La terminal marplatense que costó 7 millones de dólares pero nunca se utilizó
MAR DEL PLATA.- En el verano de 2012 y con una inversión de US$ 7 millones, quedó construida la terminal de cruceros en el puerto de esta ciudad. Desde entonces, la estructura de acero y vidrio de 1600 m2 nunca se usó para ese fin. En la próxima temporada estival, mantendrá su invicto de naves de lujo.
El cubo blanco que rompe la chatura de la Escollera Norte resume de manera tangible las prioridades en materia portuaria de la anterior gestión que encabezó el gobernador Scioli y tuvo en el ex intendente Pulti al mejor discípulo.
Al puerto centenario, que necesitaba infraestructura y muelles adicionales para descomprimir el hacinamiento de la flota pesquera en el espejo interior, lo quisieron transformar en el epicentro de la industria de cruceros en la provincia de Buenos Aires.
Claro que la rapidez con que avanzó la obra del edificio no coincidió con las obras de dragado en la boca del puerto como para garantizar, al menos, que los cruceros que decidieran hacer escala aquí pudieran entrar. Las consecuencias del fracaso de la draga Mendoza en su intento por recuperar calado en el canal principal y secundario del puerto entre 2009 y 2012 fueron más graves que no permitir que ningún crucero pueda darle sentido a la Terminal. Durante 36 meses la salida de exportaciones estuvo suturada por la imposibilidad de que buques portacontenedores pudieran sortear el banco de arena que obstaculizaba el ingreso al puerto.
Dragas chinas
Cuando en 2014 las dragas chinas comenzaron a profundizar el canal exterior e interior del puerto en una obra que costó más de 100 millones de pesos, pareció que se rompía el maleficio y junto con los portacontenedores llegarían las naves de lujo. La Terminal seguía lista y esperando. En marzo de aquel año ingresó el crucero Ocean Diamond, de 124 m de eslora, con 184 turistas chinos provenientes de los canales fueguinos. La nave debió amarrar en el muelle de ultramar, en medio de descargas de pescado, lejos de la Terminal. El arribo no formó parte de ninguna escala sino que fue de urgencia. El viaje tuvo contratiempos y entrar a Mar del Plata fue la única alternativa para que los pasajeros puedan tomarse un colectivo a Ezeiza y no perder sus vuelos a destino.
El Ocean Diamond fue un espejismo. La chance de inaugurar la mole vidriada se esfumó con el presupuesto del dragado. Los fondos no alcanzaron para profundizar el muelle de amarre y las nuevas autoridades portuarias llegaron con otras prioridades.
Sin cruceros a la vista
"No están previstos cruceros para esta temporada. A la fecha ningún agente marítimo presentó pedidos ni siquiera sondeos de muelle. Si eventualmente entra alguno lo pondremos en el muelle de ultramar", sostuvo Martín Merlini. El nuevo Presidente del Consorcio Portuario Regional de Mar del Plata ha sido crítico de la política pro cruceros. Operador portuario, desde que tomó funciones, Merlini ha tratado que el muelle de 290 metros de la Terminal de Cruceros pueda ser utilizado como zona operativa de la flota pesquera. Falta que el Consorcio Escollera Norte, creado por la provincia de Buenos Aires para administrar la Terminal, se disuelva y el muelle pase a órbita del Consorcio Portuario con la venia de la Armada.
Sin cruceros, el edificio pensado para recibir turistas internacionales ya tiene otro destino. El primero que movió fichas fue el intendente Carlos Arroyo, quien lo usó como playón de la Dirección de Transporte y Tránsito.
Ahora se espera que fuerzas federales mandadas por el Ministerio de Seguridad de la Nación ocupen sus amplias oficinas de la planta baja, tabiquen la confitería y la sala de embarque con vista al mar en el piso superior.
Mucha mampostería ordinaria para tanto glamour artificial.