"La Argentina saldrá de esta crisis exportando"
Lo sostuvo el ministro de la Producción, José I. de Mendiguren
Cada rincón productivo del globo está obsesionado con una idea: ser proveedor de China. Países y bloques económicos del mundo afinan su maquinaria industrial ante, tal vez, la mayor novedad comercial de la historia representada por el potencial de compra del país de los mil trescientos millones de habitantes.
La semana última, la Argentina realizó una misión comercial encabezada por el ministro de la Producción, José Ignacio de Mendiguren, en aquel país, con la característica de ser la primera misión conjunta con Brasil, instalando la agenda Mercosur en el gigante asiático.
Nuestro país participa sólo con el 4% en el total de las compras de China en el exterior, que suman 166.000 millones de dólares, equivalente a un poco más de 6 años completos de exportaciones argentinas.
Mientras la negociación bilateral apuntó hacia la firma de los protocolos sanitarios para abrir el comercio de productos clave como los lácteos y la carne aviar (y avanzar en el de frutas y carne bovina), la estrategia argentino-brasileña consistió en progresar en la exportación de las cadenas productivas integradas, con la ambiciosa meta china por delante.
El coloso de Asia importa 12.000 toneladas de carne aviar por casi 5 millones de dólares, y es nuestro principal mercado: hacia allí se dirige el 43% de las exportaciones en este rubro. En cuanto a los lácteos, lo que más compra China es leche en polvo que, a su vez, es lo que más vende la Argentina.
De Mendiguren dialogó con La Nación y destacó las expectativas que genera en "el complejo agrícola-ganadero más grande del mundo (Brasil y Argentina)" ampliar el comercio con China, "que en seis años será el primer importador mundial de alimentos".
El ariete empresarial argentino que aterrizó en China estuvo integrado por los sectores metalúrgico -Siderar, que exporta 160.000 toneladas de caños sin costura y prevén un crecimiento del 25% para este año; e Impsa, de Pescarmona-; agroalimentario, con SanCor (pretende colocar su línea de leche infantil) y Ledesma, el primer exportador nacional de naranjas al mercado chino, y apunta a vender pulpa de papel y azúcar allí; curtidores, con Sadesa, la curtiembre más grande del país que ya está instalada en China y que gestionó la instalación de una nueva planta, y la textil TN & Platex, una de las principales hilanderas finas del país, entre otras empresas.
Asimismo, los hombres de negocios asiáticos demostraron interés por el tabaco (el binomio Argentina-Brasil está en condiciones de exportar juntamente por 100 millones de dólares), maquinaria agrícola, bambú y en infraestructura ferroviaria, principalmente con el General Belgrano.
"Nuestro target es la China costera, donde más se modificaron los hábitos de consumo, gracias al creciente poder adquisitivo, siendo muy tentador para nuestras ventas de alimentos, vestimenta y calzado", señaló el funcionario.
Entre 1998 y 2001, las exportaciones argentinas hacia China crecieron el 60,2%, contabilizando 1094 millones de dólares en 2001, en tanto que las importaciones cayeron un 33% (US$ 1065 millones).
Sin antinomias
"La Argentina saldrá de esta crisis exportando y recuperará competitividad para insertarse en el mundo", dijo, optimista, el funcionario.
-¿Cómo piensan hacerlo con el financiamiento cortado, derechos de exportación y los plazos para ingresar las divisas?
-Por empezar, el Banco Interamericano de Desarrollo tiene listas líneas de créditos de entre 2000 y 5000 millones de dólares para financiar exportaciones comunes del Mercosur, y hay otros 2000 millones del Banco Mundial. Ambas líneas se activarán una vez que el Fondo Monetario Internacional nos dé su apoyo. Para eso necesitamos recrear la confianza demostrando que somos capaces de generar riqueza produciendo: es la única confianza que da dólares para tener capacidad de repago. No era idea de este gobierno imponer retenciones, pero estamos en emergencia, y para generar riqueza, hay que recomponer el devastado sistema financiero para poder hablar de un plan productivo; no hay antinomias, es un solo país y un solo proyecto. Y nada arranca sin mercados, por eso las negociaciones constantes que hacemos con Brasil, México, Chile, la Unión Europea, y esta vital misión en China.
Desde el Lejano Oriente, De Mendiguren justificó telefónicamente sus argumentos:"Si vieras lo que hicieron acá en 10 años... ¿sabés dónde estaríamos nosotros en cinco años?", preguntó.