Luis Palma Cané: “Recuperar mercados lleva tiempo, sangre, sudor y lágrimas”
El economista considera que el Gobierno nacional sobrevalúa la importancia relativa que tiene la Argentina en el mundo
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Las semanas previas a las elecciones, el presidente Alberto Fernández estuvo hiperactivo en el frente internacional, participó de la reunión del G-20 y de la Cumbre del Clima en Glasgow. Hace tiempo que, además, exprime al máximo sus contactos en el exterior para lograr un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Con todo, para el economista Luis Palma Cané la Argentina “no tiene presencia internacional en el mundo occidental desarrollado porque su posición geopolítica va a contramano de estos países”. Subraya que recuperar mercados afuera no es imposible, pero “lleva tiempo, sangre, sudor y lágrimas”
En diálogo con LA NACION advierte que para que las exportaciones despeguen en función de su potencial hay que “eliminar cepos, liberar tipo de cambio, eliminar retenciones; ser un país ordenado”. Plantea que no hay medidas que alcancen para impulsar las operaciones de comercio internacional sin estas decisiones de base.
-El Presidente se muestra activo en contactos internacionales, ¿se traducen esas participaciones en una ganancia de peso del país a ese nivel?
-Definitivamente no. La Argentina no tiene presencia internacional en el mundo occidental desarrollado porque su posición geopolítica va a contramano de estos países y porque la situación económica financiera es de crisis total, además de que el PBI nacional es menos que el uno por ciento del PBI mundial. En el Gobierno anterior -sin hacer consideraciones de valor- la importancia relativa del país era mucho mayor porque su orientación internacional era otra, estaba alineada con otros países y no con Nicaragua, Bolivia o Cuba.
-¿Qué el país integre el G20 implica una consideración especial?
- Si está en el G20 es porque se lo merecía en la década de ‘90, cuando (Carlos) Menem y (Domingo) Cavallo lograron que ingresara, pero los miembros saben perfectamente que si se barajara de nuevo la Argentina no figuraría. Todas las posturas que lleva se escuchan y punto; nada más. La única consideración es que está ahí, no hay otra.
-Voceros del Gobierno insisten en que los apoyos alcanzados, por ejemplo, para la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) son claves, ¿es así?
- Evidentemente hay una sobre ponderación de lo que pueden hacer las posiciones argentinas. Las dos posturas que está tratando de imponer antes de presentar el plan apuntan a cambios de estatutos del FMI. Lo que pretende sobre las sobretasas y la extensión de diez a 20 años del plazo de pago es querer modificar el estatuto que dice claramente lo que se debe hacer con países que tienen deudas por encima de lo permitido y que fija el período máximo para facilidades extendidas. Más allá de que son posiciones que no son muy escuchadas, van en contramano.
-¿Le quita peso a esas posiciones el alineamiento geopolítico del país al que se refirió?
-Es negativo directamente. Estados Unidos es el que manda en el FMI, es el único con poder de veto. Si entre 40 miembros tiene poder de veto, eso es poder. Y no creo que vea con buenos ojos las posiciones asumidas por la Argentina respecto de Nicaragua, Venezuela y Cuba.
-Con las elecciones de Nicaragua la posición fue y volvió…
-Es un doble error porque en general la posición va en contramano de las democracias republicanas occidentales pero, además, la volatilidad es tremenda. A veces para tratar de subsanar algo, declara otra cosa… pero en general las votaciones van en la tendencia de la geopolítica equivocada. Acá no cambia no nada, con este Gobierno no cambia nada.
-Hubo varios anuncios para impulsar exportaciones, ¿sirven?
- Lo que hay que hacer es eliminar todo lo que hay. Eliminar los cepos, liberar el tipo de cambio, eliminar retenciones, ser un país ordenado. Dejar de hacer estos mejunjes. Hay pocos países en el mundo que ponen retenciones; es impensable en uno como la Argentina que necesita exportar. Si ponemos retenciones, tenemos un tipo de cambio atrasado, cepo, y no podemos girar al exterior divisas no se puede pensar en un salto de exportaciones sostenible.
-¿Se puede eliminar “todo”?
- Poder se puede, pero este Gobierno no tiene ni la capacidad ni la ideología para hacerlo. El populismo no tiene un origen en la economía sino en la política, es una posición que considera que son los únicos que defienden los intereses del pueblo y el resto es el enemigo. En ese sentido entienden que el que mejor interviene para evitar que el enemigo subyugue al pueblo es el Estado, por eso el populismo cada vez necesita mayor intervención del Estado. Por eso no se puede pensar este Gobierno va a liberar los cepos y las restricciones, sería como ir en contra del dogma de la Virgen María.
-¿En la actual situación fiscal, cree que se pueden eliminar las retenciones?
- Empecemos por bajarlas y después vemos. El asunto es que la situación es de crisis profunda; alta inflación, recesión, pobreza, indigencia, cepo…Es una olla a presión; lo que podemos discutir es cuándo va a explotar. Esa discusión es un ejercicio intelectual, discutir cómo o cuándo. No se puede hablar de una cosa puntual como las retenciones cuando se requiere un plan integral, un programa monetario, fiscal, cambiario. Una parte de ese programa serán las retenciones, pero en el marco de un todo. Al final del día hay que eliminarlas pero son solo una parte de las soluciones que hay que poner en marcha, son una parte del conjunto de medidas a tomar. Y el Gobierno, antes de presentar un programa, va al Fondo a decirle que en vez de pagar en marzo quiere pagar en más tiempo. Lo mínimo que debe hacer es presentar un programa.
-El Presidente prometió enviar un programa plurianual de crecimiento sostenido al Congreso…
- Cómo creerle a alguien que sale a festejar después de haber perdido. Por qué no habló el primer día de un programa, decirlo ahora es estar reconociendo que no lo tiene. Recordemos que llegó a decir que no confía en los planes económicos. Hay una crisis severa y no se ve un camino; lo voy a ver cuando presenten un programa.
-¿La pérdida de mercados o desplazamiento de posiciones podrían recuperarse rápidamente con un ordenamiento de la economía?
- No. Definitivamente poder recuperar el terreno perdido lleva tiempo; recuperar no es imposible pero requiere sangre, sudor y lágrimas. Todo país que está en el camino correcto es el que tiene un grado de apertura económica -tanto para importaciones como para exportaciones- que la Argentina no tiene. Lo que hizo con las exportaciones de carne es el paradigma de la locura; ya habían hecho lo mismo y se perdió un tercio del rodeo. Se pegan con la pared y vuelven a hacerlo. No tengo ninguna confianza; igual dejo la puerta abierta para ver que van a escribir. Llamar a la oposición a una mesa de diálogo es otra locura; que hagan el programa y lo discutan en el ámbito natural que es el Congreso. Esperemos que la oposición, que también comete errores, tenga en cuenta eso.
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