Innovación: la bodega que apostó por una cava submarina y fue premiada por exportar
La firma creada por un abogado y una médica nefróloga hoy vende al exterior por unos US$6 millones
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Fincas Patagónicas nació por el deseo de sus dueños Jorge y Patricia Ortiz, el abogado y la médica nefróloga que hace 21 años decidieron emprender el arduo camino que conlleva la elaboración del vino y aceites de calidad. Así, con la compra de una finca en Tupungato comenzaron a poner en práctica su sueño: desembarcar en este mundo y poner en marcha la elaboración de estos productos.
Con la experiencia de ella en el sector vitivinícola, que fue la primera mujer en presidir la Cámara Empresaria Nacional del Vino Argentino “Bodegas de Argentina” hasta mayo de 2023, y nominada a Ejecutivo del Vino el mismo año en los Wine Star Awards de Wine Enthusiast, prestigiosa publicación de Estados Unidos, Fincas Patagónicas desarrolló un plan de acción a partir de una estratégica decisión: tener fincas en las primeras zonas para producir con el concepto de uva propia para todos sus vinos y con la mejor tecnología.
“Somos una empresa 100% familiar y comenzamos hace más de 20 años con un claro objetivo: elaborar vinos y aceites de primerísima calidad, respetando el medio ambiente y preservando los valores culturales de la región”, subraya Patricia Ortiz.
La empresa también está comprometida con la promoción de la igualdad de oportunidades y posicionar a las mujeres en puestos de toma de decisión, de tal forma que la mitad de sus puestos ejecutivos están ocupados por mujeres.
Crecimiento
Esta vitivinícola argentina cuenta con tres bodegas, una en Luján de Cuyo para su marca Zolo, con tres fincas que la proveen; una en el valle de Uco, Tapiz, con cuatro fincas; y su último proyecto es en la Patagonia Atlántica, en Río Negro, con su Bodega Wapisa, que también cuenta con cava submarina (Wapisa Underwater). Esto último porque la ciencia popular afirma que tres años de envejecimiento en una bodega son equivalentes a un año bajo el agua.
“Decidimos que esto es algo que queríamos probar, así que en 2019 lanzamos un proyecto de investigación frente a las costas de la provincia de Río Negro, al sur del océano Atlántico”, cuenta. Este proyecto lo realizó en cooperación con la Universidad del Comahue, comenzando a analizar el efecto de la temperatura, la luz, la presión y los movimientos del mar a diferentes profundidades y su impacto en el envejecimiento y la evolución del vino. “El primer paso fue asegurarse que no se produjera contaminación cruzada. Para ello, trabajamos con la agencia ambiental local para asegurarnos de que éramos respetuosos con el ecosistema submarino y protegimos al vino mediante el uso de jaulas de acero inoxidable y cierres de cera especiales para los corchos”, explica.
Apertura de mercados
El mercado interno de Fincas Patagónicas es un mercado pequeño y saturado de etiquetas que realizan muchas acciones de marketing. Es por eso que, convencidos de la calidad de sus productos y de su excelente precio, decidieron buscar abrir mercados. “La participación en las ferias al principio fue muy importante para darnos a conocer, lo mismo que las puntuaciones de los principales críticos que de cierta manera validan la calidad de los productos”, describe.
El principal mercado es Estados Unidos, donde la firma trabaja con un importador con alcance nacional a través de diferentes distribuidores: “Es un mercado que requiere de mucha presencia y acciones locales con clientes, por lo que los viajes son constantes”. Otros mercados interesantes a los que exporta la empresa son: Canadá, Suecia y, recientemente, Perú.
Respecto del volumen de exportaciones, hoy están en las 150.000 cajas de 12 botellas por un monto aproximado de US$6 millones.
Al momento de exportar, la empresa atravesó algunos obstáculos como la falta de acceso al MULC (Mercado Único y Libre de Cambios) para los pagos al exterior de las acciones de promoción o ferias, así como al pago de los agentes o profesionales que protegen la marca, entre otros. “Esto nos generó situaciones complejas: al no haber importaciones son pocos los barcos que llegan y eso nos obligó a buscar en Chile espacio en los barcos”, explica.
Pero todo esfuerzo tiene su compensación: “Nos pareció importante participar y ganar la categoría Argentinas al Mundo, del Premio Exportar; no solo por el premio, sino para desafiarnos frente a otros exportadores”.
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