La mayor oferta llevó los precios a la baja
"En comercio exterior es posible hacer las cosas mejor y ser eficientes. No hay que resistir los cambios que están ocurriendo en el mundo, porque todo lo que lleve a agilizar las operaciones y reducir burocracia favorece al país", aseguró Jorge Heinermann, director de Transportes Universales (TUSA), e integrante de las comisiones de Aduana y Puertos, y de Transporte y Logística de la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA).
Los cambios en los últimos años en el tráfico internacional significaron, entre otros, una baja en los fletes.
"El exceso de oferta en el transporte marítimo provocó la caída de los importes de los fletes. Por contenedor de 40 pies de Buenos Aires a Shanghai se paga alrededor de 800 dólares; a la costa este de Estados Unidos US$ 1000, y al norte de Europa unos US$ 800, incluyendo gastos. Hace unos seis años el flete era aproximadamente el doble", explicó Heinermann.
Los principales costos, señaló el empresario, "son los de operaciones en el puerto. Esto incluye movimientos del contenedor, precintado, pesado, verificación, entre otros. Y esto sin contar los movimientos extras, o los costos de operar fuera de los días y horarios hábiles en las terminales o en la Aduana, que son altísimos".
Otro punto son las intervenciones de los organismos competentes como el Anmat (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica), Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) o INAL (Instituto Nacional de Alimentos), según el tipo de producto, que demandan trámites que deberían realizarse en el día; en caso de postergarse se generan más costos.
Heinermann estimó que "en una operación normal los costos totales desde que se retira un contenedor vacío (en un radio de 50 kilómetros del puerto), hasta que se lo carga en el buque pueden alcanzar entre 1500 y 2000 dólares".
La digitalización de los procesos que recientemente se instrumentó en la Argentina, en especial la Ventanilla Única de Comercio Exterior (VUCE), "es un gran avance, pero genera resistencia y demoras. Y todo lo que implica demoras son costos que llegan a extremos inimaginables y dejan a nuestros productos fuera de competencia en el mercado internacional", afirmó.
En cuanto al rediseño del Puerto de Buenos Aires y al llamado a licitación anticipado, Heinermann destacó que "al reducirse el número de terminales (a dos) se ampliará el espacio para las operaciones. Además está previsto el mejoramiento de los accesos al puerto, son importantes pasos hacia la modernización del puerto. Esperamos un diseño operativo más ágil".