Julita Maristany: “Tenemos sobre nuestras espaldas el tema del cuidado”
La fundadora de Convergencia Empresarial de Mujeres dice que ellas deben buscar el tiempo para interactuar donde se desarrollan los negocios
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Paso a paso, poniéndole el cuerpo y marcando la cancha es como las mujeres han venido conquistando derechos y abriéndose camino en el mundo empresario. Julita Maristany (su nombre no es un diminutivo) es una de ellas, pero no una más, porque es una pionera que desde hace treinta años viene despejando ese sendero con perseverancia. “Fui la primera directora mujer " en la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), adonde ahora “por suerte -aclara entusiasmada- hay muchas más”.
Participó en la formación del Foro de Mujeres del Mercosur, en el marco del G20 que sesionó en la Argentina en 2018. Luego, convencida de que sería más efectivo aunar esfuerzos para que las mujeres emprendedoras “pudieran obtener créditos claros y respaldados, entre otras necesidades”, fundó la Convergencia Empresarial de Mujeres (Cems).
Julita acusa 83 años activos, rodeada de hijos, nietos y bisnietos, mientras preside la Asociación Iberoamericana de Mujeres Empresarias (Aime), entre otras entidades afines que también integra. Valora lo mucho que la mujer ha logrado y reconoce que otro tanto requiere aún de más esfuerzos.
–¿Qué prioridades se ha trazado la Convergencia Empresarial de Mujeres para este año?
–Tenemos como prioridad la sustentabilidad, las políticas de género y trabajar sobre algunas prácticas, porque esto no es fácil de ninguna manera, ni para las mujeres ni para el empresariado argentino en general, que tiene muy mala prensa. Por eso apoyamos el encuentro organizado por Aime, enfocado en desarrollar el rol social del empresario como agente de cambio, apuntando al crecimiento sostenible. Es un problema general, aunque para las mujeres es a veces un poco más complicado, como sucede en el comercio exterior, donde se necesita más apoyo del gobierno para exportar. Este año vamos a trabajar sobre el cambio climático y la sustentabilidad y tenemos previsto organizar una reunión con expertos que hablen sobre el tema, que es complejo, sobre todo en lo relacionado con energías renovables.
–¿Impulsar la Marca Mujer para la exportación es un desafío encaminado con posibilidades concretas?
–En eso estamos trabajando, pero lleva su tiempo. Apostamos al fortalecimiento del Cems Mercosur, donde se están analizando los protocolos que indicarán las condiciones que deberán cumplir los productos para poder llevar esa Marca Mujer, y luego presentárselos a las autoridades de los distintos países que lo integran, para que se pueda institucionalizar. En algunos ya existe el Cems pero faltan otros. Venimos de participar hace unos meses de un encuentro exitoso que se hizo en Brasil, y en junio de este año se realizará otro en Paraguay. En estos encuentros, además de coordinar diversas actividades, siempre organizamos rondas de negocios que ayudan a las empresarias a difundir su actividad y empezar a pensar en exportar; algunas ya lo hacen, pero hay muchas otras que necesitan un poco más de apoyo.
–¿Estima que las rondas de negocios son realmente facilitadoras, según los resultados que usted ha podido observar?
–Las rondas de negocios promueven indudablemente la apertura socioeconómica para los emprendimientos de las mujeres y, si son presenciales, más todavía. Porque ahí se genera un ambiente donde es natural para la mujer negociar. Y esto no siempre se da así, porque muchas veces la misma mujer se inhibe en encuentros donde son todos hombres, al igual que les pasa a los hombres estando en reuniones donde predominan en número las mujeres, porque trabajar en minoría no es fácil. Por supuesto que de nuestros encuentros participan hombres, porque queremos que vean lo que hacemos y valemos. En el próximo Congreso Iberoamericano de empresarias que se va a realizar en octubre en Buenos Aires, que es anual y se alternan las sedes entre Europa y América, se incluirán rondas de negocios; es una de las maneras más efectivas para que las mujeres hagan negocios entre ellas y se acerquen a las posibilidades de hacer comercio exterior.
–¿Qué tipo de apoyo reciben de los organismos gubernamentales para coordinar y potenciar las rondas de negocios que realizan?
–El Cems tiene una relación directa con la Cancillería argentina, tanto para la organización del congreso internacional que mencioné antes, como para el desarrollo de las rondas de negocios y para exportar. Por ejemplo, hemos tenido muchas reuniones cuando se apoyó en su momento el documento entre Chile y Argentina que incluyó especificamente la importancia de la mujer empresaria, y que permitió avanzar en el desarrollo del potencial exportador de las mujeres emprendedoras de ambos países. Durante la pandemia, en septiembre de 2020, presentamos propuestas económicas al jefe de gabinete de asesores presidencial, mediante una videollamada, poniendo el foco en la necesidad de estimular el empleo genuino, disminuir las brechas de género y fomentar la inclusión de la diversidad, entre otras cuestiones que fueron bien recibidas y celebraron el trabajo mancomunado que venimos realizando, aún en tiempos de Covid.
–En el último foro del Cems coincidieron en la necesidad de generar estadísticas para poder encarar políticas de expansión. ¿Es partir de cero o existe algún relevamiento que deba profundizarse?
–Hay poca estadística en general y mucho menos en lo referido a exportadoras. No hay estadísticas de mujeres exportadoras ni sobre la cantidad de empresas que pertenecen o son dirigidas por mujeres que exportan. Todos los números son un poco en el aire; entonces, éste es uno de los trabajos que el Cems se ha propuesto hacer y que es muy complicado, porque en las cámaras empresarias, por ejemplo, no hay datos sobre cuántos de los socios son empresas de mujeres o dirigidas por mujeres.
–¿Podría mencionar algún logro concreto obtenido por y para las mujeres en el país que la haya dejado satisfecha?
–El del compre público ha sido un gran avance, porque se consiguió que en algunos gobiernos municipales se proceda de acuerdo al principio de que frente a una cotización, tenga prioridad la empresa que esté dirigida por mujeres, dándole a ellas la posibilidad de venderle a ese gobierno de lo que se trate en cada caso.
–Un informe reciente del Banco Mundial precisa que 23 países mejoraron su legislación en 2001 para promover la inclusión económica de las mujeres, entre los cuales se encuentra la Argentina. ¿Cuál es su visión?
–Creo que en todos los países se ha mejorado la legislación para promover la inclusión económica de la mujer y la Argentina tiene una muy buena legislación al respecto. Pero creo que, desde que el mundo es mundo, las mujeres de alguna manera tenemos sobre nuestras espaldas el tema del cuidado y esto hace que una empresaria tenga muy poco tiempo para interactuar con más presencia donde se desarrollan los negocios; hace falta procurarse ese tiempo, estar presente, no sólo para defender el espacio de la mujer, sino porque para cualquier iniciativa nosotras podemos aportar una visión distinta a la del hombre, desde otra perspectiva. Supongo que ése es un paso más que dar. Lo que avanzó la mujer desde que fundamos Aime es inconmensurable; pero claro, uno siempre quiere más y lo cierto es que hay cosas que todavía debemos reforzar. ß
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