Industria: qué piden los empresarios para exportar menos impuesos y más valor agregado
Los importantes sobrecostos que generan más de 170 obligaciones fiscales atentan contra la competitividad a la hora de ofrecer un producto a otros países; en 2011 había 12.800 empresas que vendían al extranjero, mientras que hoy son 9500
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En un contexto global inquieto, la Argentina tiene, al menos, una oportunidad que se presenta al mismo tiempo como todo un desafío por delante: ser protagonista cada vez con mayor relevancia en las cadenas globales, produciendo y exportando valor agregado. Sobre el rol del sector industrial para insertar la producción local, en un mundo cada vez más competitivo, giró el debate y las exposiciones de la 27° Conferencia Industrial de la Unión Industrial Argentina (UIA).
En el escenario montado en Parque Norte los industriales mostraron que la conformación de un Mercosur con perfil productivo es una de las claves para multiplicar las oportunidades, maximizar los activos de la región y fortalecer la competitividad de manera integral. Además de hacer referencia al “problema de los containers” que generó saltos exponenciales en el costo del flete internacional, Daniel Funes de Rioja, titular de la UIA, se refirió a la “aceleración de la inflación global”, la “presión” sobre el precio de los alimentos, la energía y el tipo de cambio, que se suman “al desafío de la agenda verde”. Y, si bien se mostró a favor de avanzar en ese sentido, advirtió: “que no nos usen la agenda verde en contra sino a favor del medio ambiente”.
Sobre el eje del encuentro, que reunió a unos 250 empresarios con aforo, afirmó que el mercado del sur es “imprescindible” para los industriales y pidió “reafirmar muy fuertemente el Mercosur”. “Es necesario y estratégico para nuestro desarrollo exportar más productos con más valor agregado”, señaló y contó que por “problemas de arrastre”, en 2011 el país contaba con 12.800 empresas exportadoras, mientras que en la actualidad esa cifra bajó a 9.500. A eso sumó que el PBI, desde el punto de vista industrial, está 25 puntos más abajo que en 1974.
Como parte de un discurso conciliador, luego de haber atravesado diferencias con el Gobierno nacional en temas centrales como la ley de góndolas y todas las acciones que se interpusieron para controlar el incremento de precios de los alimentos, o el impuesto extraordinario a las grandes fortunas, el titular de la UIA dijo que “la agenda industrial no propone grietas”.
En sintonía, María Furtado, Presidenta Joven de la 27° Conferencia Industrial pidió dejar a un lado la dicotomía campo-industria y afirmó que el país “necesita a todos” para resolver sus problemas. “Todavía tenemos que seguir derribando algunas falsas dicotomías; no nos vamos a cansar de decir, no se trata de la industria o el campo, se trata de la industria y el campo, la industria y la tecnología, las empresas pequeñas y las empresas grandes”, agregó.
Una mirada concreta
Con el evento en marcha, Luis Tendlarz, presidente de la Conferencia se ocupó de analizar los datos duros de la economía. Luego de asumir que la pandemia por el Covid -19 continúa impactando en el mundo, indicó que 2021 cerrará con una recuperación de la actividad industrial superior al 15%, apenas por encima del nivel de 2018, en la prepandemia, con un balance comercial superavitario de 13.940 millones de dólares “pero -aclaró- con una situación preocupante en materia de desempleo, pobreza e informalidad”.
En ese sentido repasó que “el problema del endeudamiento externo, las restricciones vigentes en el mercado cambiario y la inflación persistente dificultan pensar una trayectoria sostenida de crecimiento de la producción, el trabajo y el bienestar social”, analizó y confirmó que el sector industrial deberá crecer durante una década al 3% anual para recuperar los niveles productivos de 2011. Para lograrlo, explicó Tendlarz, las exportaciones de bienes y servicios debería sumar unos US$25.000 millones anuales adicionales. “Solo cuando alcancemos esa meta podremos afirmar que crecimos sostenidamente”, afirmó.
El dirigente advirtió que “exportar se ha vuelto una odisea” y fue más contundente aún al señalar que “el Mercosur está empantanado” entre una “crisis de actualidad” y un “debate de futuro”, y asumió que “es muy poco” el peso de la región en el comercio global que tiene a Estados Unidos y China como protagonistas.
En ese punto dijo que los industriales esperan que se “retome el anhelo de una región integrada y próspera”, mientras que el nivel doméstico pidió “consistencias macroeconómicas”, mejoras en la logística y en normativas impositivas, laborales y financieras. Tendlarz dijo que para no “exportar impuestos” se necesita aliviar la presión fiscal “con un esquema de reintegros ágiles que permitan recuperar parte de un sistema impositivo que actualmente afecta directa o indirectamente a las cadenas de valor asociadas. “Más de 170 gravámenes entre derechos de exportación, impuestos, nacionales, provinciales y municipales nos posicionan entre los sectores productivos con mayor presión tributaria de la región”, detalló.
Salvar al Mercosur
En un diálogo mano a mano con Luis Betnaza, vicepresidente de Desarrollo Industrial de la UIA, el Ministro de Relaciones Exteriores y Culto, Santiago Cafiero, dijo que “la nave insignia de la recuperación económica es la industria” y asumió que es necesario “planificar una inserción y una integración de las cadenas regionales de valor; ahí hay un desafío”, afirmó y opinó que “la Argentina puede tener un trabajo muy significativo a partir del Mercosur que es nuestra plataforma de exportaciones”. En ese punto el Canciller destacó que tanto los primeros pasos de internacionalización de compañías argentinas como el 50% de las exportaciones con valor agregado alto o medio incorporado se dan en operaciones con los países de la región. “Tenemos que continuar salvando el Mercosur”, dijo e invitó a pensar cómo va a ser el bloque económico de los próximos 30 años.
Al repasar la situación geopolítica y la post-pandemia, Juan Gabriel Tokatlian, especialista en Relaciones Internacionales y Vicerrector de la Universidad Torcuato Di Tella, señaló que “hay un espacio para la diversidad productiva, para repensar los modelos de industrialización y las sinergias entre ámbitos productivos”, y destacó que “Argentina y sus industriales deben aprovechar esa condición para repensar el rol de la industria”.
Luego, el economista especializado en Relaciones Internacionales y de Iberoamérica, Federico Poli, habló sobre la relocalización de manufacturas de Asia hacia América Latina y dijo que “abre un espacio muy importante para la industrialización de la región, para la complementación industrial”.
Al reflexionar sobre el futuro del bloque regional y la competitividad, Constanza Negra Biasutti, gerenta de Diplomacia Empresarial y Competitividad de la Confederación Nacional de la Industria de Brasil (CNI), dijo que “mientras no se resuelvan problemas estructurales, continuaremos compitiendo en desventaja con el riesgo de caer en una trampa de creer que política comercial se puede disociar de política de competitividad”.
En tanto, Julieta Zelicovich, doctora en Relaciones Internacionales, opinó que “el Mercosur necesita un posicionamiento común para que las empresas salgan al mundo. Una meta es brindar certidumbre, para eso necesita que sus normas se cumplan, se internalicen y se ajusten a las dinámicas del comercio de este siglo”.
Sobre la posibilidad de producir en la región, Máximo Vedoya, CEO de Ternium, señaló que “tenemos que generar cadenas de valor más regionales, más locales y en eso, la Argentina podría entrar. Necesitamos reconocer que existe una oportunidad”.ß
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