Los cambios que impactan en la relación
La evolución del real, el aumento del precio de las commodities y las ventas a nuestro país, piezas para armar el rompecabezas
Uno de los temas de preocupación en la Argentina frente a la fuerte incertidumbre que nos plantea el panorama internacional es la evolución que pueda sufrir el real, la moneda de nuestro principal socio regional. No es un tema menor sobre todo si analizamos lo que pasó en los últimos años en la relación comercial con Brasil.
El aumento en los precios de los productos primarios y el proceso de revaluación del real generaron una primarización en el valor de las exportaciones brasileñas. En efecto, según la Fundação Centro de Estudos de Comércio Exterior (Funcex), las exportaciones de manufacturas de Brasil cayeron un 15% en volumen entre 2005 y 2010, por lo que perdieron participación dentro del total durante esos años (del 55% al 38,4%).
El cambio en la composición de las exportaciones brasileñas está vinculado con una modificación estructural en el destino de esas exportaciones. El creciente rol que está asumiendo China, que aparece como fuerte comprador de mineral de hierro y soja, se acentuó después de la crisis de 2008 ante el diferencial de crecimiento entre este país y el resto del mundo. Hacia 2010, China se convirtió en el principal socio comercial de Brasil.
Por otro lado, en relación con el comportamiento de las exportaciones de manufacturas, su desempeño hubiera sido mucho peor si no fuera por el fuerte crecimiento que registra el Mercosur y especialmente la Argentina. Es que las exportaciones de manufacturas brasileñas al Mercosur crecieron más del 90% entre 2005 y 2010, por lo que la participación del bloque pasó del 16,5% en 2005 al 25,8% en 2010 y al 27,3% en mayo de este año. Esto las vuelve cada vez más dependientes del bloque y sobre todo de nuestras compras.
Como contrapartida de esa situación, la participación de las exportaciones hacia Estados Unidos (que cayeron casi un 40% en valor en ese período) cae a la mitad (del 25% al 12,7%). La caída se observó especialmente en el sector de automóviles y aviones, como consecuencia de la retracción que sufrió la demanda de esos productos. En el caso de otros segmentos como máquinas y herramientas, calzados y artículos de cuero, la caída se dio por una pérdida de competitividad con relación a los países asiáticos y a China, lo que revelaría que la concentración de las ventas de manufacturas al Mercosur estaría vinculada a un creciente rol jugado por China en el escenario internacional.
Es así que, a pesar de la ventaja cambiaria acumulada por la Argentina durante los últimos dos años, el Mercosur se convirtió en el principal destino de las exportaciones manufactureras de Brasil, desplazando a los Estados Unidos Esto puede estar relacionado, también en este caso, con el fuerte crecimiento que muestran los países del bloque, así como con el aumento de los precios de las commodities , lo que les permitió expandir sus importaciones. Los productos que más crecieron incluyen a los automóviles así como los sectores de máquinas y equipamientos, y aparatos y materiales eléctricos.
En este contexto, una creciente preocupación por la fortaleza del real llevó al Banco Central brasileño a recortar la tasa de interés hacia finales de agosto, lo que permitió una devaluación del real (que llegó al 6% en los primeros días de septiembre). Pero esto podría ser el inicio, como recomiendan algunos funcionarios, de un cambio de rumbo en la política monetaria en favor de una reducción más marcada de la tasa de interés que podría augurar una mayor devaluación del real en los próximos meses, lo que genera preocupación en círculos industriales de la Argentina.
Pero el hecho de que el Mercosur sea el único mercado importante para las exportaciones manufacturas brasileñas que ha mostrado un comportamiento dinámico justifica para la Funcex que se le atribuya una importancia estratégica en la política externa brasileña y que valga la pena hacer los máximos esfuerzos para atenuar posibles conflictos comerciales. Esta postura debe ser tomada en cuenta para que la realidad no nos encuentre en una situación similar a la que tuvo lugar en 1999, cuando la devaluación abrupta del real nos llevó a una fuerte reducción del comercio bilateral. Para ello es necesario llevar adelante negociaciones comerciales de carácter estratégico y avanzar en la integración productiva con Brasil como forma de enfrentar en forma mucho más eficaz los posibles embates que puedan provenir del escenario internacional.
La autora es docente e investigadora de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA y del Conicet