Intercambio: cómo sobrevive el comercio al Covid-19
En "Kill Bill: Volumen 2", un drama de acción de Quentin Tarantino, la protagonista, a la que encarna Uma Thurman, sale de un ataúd a las trompadas. El comercio global de bienes ha desafiado de modo similar a la muerte durante la pandemia del Covid-19. En abril las cosas se veían terribles. Algunos predijeron que el comercio global caería más de un 30% este año, comparado con 2019. Pero luego de una primavera boreal terrible, los volúmenes comerciales registraron en junio, el último mes del que hay datos, la mayor alza mensual de la que se tenga registro. Oxford Economics, una consultora, predice que en 2020 de conjunto los volúmenes pueden llegar a caer un 10%.
Esta resiliencia se choca con la experiencia reciente y con las expectativas. En 2009, cuando el PBI global cayó 0.1% en el último año de la crisis financiera, el comercio se hundió un impactante 13%. Este año el FMI pronostica que el PBI global podría caer hasta un 4.9%, es decir 50 veces más que en 2009. ¿Entonces por qué el golpe al comercio probablemente sea menor?
Luego de la crisis financiera los volúmenes comerciales cayeron mucho más que el PBI, principalmente porque la gente dejó de comparar bienes durables de alto consumo tales como autos. Pero en la actual crisis los servicios locales que no se comercializan al extranjero se han visto mucho más afectados que entonces. Durante la cuarentena desapareció la ida al cine o a un restorán. No sucedió lo mismo con la compra de una heladera importada. Eso es lo que ha hecho que la caída del comercio comparada con la del PBI resulte más pequeña.
Lo que es más, la robustez del aparato productivo mundial ha sostenido los flujos comerciales. El Covid-19 congeló las cadenas de producción, pero al menos en Asia rápidamente comenzaron a descongelarse. Según Simon Evennet, de la universidad de San Gallen en Suiza, la cantidad de restricciones comerciales aplicadas a productos médicos y medicinales desde el comienzo de la crisis llegó a su pico en abril y desde entonces cayó 15%. Lo que es aún más importante, las cuarentenas se levantaron más rápido de lo esperado, lo que permitió a potencias exportadoras como China y Alemania reabrir sus fábricas y dar impulso a la producción.
La demanda inducida por la pandemia dio un impulso extra al comercio de algunos productos. Las importaciones de Estados Unidos de equipo de protección se triplicaron entre marzo y julio, calcula Panjiva, una compañía que recopila datos comerciales. Productos relacionados con el covid, incluyendo equipo de computación para el trabajo desde el hogar, son responsables de la mayor parte del crecimiento de las exportaciones chinas año contra año en todos los meses desde junio. Eytan Buchman de Freightos, un mercado online, informa que las tarifas de carga marítima están en fuerte alza para las rutas entre Estados Unidos y el sudeste asiático, debido en parte a ofertas de comercio electrónico "frenéticas" por parte de pequeñas empresas.
Pero, una segunda ola de cuarentenas o esfuerzos demasiado apurados por recortar los estímulos económicos podrían descarrilar la recuperación. A esto se le agrega la preocupación de una desigualdad perdurable del comercio. Brad Setswer, del Consejo de Relaciones Extranjeras, un centro de estudios estadounidense, dice que la caída del comercio ha reducido la brecha entre importaciones y exportaciones en la mayoría de los países, reduciendo los desequilibrios. Sin embargo ha habido dos excepciones que se destacan. La primera es China, cuya rápida reapertura ha elevado sus exportaciones de bienes a un nivel que no se veía desde antes de la guerra comercial. La segunda es Estados Unidos, cuyas políticas para promover la demanda han tenido el efecto secundario de causar un incremento aún mayor del déficit comercial, llegando a alrededor de US$ 80.000 millones en julio.
Mientras tanto el presidente Donald Trump sigue sermoneando a China con la mirada puesta en las elecciones de noviembre. Puede que el comercio no haya tenido tan mal desempeño como muchos temían. Pero aún así tiene una capacidad alarmante de generar golpes de puño a lo Uma Thurman.•