale la pena el ejemplo del Mercosur, que no logró avanzar pese a la realidad que vivimos en el que las provincias argentinas limítrofes con el sur de Brasil y con Uruguay tienen un vínculo entre sí que supera por ejemplo, el de las brasileras, que el propio San Pablo, capital económica y política de Brasil. Hay que afianzar promover y avanzar en esquemas de desarrollo que involucren a estos actores.
-¿Por qué no se avanza en el desarrollo del corredor bioceánico?
-Es un anhelo de décadas y mucho tiene que ver con la infraestructura. Por ejemplo, con Chile el único paso en condiciones es el Libertador, ni siquiera tenemos una vía férrea desarrollada y todo eso tiene un correlato con las posibilidad que implicaría contar con esa infraestructura. Hacia el Atlántico, tenemos la hidrovía, una de las temáticas más complejas a resolver; hubo incluso medidas que la frenaron aún más cuando es una referencia a nivel global por la intensidad del comercio que pasa por allí. A ese esquema hay que sumarle la integración necesaria con los puertos del sur de Brasil y con el Montevideo, hay empresas que operan directamente con esos por la facilidad que dan que es mucho mayor a la de los argentinos. Por supuesto, hay que trabajar también con los puertos en la propia Región Centro, como los de Santa Fe. El puerto de Rosario es una referencia y, por su nivel de desarrollo, no va a dejar de serlo porque se sumen otros. Por el contrario, se amplía la torta.
-¿Cuál es el monto de inversión que requeriría el corredor bioceánico?
-No hay un monto estimado a nivel general. Sí, por ejemplo, la conexión con Chile a través de Agua Negra se calcula en US$1500 millones pero también hay, por ejemplo puentes de Entre Ríos con Santa Fe cuyo monto es diez veces inferior o menos. Hacen falta rutas y puentes que, para un país como la Argentina, deberían ser viables. En muchos casos pasa por una decisión política. La demanda ya existe, hay exportaciones desde esas zonas; hay un conglomerado empresarial trabajando conjuntamente, hemos creado incluso una red que aglutina a los entes privados de la Región Centro.
-¿Hicieron planteos por la hidrovía?
-Hubo reclamos concretos. Por caso, en el Consejo Federal de la Hidrovía creado por el actual gobierno no se integró a Córdoba, cuando es un distrito donde están los principales usuarios y se debería tenerla en cuenta más allá de que su territorio no limite con las costas, pero debería ser parte del organismo que puede avanzar en definiciones. La hidrovía no es solo la entrada por el río de la Plata hasta Brasil, sino que conecta hasta Bolivia, es una red clave para el comercio internacional.
-¿Cómo evalúan los niveles de competitividad en el foro empresario?
-Es un tema clave en el que hay cuestiones de índole local y otras nacionales. La competitividad es un tema de décadas que va desde la desaparición de los trenes a la no construcción de rutas claves, pasando por cuestiones arancelarias y para arancelarias que inhiben la competitividad. Por ejemplo, no es competitivo el transporte local porque las empresas para acceder a camiones de última generación pagan mucho más que sus vecinos y, peor aún, tienen problemas hasta para acceder a los neumáticos. Es todo un combo. Tanto la Argentina como Brasil son dos de las economías más proteccionistas del mundo y eso puede paralizar muchas cuestiones, entre las que está el Mercosur.
-¿Qué rol juegan las provincias en la competitividad?
-Tienen un papel, pueden impulsar la generación de espacios clusterizados que incentivan la relación entre empresas y sectores. Además, no solo es una provincia de manera aislada, no solo en torno a su territorio, sino que hay mucho para hacer en el entorno de la región. Ese es un convencimiento básico, el de tener una visión ampliada. El ámbito privado no tiene jurisdicciones políticas; pensamos con empresarios del sur de Brasil, de Uruguay, de otras provincias hasta comprar insumos en conjunto es una alternativa que se explota.
-Como Región Centro participan en misiones comerciales, ¿qué ven que le falta a la Argentina?
-Una definición clara de cuál es la política internacional y de cómo llegar a determinados mercados. Hemos estado en países africanos donde vemos muchas posibilidades porque, incluso, tienen niveles de exigencia más bajos que mercados desarrollados como la Unión Europea. Hay que trabajar sobre cuáles son las capacidades que tenemos como empresarios y en qué enforcarnos. Hemos participado, promovido y alentado misiones comerciales y, en esa dinámica, de generar integración vemos que si bien existe mucha desconfianza en la Argentina y en los cumplimientos de los compromisos que asume -un tema que excede al empresario y es nacional- vemos que nunca deja de haber expectativa en la capacidad y potencialidad argentina. Por algo el mundo nos mantiene en el G20, seguramente saben algo que nosotros no llegamos a valorar; es un aliciente que nos permite seguir estando entre los países de la región más valorados con Brasil y México.
-Mencionó al Mercosur, ¿por qué cree que está frenado?
-Más que dormido, para muchos está moribundo y es una pena porque es, a mi criterio, una integración virtuosa que no logró un solo acuerdo concreto con ninguna de las grandes economías del mundo. Con la UE se quedó en el pre acuerdo que todavía no fue refrendado. Tal vez al comienzo fue por responsabilidad del Mercosur, consciente de no querer avanzar en algo que no podría cumplir y hoy la UE intenta imponer temas climáticos, cambiaron la agenda con una posición defensiva sobre lo agrícola. En 30 años el Mercosur no integró tampoco a las regiones subnacionales que son las que, insisto, tiene relación diaria con la sur de Brasil y con Uruguay, son las que viven día a día la necesidad del intercambio. Lo mismo con los sectores institucionales privados; casi siempre esos sectores están ausente y son los que llevan adelante el intercambio, conocen la dinámica de los mercados. Si la constitución orgánica del bloque incorporara a esos dos sectores, estoy convencido de que el destino del Mercosur sería otro.
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