La oportunidad de los servicios
Son 23 los sectores con alto potencial que en los últimos años perdieron competitividad por el aumento de costos; medidas para incentivar las exportaciones
La Argentina tiene 23 sectores económicos potencialmente involucrados en la exportación de servicios. Eso representa para nuestro país una gran oportunidad.
Sin embargo, en un contexto de competencia mundial, aparecemos por detrás de México, Chile, Brasil y Costa Rica en materia de localización de servicios. México se encuentra sexto en el Ranking del Índice General de Localización de Servicios de 20111M; Chile en el puesto 10, Brasil en el 12, Costa Rica en el 19 y Argentina en el 30. Además, cabe destacar que Costa Rica subió 15 lugares en 4 años (desde 2007), mientras que Argentina descendió siete lugares en el mismo período de tiempo. Y eso sólo por mencionar a los competidores de la región, en un negocio variable y global.
Aun así, nuestro país tiene ventajas competitivas que, dadas ciertas condiciones, podrían explotarse. Ellos son: recursos humanos calificados; infraestructura en comunicaciones e informática; empresariado creativo e innovador; importantes centros urbanos desarrollados; afinidad cultural con potenciales compradores (Estados Unidos a la cabeza); banda horaria conveniente, y portafolio diversificado en la oferta, invitan a realizar ciertas adaptaciones para que se libere todo nuestro potencial.
Las empresas que exportan servicios aumentan la inversión directa, balancean el portafolio de exportaciones e incrementan los recursos fiscales. La AmCham capacita a las empresas socias en las mejores prácticas para dominar la temática, y acerca a las autoridades la información pertinente para adecuar las normativas vigentes a las realidades que este tipo de exportación exigen (principalmente fiscales, laborales y de promoción industrial).
Tenemos un total convencimiento de la necesidad de emprender y llevar a cabo una serie de decisiones articuladas entre el sector público y privado, que permitan capitalizar las potencialidades argentinas para el desarrollo de este tipo de servicios empresariales como una oportunidad genuina de desarrollo local.
Menos competitivos
Puesto en contexto, el incremento en los costos de los últimos tiempos le restó competitividad al sector, transformó la fisonomía de las exportaciones de servicios, y dejó en pie a las de alto valor agregado, producidas por profesionales argentinos, mundialmente reconocidos por su creatividad y talento.
Servicios complejos como los que proveen Accenture, HP, IBM, Turner, Motorola, Microsoft, Google, CH2MHill y PwC, por nombrar algunas empresas, y profesionales del diseño, la publicidad, la contabilidad y hasta centros de enseñanzas de idiomas siguen peleando por su lugar en el mundo.
En este escenario de deslocalización de la materia gris, uno de los beneficios que se debe tener en cuenta es la posibilidad de desarrollar polos industriales medioambientalmente amigables. Tandil, Azul, San Luis, Tucumán, La Punta, Río Cuarto y Córdoba son algunos ejemplos de éxito en este terreno.
Las posibilidades en este tipo de actividades son ilimitadas, y las ventajas, evidentes. Generar un contexto adecuado para incentivarlas es clave para poder seguir creciendo.
Para eso, nuestro país debería trabajar en dos frentes simultáneos.
En primer lugar, de cara al corto plazo, creando un marco regulatorio que incentive y promueva la exportación de servicios mediante incentivos fiscales específicos (como la propuesta de creación del régimen de promoción para este tipo de exportación), el acceso a recursos financieros que aceleren el crecimiento, la formación y desarrollo de los recursos humanos, y la simplificación de los procesos asociados (radicación de inversiones, acceso a los beneficios, etcétera), entre otros.
Específicamente en lo relativo a los beneficios fiscales, un incentivo para la atracción y consolidación de las inversiones de capital, no habría que dejar de contemplar la deducción del impuesto a las ganancias pagado en el exterior, la reducción de las contribuciones patronales relacionadas con la exportación de servicios, la doble deducción de las inversiones en desarrollo y formación de capital humano y la exención de derechos de importación del equipamiento informático requerido, entre otras opciones.
En segundo lugar, en el mediano y largo plazo, es necesario contar con reglas de juego claras y estables; condiciones macroeconómicas consistentes; calidad de tecnología de la información, infraestructura física y comunicaciones; confidencialidad de la información y políticas eficientes en materia de propiedad intelectual; reforzar la calidad del sistema judicial; contar con métricas de medición confiables, y fomentarla innovación y el espíritu emprendedor.
Se trata de pequeñas decisiones que pueden hacer muy grande a toda la industria de servicios de exportación.