Lucas Capuano: “Hasta ahora llegaron al país 4 millones de vacunas”

Con más de 40 años de experiencia en la industria de la salud, Grupo Logístico Andreani retira de Ezeiza, prepara y almacena la vacuna Sputnik, mientras que Correo Argentino la distribuye. Sí se ocupan del proceso completo de las vacunas Sinopharm y Covishield. Para Lucas Capuano, Director Comercial Segmento Salud en Andreani, “este proyecto es de gran relevancia e impacto social, y representa un enorme desafío por estar relacionado con la salud de las personas. Aquí, la sustentabilidad y la responsabilidad social jugaron un rol muy importante”, comentó Capuano a La Nacion.

Agrega que lo que sucede con esta pandemia “es algo inédito en la historia de la compañía. Jamás pensé que iba a vivir esto. Sabemos que es una responsabilidad enorme”.

–¿Por qué este operativo es especial?

–Porque aunque gestionamos un gran volumen de medicamentos todos los años, este operativo, de las vacunas, conlleva compromiso y responsabilidad social, que incluyó la donación de una parte de nuestro trabajo al Estado (la operación logística de las primeras 300.000 dosis fue sin cargo).

–¿Qué los diferencia del resto de los operadores?

–Creo que el hecho de contar con mucha experiencia en el desarrollo de soluciones logísticas integrales para la industria de la salud, con capacidad para distribuir 400 millones de medicamentos por año en todos sus rangos de temperatura y hacia sus distintos canales, fue uno de los aspectos elementales que posibilitó la obtención de la licitación. Afortunadamente, para esta tarea, la Argentina, no tuvo que buscar ningún actor en el exterior, lo pudo resolver con compañías locales y con el Ministerio de Salud; desde nuestro lugar, como compañía argentina aportamos nuestra estructura, conocimientos y experiencia.

–¿Cómo realizan los procesos logísticos para las vacunas?

–Por medio de nuestros estándares operativos; compartimos con el Estado nuestra forma de trabajar para los procedimientos estándar y, en base a sus requerimientos, adaptamos los procesos. Tenemos una Certificación ISO 9001 -Gestión de Frío- y nos basamos en esa certificación; el año pasado reacondicionamos las cámaras de frío destinadas a productos farmacéuticos en las plantas de Avellaneda y Malvinas Argentinas, donde también se remodelaron los espacios de acondicionamiento secundario. Adaptamos nuestras cámaras de frío para el nivel de temperatura, en principio, para lo que requería la vacuna Sputnik y luego, para las nuevas fórmulas que fueron llegando de Sinopharm y AstraZeneca -Oxford. También fortalecimos las condiciones para ensayo de temperatura que, en nuestro caso son de 2° a 8 °C como para este tipo de vacunas.

–¿Y la trazabilidad?

–Trabajamos con sistemas en conjunto con el Estado Nacional mediante los cuales administramos las vacunas que recibimos, informamos lo que preparamos y hacemos la trazabilidad de la distribución por medio de interfaces directas con el Estado, para que todo lo que sucede se monitoree en tiempo real.

–¿Qué herramientas utilizan?

–Todas las operaciones de retiro de las vacunas, desde Ezeiza hacia nuestras plantas operativas donde se almacenan las vacunas, se hacen con seguimiento satelital; por medio de esta tecnología se puede garantizar al Estado el recorrido de la unidad desde la llegada a Ezeiza de las vacunas en los horarios preestablecidos, hasta el traslado hacia nuestra almacén. Ese control incluye aperturas de las puertas de las unidades y de las cajas donde se almacenan las vacunas y así existe la seguridad de que nadie abrió el contenedor en ningún momento.

–¿A qué centros las llevan?

–Para las vacunas Covid tenemos tres centros: uno está ubicado en Avellaneda, otro, para hacer el almacenamiento más masivo de las vacunas, está en Malvinas Argentinas, y hay un tercero en Benavidez. Ahí almacenamos vacunas que son de 2 a 8°C en una cámara de frío que está preparada para eso.

–¿Cómo proceden cuando llegan a la planta?

R–Hacemos un control físico a través del sistema WMS (Warehouse Management System) o Gestión de Almacenamiento-que incluye el ingreso físico de la vacuna. Se realiza un registro de cuántas vacunas se recibieron, el lote y su temperatura (mediante medidores de temperatura calibrados y certificados). Luego se verifica y se registra que la carga cumpla con las condiciones de calidad y temperatura adecuadas y posteriormente se ingresan en cuarentena al sistema de stock para su almacenamiento.

–¿Qué significa que permanecen en cuarentena?

–Todos los productos farmacéuticos, al igual que las vacunas, entran en cuarentena, aunque es un procedimiento rápido, de solo unas horas, para luego liberarlas para su distribución. En esta etapa interviene también el sistema WMS, de almacenes. Al recibir todos los pedidos de forma digital, los procesamos y analizamos qué lote tomamos para preparar los pedidos para su distribución.

–¿Qué cantidad de vacunas recibieron hasta ahora?

–Aproximadamente unos 4 millones de vacunas.

–¿Cómo se prepara la distribución?

–Las dosis se introducen en conservadoras de frío con un rango térmico de entre -18°C y -30°C. Cada una se identifica con un rótulo externo que indica destino, N° de remito, número de conservadora; cuántas conservadoras se deben entregar en cada destino, peso registrado, tiempo, fecha y hora de vencimiento del frío.

–¿Y cómo manejan el stock?

–Una vez que procesamos el stock de vacunas las ponemos a disposición del Ministerio de Salud para que las administre. Ellos nos transmiten pedidos en función de las demandas de las provincias y nosotros vamos entregando en función del stock. Cuando cerramos la conservadora ahí empieza a intervenir el sistema de transporte TMS para hacer todo el transporte y la trazabilidad de la conservadora hasta el destino. Le informamos al ministerio de salud nacional todo en tiempo real.

–¿Dónde las distribuyen?

–Se realiza la distribución hacia los 24 depósitos y establecimientos de salud. A Buenos Aires y Capital dentro de las 24 horas y en 48 horas al resto del país.

– ¿Cuánto tiempo se conservan las vacunas?

–Las conservadoras tienen autonomía de 72 horas, por lo que permiten que durante todo el viaje terrestre a las provincias (salvo muy pocas localidades del sur, que se llevan por vía aérea) tengan tiempo para hacer redistribuciones internas.

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