La Salamandra, oro en dulce
La empresa ganó el Premio de Oro en la feria Fancy Food Show de Nueva York y va por más
Es casi el mediodía del lunes y Javier González Fraga saluda montado en su caballo; detrás, las casi 140 búfalas se mezclan entre vacas como lunares negros. Es La Salamandra, el campo donde el ex presidente del Banco Central vio cumplirse uno de sus sueños.
Aquí, el economista elabora dulce de leche y mozzarella de búfala, dos productos con los que se hace agua la boca. Con el primero acaba de ganar el Premio de Oro en la feria Fancy Food Show de Nueva York, donde compitió con más de 3000 productos en la categoría de dulces, mermeladas, untables y aderezos dulces.
En 1991 comenzó a producirlo, siempre con la idea de venderlo en el exterior. "Las Pyme tienen que ser exportadoras; no concibo la idea de que se dediquen solamente al mercado interno y las grandes a exportar", dijo González Fraga a La Nación .
El empresario reconoció haberse sentido "triste" en la feria realizada en Estados Unidos, donde fue reconocido, porque "había muchísimos stands de Chile y de Brasil, pero ninguno de la Argentina". Según él, "el gobierno tendría que ayudar más a mostrar nuestros productos".
Por eso, cuando regresó de la Fancy Food Show, González Fraga visitó al presidente Fernando de la Rúa con su premio. "En el fondo, lo hice para llevarle ese mensaje: las Pyme argentinas pueden, ayudémoslas", señaló.
El dulce de leche de La Salamandra pudo ingresar el año último en Dean & De Luca, una casa de delicatessen de Nueva York, y eso fue suficiente para que De Medici Imports se interesara en el producto y quisiera importarlo. Finalmente, fue en su stand donde la firma argentina se mostró frente a los ojos dulceros de los mayores expertos.
En 1999, la empresa -que forma parte de Reunida, entidad que agrupa a las industrias de la alimentación- exportó casi el 3% de su producción de dulce, por unos 60.000 dólares. "Este año vamos a exportar un 5% y, seguramente, un 10% en el año 2001", aseguró.
El principal mercado es Estados Unidos, "aunque Brasil podría posicionarse muy bien, y el sudeste asiático tiene mucho potencial".
Reconocimiento premium
En la planta de La Salamandra, en Torres, provincia de Buenos Aires, trabajan 35 personas. Actualmente, está en pleno proceso de ampliación y modernización. El objetivo es también vender en el exterior miel, alfajores y quesos, tres productos que la firma desarrolla para el mercado interno.
"Nuestra aspiración es llegar a exportar en el futuro no menos del 30%, pero con una condición: siempre que los productos sean reconocidos como premium -subrayó-. No pretendo exportar un commoditie, sino un producto de calidad y alto precio." Para González Fraga, la piedra basal es tener una oferta competitiva. "Si uno no la tiene para el exterior, tampoco la tiene en la Argentina, aunque no exporte. A mis amigos de otras Pyme les digo que ya compiten con los productos extranjeros porque están en el supermercado de la vuelta; entonces, de ahí a la exportación hay un solo paso."
Pero para estar presente en otros mercados no basta con abrir el frasco de dulce y mostrar sus cualidades. Las normas internacionales que certifican la calidad y los procesos son las llaves con las que se abren las puertas de los países, y más si se trata de alimentos.
La Salamandra está trabajando en las normas ISO 9000 y Haccp, entre otras, y también para que los productos sean considerados kosher de forma permanente. Es una manera de hacerle frente a la Comunidad Europea, que impone una larga lista de exigencias para importar lácteos.
"Tenemos pedidos de Harrod´s de Londres que no podemos satisfacer debido a las barreras -aseguró González Fraga-. Pero pensamos lograr la autorización para exportar a Europa a fines de este año."
Cuestión de origen
Se necesitan estándares regionales
Para el presidente de La Salamandra, en la Argentina falta trabajar en aspectos como la denominación de origen. "No tenemos estándares regionales _expresó Javier González Fraga_. Si el Gobierno certifica un dulce de leche elaborado en el campo, exportarlo sería más fácil."
Al mismo tiempo, el economista reconoció que para contar con esa herramienta se necesita un presupuesto estatal mucho más amplio. "Australia gasta 15 millones de dólares anuales para promover las virtudes de su carne; la Argentina, casi cero. Nuestra carne es mucho mejor que la australiana, pero la de ellos tiene más mercado porque la difunden más", comparó.
En el plano nacional, González Fraga vislumbra un futuro promisorio para las pequeñas y medianas empresas. "Hubo un enorme proceso de selección entre las Pyme en estos años, y están surgiendo nuevas, que son competitivas de arranque", afirmó.