Juan Redini: “No hay manera de competir con la flota china”
El presidente de la Cámara de Armadores Poteros Argentinos analiza una temporada singular rodeada de contagios y caída de precios internacionales, además del problema persistente de la pesca ilegal
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Por volumen de capturas y nivel de exportaciones, el calamar es una especie que hace mucho que no se baja del podio donde aparecen los principales recursos de la industria pesquera nacional. A diferencia del langostino y la merluza, el illex argentinus, tal su denominación científica, es capturado mayoritariamente por una flota específica, equipada con equipos diseñados exclusivamente para pescar calamar. Eso la hace una pesca dirigida más eficiente que las de arrastre.
Este año la flota debió convivir con el coronavirus que golpeó a la industria con su segunda ola y la caída de precios internacionales, pero pudo completar una temporada aceptable donde quedó a la vista, por si hacía falta, la injerencia de la flota extranjera que se aprovecha de nuestro recurso y la poca voluntad diplomática de Argentina por ponerle coto.
Juan Redini es armador del buque potero “Villarino”, el barco que más toneladas pescó en el promedio de captura total y días de pesca, de las 71 embarcaciones que componen la flota potera nacional. Y eso que su barco llegó 5 días tarde a la zona de pesca porque decidió aislar durante 15 días a toda su tripulación.
La decisión tuvo un costo alto pero también sus ventajas. Lo bueno fue que durante los casi cinco meses de zafra no tuvieron contagios a partir que mantuvo la misma tripulación a bordo. Lo malo es que resignaron 250 toneladas de calamar, que en los primeros días tuvo rendimientos muy altos.
Redini no se lamenta. “Pudimos completar la temporada, capear el temporal entre el coronavirus, y una fuerte caída de precios porque la flota extranjera pescó mucho más que nosotros. En Malvinas hay informes que detallan que 110 barcos capturaron 170 mil toneladas. La flota china sobre la milla 201 capturó entre 280 y 300 mil toneladas. Nuestro negocio no depende de nosotros sino de lo que pescan otros con nuestro recurso. Lamentablemente es la realidad”, dice el armador de Pesquera Buenavista y presidente de CAPA, la Cámara de Armadores Poteros Argentinos que nuclea a más de 70 barcos.
–¿Qué balance hacen de la temporada de pesca?
–En niveles de abundancia fue buena, pero facturamos la mitad del año pasado y tuvimos costos extras como los de aislamiento de las tripulaciones para evitar contagios de covid a bordo, hisopados y como hubo menos ventas se debió contratar frío para almacenar las capturas cuando otros años vendíamos el calamar antes de pescarlo.
Apareció calamar en la unidad de manejo al sur del 44°S que hacía unos años no aparecía y eso nos permitió tener rendimientos parecidos a los del año pasado. Este año no hubo mucho recurso en la unidad de manejo al norte del 44°S y eso acortó un par de meses la temporada. Nosotros no pescamos todo el año sino un período más corto, pero debemos sobrevivir todo el resto del año con costos fijos mientras el barco no pesca. El año pasado tuvimos una zafra excepcional que se da cada 5 años y pudimos pescar mucho adentro y poco afuera de las 200 millas y en Malvinas. Eso aumentó los precios y pudimos aprovecharlo.
–Por el tema del Covid debieron arrancar más tarde este año la temporada de pesca. ¿Tuvo que ver en algo eso con el desarrollo de la pesquería?
–Hablo periódicamente con el Subsecretario de Pesca (Carlos Liberman) y coincidimos en que ha sido una buena decisión comenzar a pescar ni bien comienza el año. Eso nos permite pescar en simultáneo con la flota extranjera. Antes comenzábamos en febrero y cuando completábamos la primera marea afuera el precio había bajado por las capturas en la milla 201 y Malvinas.
Este año arrancamos unos días más tarde porque las tripulaciones cumplieron el aislamiento y zarparon con el hisopado negativo. Creo que nos manejamos de manera responsable. Hubo casos pero recién sobre el final de la temporada.
Sería ideal incluso comenzar antes del año nuevo pero cuesta arrancar antes porque las tripulaciones toman licencia para pasarlas con sus familias. Pero se podría comenzar a pescar la primera semana del año y habilitar determinados cuadrantes para aprovechar a que el recurso no migre hacia afuera de la plataforma.
–Todo pensando en las flotas extranjeras que lo pescan en Malvinas y sobre la milla 201
–Claro…porque en función de lo que pescan ellos nos va mejor o peor a nosotros. Y el recurso es nuestro. Si podemos pescarlo antes de que abandone nuestra zona económica exclusiva afuera tendrán menos capturas. Estamos evaluando con el Subsecretario de Pesca poder abrir por cuadrantes, por ejemplo, entre el 49ªS y 52ªS. Que la flota se concentre sobre el stock bonaerense Sud Patagónico y después comience a subir y pescar el desovante de verano tres semanas después entre el 45ªS y 46ªS.
Pensá que la flota china tiene subsidios en el combustible, paga salarios de 100 dólares mensuales, no descarga en puertos sino que trasborda la carga en alta mar a barcos frigoríficos. Nosotros cada descarga de la bodega implica 100 mil dólares. Pagamos salarios bajo convenio colectivo… no hay manera de competir con los costos de esa flota.
–Este año no pudo hacerse la campaña de calamar para tener mayores certezas sobre la abundancia en zona de pesca, el año pasado CAPA financió un relevamiento del Inidep. ¿Piensan repetirlo este año?
–No estamos en condiciones de financiarla de nuevo, esa es la realidad. Esperemos que el instituto pueda hacerla sobre fines de noviembre y enfocada en la situación del stock sud patagónico que es el más importante de la pesquería como para tener mayores certezas de cara a la temporada 2022.
–¿Cómo marcharon las ventas este año, más allá de los precios más bajos que mencionó por la excesiva oferta de calamar que aportó la milla 201 y Malvinas?
–En el primer cuatrimestre las ventas de calamar crecieron en volumen casi un 20%. Pasamos de 65 mil toneladas el año pasado a 74 mil toneladas este año. Claro que hay una diferencia notoria con la temporada pasada en que pudimos seguir pescando hasta agosto un stock de calamar al norte del 44°S y en este la pesca está cerrada por caída en los niveles de abundancia.
La suba del volumen vino acompañada entre enero y abril por una fuerte caída del precio. El año pasado llegó a estar 2700 dólares la tonelada de calamar entero y este año tocó un piso de 1800 dólares y recompuso un poco pero apenas superó los 2 mil dólares.
Venderle a China fue problemático por el tema de protocolos. . Históricamente representó el 60% de las ventas totales de calamar. Esta zafra no alcanzó al 20%. Hubo muchos riesgos porque si encontraban rastros del virus te devolvían el contenedor… eso generó que muchos piensen en otros destinos como Corea. Esta temporada el tamaño del calamar fue chico pero pudimos venderlo a Noruega como carnada. A ese destino las ventas crecieron un 67%.
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