Guerra comercial. EE.UU. y China retoman las negociaciones
Las potencias más grandes del mundo continúan la pulseada, con escasas perspectivas de llegar a un acuerdo
Se retomaron las negociaciones entre Estados Unidos y China el lunes con pocas perspectivas de un acuerdo transformador, al estar centradas ambas partes en evitar que aumenten las tensiones antes de las elecciones presidenciales de 2020 más que en hacer concesiones.
Los negociadores de ambos países siguen buscando un acuerdo, pero durante meses las reuniones no han generado consenso sobre las cuestiones más difíciles y hay poco que sugiera que está al alcance un acuerdo. En cambio, Estados Unidos y China parecen estar tratando de encontrar una vía para hacer que las negociaciones sigan avanzando y evitar un quiebre que pueda intranquilizar a las bolsas y perjudicar las posibilidades de reelección del presidente Trump.
Trump y sus asesores indican que hay pocas probabilidades de llegar a un acuerdo en el corto plazo, y el presidente estadounidense sugirió el viernes que China estaba tratando de alargar las negociaciones con la esperanza de que otra persona ocupe la Oficina Oval en enero de 2021.
Trump dijo a reporteros en la Casa Blanca: "Reunión tras reunión, pienso que China probablemente dirá: ‘Esperemos. Faltan 14 meses hasta la elección. Veamos si una de estas personas que entregan a los Estados Unidos, veamos si uno de ellos podría ser elegido’".
"No sé si van a hacer un acuerdo", agregó, en referencia al gobierno chino. "Quizá sí o quizá no. No me importa, porque estamos recaudando decenas de miles de millones de dólares por aranceles".
Los asesores de Trump se han hecho eco de su postura. Larry Kudlow, director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, trató de bajar las expectativas de que vaya a surgir algún gran anuncio de las negociaciones en Shanghai esta semana entre Robert Lighthizer, el representante comercial de Estados Unidos, y Steven Mnuchin, el secretario del Tesoro, y sus contrapartes chinos.
"No esperaría ningún gran acuerdo", dijo Kudlow en la cadena CNBC el viernes. "Creo que, al hablar con nuestros negociadores, van a rearmar el escenario y con suerte volveremos al punto en el que se interrumpieron las conversaciones en mayo".
En fecha más temprana este año, los negociadores parecían estar al borde de llegar a un acuerdo. Pero las negociaciones se trabaron repentinamente en mayo, al introducir Pekín cambios significativos en un borrador que delineaba los términos potenciales de un acuerdo, y los estadounidenses acusaron a China de renegar de sus compromisos.
Desde entonces, el camino hacia lograr un acuerdo comercial ha estado poco claro. Las negociaciones se mantienen en secreto, pero parece haber diferencias significativas respecto de cómo China debe asegurar nuevas medidas de protección para la propiedad intelectual estadounidense, cuántos productos estadounidenses aceptaría China comprar y cuánto se mantendría de los aranceles de Trump sobre US$250.000 millones de productos chinos.
Las dos partes parecen diferir también respecto de lo explícito que debe ser el acuerdo. Los negociadores chinos previamente objetaron las exigencias de que ciertas cláusulas sean incorporadas a las leyes chinas y han presionado por un texto de redacción más difusa.
Michael Pillsbury, un experto en China del Instituto Hudson, dijo que dejar más incertidumbre en el acuerdo podría llevar a más conflictos comerciales entre las dos economías más grandes del mundo, en particular considerando que ambas partes acordaron establecer previamente un mecanismo de imposición complejo para asegurar que los dos países cumplan con lo acordado.
"Si se dejan vías de escape y áreas grises sujetas a interpretación, entonces el extenso proceso de apelación que ha diseñado la administración Trump será la receta para una década de disputas", dijo.
Los negociadores de Estados Unidos insisten en que China debe volver el reloj al momento en que estaba antes de que se trabaran las negociaciones para lograr avances. Pero las objeciones al acuerdo parecen haber venido directo del presidente chino, Xi Jinping.
"El verdadero interrogante es: ‘¿volverán al punto en que estábamos antes de que cambiaron de idea?’", dijo el secretario de comercio, Wilbur Ross, en una entrevista en Fox Business Network el viernes. "Eso es lo importante, porque estábamos muy cerca de una transacción antes".
En junio, Trump y Xi acordaron en un aparte de la reunión del G-20 en Osaka, Japón, tratar de volver a encarrilar las negociaciones. Trump emergió de la reunión diciendo que China había acordado comprar algunos productos agrícolas estadounidenses. A cambio, dijo, Estados Unidos evitaría imponer aranceles adicionales y aprobaría la venta de algunos productos no sensibles a Huawei, el gigante de las telecomunicaciones chino al que el gobierno de Estados Unidos ha bloqueado de comprar tecnología estadounidense por motivos de seguridad nacional.
Ni siquiera esa tregua se ha dado como planeó Trump. China se ha estado preparando para hacer compras agrícolas y el domingo la agencia estatal Xinhua informó que millones de toneladas de poroto de soja han sido embarcados hacia China desde Estados Unidos. Pero por otros medios, funcionarios chinos siguen insistiendo en que no están haciendo compras como parte de las negociaciones.
"Para cubrir las necesidades del mercado interno algunas empresas están dispuestas a comprar algunos productos agrícolas a Estados Unidos", dijo un vocero del Ministerio de Comercio chino en un informe el jueves. Pero indicó que no había "ninguna relación directa" entre la reanudación de las negociaciones comerciales y esas compras.
La administración Trump siguió cumpliendo los acuerdos del presidente en Osaka. Trump temporariamente ha retrocedido de su amenaza de imponer aranceles a US$ 300.000 millones de importaciones chinas adicionales. Su administración está considerando exenciones que permitirían a compañías estadounidenses como Google y Micron Technology vender a Huawei productos no sensibles como componentes ampliamente disponibles en el mercado internacional.
Pero aún no está claro qué tipo de productos estadounidense se le permitiría comprar a Huawei y si las limitaciones afectarían gravemente su negocio.
"China busca volver al status quo previo a que comenzara la guerra comercial y volver atrás el reloj", al momento anterior a que Huawei fuera puesta en la lista negra que le impide comprar productos estadounidenses, dijo Andy Mok, especialista en comercio del Centro para China y la Globalización en Pekín. "La mayor amenaza en este momento es lo que suceda con Huawei".
Algunos funcionarios de la administración Trump creen que el presidente se beneficiaría políticamente si resiste para lograr un acuerdo más duro. Los demócratas se apresurarían a criticar cualquier acuerdo con China y políticos de ambos partidos han alertado respecto de la amenaza a la seguridad nacional que significaría permitir nuevas ventas a Huawei.
Pero aunque Trump insiste en que la economía estadounidense está protegida de la guerra comercial, datos económicos sugieren que las tensiones con China, el mayor socio comercial de Estados Unidos, están teniendo un costo.
Datos difundidos el viernes mostraban que la economía estadounidense se desaceleró en el segundo trimestre del año, con el producto bruto expandiéndose a una tasa anual de tan sólo el 2,1 por ciento al bajar las exportaciones netas y la inversión empresarial. La Reserva Federal frecuentemente ha dicho que la guerra comercial es un problema para la economía y se prevé que bajará las tasas de interés el miércoles para ayudar a que siga la expansión económica.
Grandes compañías estadounidenses que han visto empeorar su desempeño también citan como motivos de ello a los aranceles y las tensiones comerciales. Caterpillar citó la baja de la actividad en China, un mercado importante, cuando informó de la caída de sus ventas en el segundo trimestre, mientras que Hasbro, Nintendo y otras compañías han hablado de sus planes de trasladar parte de su cadena de producción fuera de China a países como Vietnam.
La guerra comercial también es un lastre para la economía china. La salida de compañías multinacionales de china, tendencia que ya estaba en curso como resultado del alza de los salarios en China, podría tener un efecto corrosivo sobre el crecimiento.
Pero en China existe la sensación de que el país puede esperar a lograr un mejor acuerdo comercial con la administración Trump o con otro presidente. La economía china se está desacelerando, pero el proceso ha sido gradual. Nuevos aumentos de lo que ya es un inmenso gasto del país en infraestructura han amortiguado el shock.
Las exportaciones chinas a EE.UU. se han reducido, pero no se han hundido durante la guerra comercial, bajando 8,5 por ciento en la primera mitad de este año comparado con el mismo período del año pasado. Pero las exportaciones al resto del mundo han aumentado ligeramente.
"En este momento creo que la gente no se preocupa tanto por la guerra comercial", dijo Wijian Shan, destacado economista y financista chino en Hong Kong. "La mayoría no ve un aspecto negativo real sobre sus negocios. El pánico ha desaparecido".
Traducción de Gabriel Zadunaisky