Javier Álvarez: “Hay muchas posibilidades para sectores argentinos en el Reino Unido”
El presidente de la Cámara de Comercio Argentino-Británica plantea que hay expectativa sobre lo que puede pasar con la macroeconomía
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CÓRDOBA.- Las relaciones diplomáticas entre la Argentina y el Reino Unido están atravesada por tensiones históricas por la “cuestión Malvinas”. Se suspendieron en vísperas de la guerra en 1982 y fueron reestablecidas en los 90. Desde entonces, ha habido nuevas crisis, pero los vínculos comerciales fluyen e incluso hay consenso de que el intercambio –que es superavitario para la Argentina– podría ser de mayor magnitud. “Hay muchas posibilidades para sectores argentinos muy competitivos como oil&gas, minería y agro. Si existían en un contexto macroeconómico desafiante, en uno más ordenado, crecerán”, explica a la nacion Javier Álvarez, presidente del directorio de la British Argentine Chamber of Commerce (BACC), quien reconoce que hay “expectativas” respecto de cómo evolucionará la situación en este país.
La economía del Reino Unido es muy abierta, negocia acuerdos de libre comercio en Latinoamérica y constituye una plataforma para ampliar contactos no solo con la Unión Europea (UE) sino particularmente con la Mancomunidad de Naciones (Commonwealth), integrada por 56 países independientes de África, Asia, Europa, las Américas y el Pacífico.
Álvarez entiende que la Argentina tiene “muchísimas posibilidades” de llegar con más productos de la agroindustria al Reino Unido, especialmente alimentos para segmentos particulares como, por ejemplo, los orgánicos o nuevas variedades de vinos, más allá del Malbec que es el mascarón de proa.
“Hay sectores altamente eficientes -ratifica-, hay oportunidades en la transición energética. Si esos sectores con tanto nivel de competitividad productiva y de calidad pudieron destacarse en un marco macroeconómico desafiante, en una etapa más ordenada, podrán crecer todavía más”. Subraya que, hasta ahora, los problemas con los tipos de cambio “ponían a muchos interesados afuera por la complejidad que veían; lo mismo por las dificultades para repatriar beneficios y la inflación”.
La BAAC fue fundada en 1995 como una organización británica sin fines de lucro. Un “impulso” que tuvo la cámara fue la primera visita de Estado después de la guerra de Malvinas que hizo el presidente Carlos Menem en 1998. Álvarez menciona que muchos de los primeros integrantes venían trabajando en un panel de referencia de negocios que funcionaba desde los ‘70. La institución cuenta con unas 75 membresías individuales y corporativas y apunta a “promover oportunidades de negocios y comercio” con la Argentina desde el Reino Unido.
Álvarez fue CEO de la entidad entre 2007 y 2011, ahora es presidente del board. Santafesino e ingeniero agrónomo se fue al Reino Unido en 2004. Regresó un tiempo a la Argentina, aunque mantuvo siempre su trabajo allí. Desde hace 12 años es managing director de Integra Capital, empresa argentina de inversión. Trabajó también en Phoenix Global Resources, una compañía especializada en la exploración de gas y petróleo y en Andes Energía.
Define a la BAAC como una “plataforma de contactos” en la que siempre hubo una variedad de actores económicos. En los últimos tiempos, hay fuerte presencia de empresas relacionadas a la gastronomía, a la minería, al petróleo, al gas y a la industria de servicios (inteligencia de mercado, consultoría y servicios legales).
P– ¿Además de los contactos, colaboran con tareas de promoción?
R–Sí, en algunos rubros en particular como los vinos, por ejemplo. Los vinos argentinos tienen en el Reino Unido un mercado muy relevante. Hemos puesto en marcha el Club Argentino de Vinos que integran 11 bodegas, donde se ha participado en ferias importantes. Es un sector significativo que queremos seguir impulsando. Incluso es un rubro interesante en la balanza comercial entre la Argentina y el Reino Unido por lo que es importante tenerlo representado en la cámara. Los vinos argentinos tienen un espacio en la mente del consumidor. Claramente el Malbec es el más presente, es la variedad que más fuerza tuvo de marketing comercial. Hay que explorar otras variedades y en eso estamos. Por ejemplo, los blancos del norte argentino, los espumantes. Los vinos de Australia y Chile son competencia, tuvieron una inserción más temprana, no solo en el Reino Unido, en todo el mundo, pero los argentinos tienen un espacio importante por su calidad: han ganado mucha presencia en las cartas de los restaurantes.
P–¿Cómo es el flujo comercial hoy, qué sectores son los más dinámicos?
R–Los datos del Departamento de Negocios y Comercio del Reino Unido muestran que, en los últimos 12 meses (noviembre 2022 a noviembre 2023), la Argentina exportó 1300 millones de libras, lo que implica un incremento interanual del 18%. Las ventas desde el Reino Unido sumaron 900 millones de libras, con un alza interanual del 28%. Para tener una idea de cómo fue escalando el comercio, tengamos en cuenta que, en 2013, la Argentina enviaba por 740 millones de libras y el Reino Unido, por 590 millones de libras. Aumentó todo el intercambio, pero más todavía las operaciones argentinas. El rubro más importante con unos 500 millones de libras es el de alimento para ganado. Históricamente fue así; se trata de un subproducto de la industria oleaginosa de alto contenido proteico. Es la torta que queda del prensado final. No hay que perder de vista que las exportaciones argentinas del sector primario tienen un alto contenido tecnológico y de capital humano. Cada grano tiene por detrás insumos, asesoramiento, patentes, tecnología. Ya no se descuelga una fruta y se exporta. Por detrás hay un sistema enorme que implica mucho empleo. Claro que hay que agregar más valor, pero ya lo hay. El segundo rubro es bebidas -con los vinos- con 100 millones de libras. Los datos oficiales señalan que las exportaciones argentinas al Reino Unido tienen por detrás 53.000 puestos de trabajo.
P– ¿ Qué sectores que hoy no son top, la cámara ve que tiene oportunidades de crecer y por qué?
R–Hay muchas oportunidades para generación de valor agregado en el sector minero, especialmente en minerales críticos. Por ejemplo, están los de litio en Río Tinto y en Rincón. Lo mismo en el sector agropecuario, hay posibilidades de enriquecer cadenas de valor. El Reino Unido identifica esas posibilidades, las ve claramente. Desde la Argentina la industria de alimentos más de nicho puede crecer. Hay carnes regionales, como el cordero, o frutas que cumplen estándares de alta calidad. También el mundo back office abre chances. La Argentina tiene todo para la prestación de servicios no solo al Reino Unido sino al mundo; tiene recursos humanos capacitados, con manejo de idiomas y hasta la diferencia horaria genera un potencial grande de crecimiento.
P– Si una empresa argentina quiere operar con el Reino Unido, ¿qué debe tener en cuenta?
R– Es un mercado que tiene una línea de base en calidad alta, pero, como vengo diciendo, La Argentina tiene potencial importante. Tanto la Embajada británica en Buenos Aires como la Argentina en Londres (donde funciona la cámara), tienen toda la información a tener en cuenta para el aterrizaje en esos países; tienen oficinas comerciales muy capacitadas para dar información detallada. Los datos están disponibles, no son una barrera. El desafío más grande es estructurar cadenas de producción que puedan cumplir con las entregas pautadas y en las condiciones convenidas. Por supuesto, las condiciones de la macroeconomía juegan un rol clave.
P– ¿Qué les preocupa o frena negocios ingleses en la Argentina?
R– Lo de los tipos de cambio dejaba a muchos interesados afuera, tenían una sensación de complejidad que les preocupaba. Lo mismo las normas para repatriar beneficios y la inflación. Esos tres puntos hacían que fuera muy complejo el encarar inversiones o negocios. Hay sectores altamente eficientes en la Argentina, con un alto nivel de competitividad productiva y de calidad que pudieron destacarse en un marco macroeconómico desafiante. En una etapa más ordenada, podrán crecer todavía más.
P–¿Cambió algo significativo para el intercambio comercial a partir del Brexit?
R– No hubo cambios de fondo como para desestimar al Reino Unido como un destino de inversión; sí generó una serie de modificaciones vinculadas a lo que se consideraba una plataforma para la comunidad internacional. Muchos decidieron volverse a Europa. El desafío es, precisamente, mantener el poder de atracción, la multiculturalidad, la capacidad innovadora que caracteriza al Reino Unido. Sigue siendo un lugar que abre una oportunidad para operar con la UE, con Asia, con Medio Oriente. El atractivo más grande diría que es la Commonwealth. Hay que tener en cuenta que hay muchos emprendimientos latinoamericanos con sede legal por la solidez impositiva y el marco de seguridad de la propiedad que existe.
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