Las regiones subnacionales en el acuerdo Mercosur-UE
La primera pregunta que nos hacemos es por qué tardamos tanto en dar a luz un acuerdo como el del Mercosur y la Unión Europea. Y más allá de las explicaciones políticas, existen también razones fácticas que se basan fundamentalmente en la histórica ausencia del empresariado en las mesas de negociación.
Pero poner en duda la relevancia de este acuerdo podría transformarse en otro error importante, atentando contra la sostenibilidad de los compromisos alcanzados y cerrando nuevas oportunidades para nuestras empresas. La trascendencia del acuerdo es indudable y radica fundamentalmente en la renovada voluntad de integrarse al mundo y en la apertura que este mundo nos demuestra.
Estamos en un proceso de globalización que no vuelve atrás y que, si bien lleva décadas, paradójicamente nos suena novedoso. En ese contexto, la conformación de bloques como el Mercosur resultan convenientes en los procesos de negociación internacionales. Está claro que en toda negociación se busca siempre recibir, pero también hay que pensar en qué ofrecer, y un bloque económico nos permite adquirir escalas de mercado que la Argentina aislada jamás podría alcanzar.
De este modo, la incidencia repercute también de manera directa en el fortalecimiento de los vínculos regionales, es decir, afianza nuestras relaciones con los vecinos, relaciones que en muchas ocasiones parecieron tambalear entre las naciones pero que en la realidad de las regiones subnacionales siempre estuvieron vigentes.
Las provincias limítrofes con países vecinos y otras que son atravesadas por los corredores bioceánicos, han mantenido en sus agendas la relevancia de la integración regional. Para Porto Alegre es vital el vínculo con Argentina y Uruguay, más que con Sao Paulo, su capital económica. De la misma manera, para Coquimbo o Atacama ha sido clave, históricamente, la relación con provincias argentinas como San Juan o La Rioja, más que con Santiago de Chile.
Es así que la paradiplomacia de los gobiernos provinciales ha cobrado relevancia en años donde las esferas nacionales les daban la espalda y, en algunos casos, hasta les cerraban los puentes. Pero ha sido fundamentalmente el sector privado del interior, de todos los países del cono sur, el que ha promovido sostenidamente espacios de diálogo transnacionales. Un claro ejemplo de ello es una red de cámaras empresarias del Corredor Bioceánico Central denominada RedCBC, creada hace más de cinco años y que hasta hoy mantiene una agenda activa de misiones comerciales, encuentros y jornadas de integración.
En mayo de 2018, por ejemplo, a solicitud del Foro de Entidades Empresarias de la Región Centro (conformada por más de 50 cámaras de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos) que integra la RedCBC, se generó en la sede del Gobierno de Santa Fe, en Rosario, la Jornada Debate "Acuerdo Unión Europea – Mercosur: Desafíos y Riesgos para las Economías Regionales", donde participó el propio Dante Sica, semanas antes de saber que asumiría como ministro de Producción.
Es decir que los tratados internacionales siempre estuvieron presentes en la agenda de las regiones y deberían ser también estas las que protagonicen las negociaciones de procesos de integración, y los sectores privados regionales quienes trabajen junto al Gobierno en el desarrollo de las herramientas necesarias para su propia competitividad.
Cada región tiene sus propias características y cada sector sus propias realidades, desconocerlo sería el primer error para comenzar a desandar el camino del nuevo acuerdo con la Unión Europea.
El próximo martes 16 de julio en la sede de la Bolsa de Comercio de Santa Fe las instituciones de la Red CBC llevarán a cabo su VI Encuentro Internacional Empresario, evento reconocido por la Secretaría del Mercosur de la Cancillería Argentina como Side Event de la 54ª Cumbre de Presidentes del Mercosur. Autoridades de la propia Cancillería han confirmado su asistencia y otras autoridades nacionales y provinciales están siendo convocadas. Será sin lugar a dudas un nuevo espacio y una gran oportunidad para el sector privado de conocer los detalles del acuerdo con la Unión Europea, pero también de elevar propuestas concretas para el desarrollo económico y la integración, desde una mirada regional.
Maximiliano Mauvecin