La encrucijada de la transición
Las decisiones que deben tomarse en logística para enfrentar los retos?de cara a 2050?se dirimen entre?los “tradicionalistas” y los “nativos digitales”
¿Será la Generación Y (o la hermana que le sigue, la Generación Z), la de los llamados nativos tecnológicos, capaz de resolver los desafíos que se vienen para la logística 2050?
Mientras los dinosaurios (tradicionalistas) y los aliens (nuevas generaciones) conviven en la complejidad de un período en transición hacia los grandes cambios, para el especialista alemán Michael Kuchenbecker, director de Logistics Alliance Alemania, hay cinco escenarios posibles que la logística del futuro deberá resolver: un mundo impulsado por el materialismo y altos niveles de consumo, pero que afrontará un cambio climático muy grande; la explosión de las megaciudades; sociedades con estilos de vida personalizados, gran progreso tecnológico y procesos de producción que cambian drásticamente, y un proteccionismo paralizante que agravará la escasez de recursos.
Estas conclusiones están recopiladas en un estudio global encargado por DHL y realizado por 42 expertos de las Naciones Unidas y diversas organizaciones internacionales como el Foro Económico Mundial, el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), el Rocky Mountain Institute y el Instituto de Estudios del Futuro de Copenhague.
El informe fue presentado ante más de 500 personas que asistieron al 22° Encuentro Nacional de Logística Empresaria, organizado por la Asociación Argentina de Logística Empresaria (Arlog), días atrás en el hotel Sofitel Cardales.
Con la participación inicial del periodista económico Tomás Bulat, la jornada fue abierta por Marcelo Arce, presidente de Arlog, y de Diego Passeron, presidente del encuentro, quienes anunciaron también el lanzamiento del programa operario Arlog calificado, que fomenta acciones de responsabilidad social empresaria (RSE), junto con la firma Plaza Logística.
"Son varios escenarios potenciales que quizá no se concreten exactamente como lo describimos", advirtió Kuchenbecker. ¿Cuáles son las implicancias a nivel logístico? Para el especialista, "el recalentamiento global conduce a nuevos corredores de comercio, como la ruta del Ártico, que se ha vuelto navegable pero al mismo tiempo amenaza a otras rutas, típicamente comerciales. Y un aspecto específico es la respuesta ante desastres, el cambio climático producirá interrupciones en la cadena de distribución y planteará nuevos desafíos a las empresas logísticas. Tener conciencia de esto llevará a una creciente demanda de servicios logísticos, y el intercambio veloz entre los centros de consumo y producción".
Por otro lado, las naciones se transforman en jugadores de segundo nivel y son las megaciudades los verdaderos jugadores, según explicó el analista alemán sobre el informe, donde las innovaciones alcanzan un nivel no conocido de automatización y la fabricación tiene lugar en plantas robotizadas.
"Los centros de despacho de fletes en la periferia de la ciudad, en los subterráneos de los shoppings, como también las entregas dentro de la ciudad en vehículos eléctricos hacen visible una visión más verde de los negocios que coloca frente a este escenario a los principales proveedores de logística en el rol de servidores públicos para el funcionamiento fluido de estas megaciudades", indicó.
En un mundo más diverso y local, el proceso técnico de la impresión tridimensional convertirá a los consumidores en productores, y el diseño personalizado –como modelo de procesos de producción– dará lugar a un mundo con múltiples estilos de vida individuales, sintetizó Kuchenbecker.
Dinosaurios vs. aliens
¿Quiénes liderarán estos cambios en la logística? Paula Molinari, presidente de Whalecom, consultora líder en gestión del cambio y desarrollo de organizaciones, no tuvo dudas al definir la etapa de transición que atraviesa el mundo de los negocios: "Es un cambio de época tan profundo como la revolución industrial, con un cambio del modelo de management de dirección de control a uno de mayor colaboración, y en el cual es difícil ser líderes".
Asimismo, señaló que en las organizaciones actuales se padece la falta de mandos medios y de especialistas, y los quiebres disruptivos aparecen permanentemente: "Se pasó de las fábricas –donde se trabajaba 12 horas, nadie se quejaba y el sacrificio era el motor– a un tiempo en el que el trabajo no es donde estamos, sino lo que hacemos y el disfrute es una de las condiciones básicas exigidas por los empleados".
Por primera vez, destacó Molinari, en las compañías coexisten cuatro generaciones con mentalidades distintas y, a veces, opuestas: los tradicionalistas, los baby-boomers, la Generación X y la Generación Y, estos últimos definidos como nativos tecnológicos.
"Los grandes cambios van a venir de la mano de los que nacieron con las nuevas tecnologías, cuando les llegue el momento de tomar decisiones. Son gregarios, no individualistas como los X, y frente a un mundo de incertidumbre la mayor fuente de contención para ellos son las redes", amplió.
Son optimistas como los baby-boomers, pero no idealistas, sino pragmáticos. "No hay otra posibilidad que modificar la forma de liderar equipos que otorgando herramientas a los mandos medios y haciendo eje en la calidad de vida, un valor cada vez más sensible en las nuevas generaciones", concluyó.
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