Giorgio Alliata de Montereale: “Hay empresas extranjeras en el balcón esperando que se aclare la tormenta para venir a la Argentina”
El presidente de la Cámara de Comercio Italiana en la Argentina y de la Eurocámara analiza los desafíos de las pymes locales para sumarse a las cadenas de valor internacional
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CÓRDOBA.- Giorgio Alliata di Montereale, empresario siderúrgico, es el presidente de la Cámara de Comercio Italiana en la Argentina y de la Eurocámara. Con muchos años en el país asegura que hay que ganar “competitividad” para poder llegar a los mercados europeos. Repensar la legislación laboral, reducir y simplificar la carga tributaria y contar con líneas de financiamiento son los tres ejes a los que apunta para definir los mayores problemas que atraviesan las Pymes locales. “Hay empresas extranjeras en el balcón esperando que se aclare la tormenta para venir a la Argentina”, sostiene.
El ejecutivo sigue molesto por la decisión del Gobierno argentino de no apoyar a Roma como sede de la Exposición Universal 2030 (Expo). Entiende que la ciudad debería ser la base porque la última fue en Dubai y la próxima en Osaka (Japón), “hasta por una lógica geográfica” debería elegirse, señala y rescata el eje temático, que es hacer a las ciudades más sostenibles e inclusivas. “El enfoque que eligió Roma para su candidatura es actual, una problemática muy seria que también interesa a la Argentina para establecer políticas de desarrollo de las áreas urbanas”, describe y añade que Italia es “cuna de la cultura occidental”.
La administración de Alberto Fernández avaló -como ya lo había anticipado en mayo- a Riad, capital de Arabia Saudita. Desde la cámara todavía esperan que el canciller Santiago Cafiero “de una conferencia de prensa y explique los argumentos” del apoyo.
Alliata di Montereale insiste en que, más allá de la “fraternidad” que hay históricamente entre la Argentina e Italia: “La cámara fue fundada en 1884. Hemos ayudado en estos años a muchísimos proyectos en la Argentina; somos muy significativos en el desarrollo de las industrias manufactureras. La Argentina debería haber sido la primera en apoyar a Italia; el Gobierno no explicó por qué no lo hizo. Arabia Saudita es una economía primarizada como la Argentina, vende petróleo. No entiendo qué beneficia a la Argentina una integración con ese país, cuando con Italia está a la vista”.
“En la Argentina se estima que hay 25 millones de descendientes de italianos -añade-. Además, estas ferias sirven para promoción de negocio. Me parece que un Gobierno cuando apoya un país, debería hacerlo con argumentos sólidos y con una mirada de largo plazo. Estamos en un reacomodamiento de las cadenas de valor, de suministros, una dinámica acelerada por la guerra de Rusia y Ucrania; un mundo distinto al de hace cuatro años”.
-¿Por qué les cayó mal que el Gobierno se haya inclinado por Riad como sede de la Expo?
- Nuestra cámara fue fundada en 1884. Hemos ayudado en estos años a muchísimos proyectos en la Argentina; somos muy significativos en el desarrollo de las industrias manufactureras. La Argentina debería haber sido la primera en apoyar a Italia; el Gobierno no explicó por qué no lo hizo. Arabia Saudita es una economía primarizada como la Argentina, vende petróleo. No entiendo qué beneficia a la Argentina una integración con ese país, cuando con Italia está a la vista. En la Argentina se estima que hay 25 millones de descendientes de italianos -añade-. Además, estas ferias sirven para promoción de negocio. Me parece que un Gobierno cuando apoya un país, debería hacerlo con argumentos sólidos y con una mirada de largo plazo. Estamos en un reacomodamiento de las cadenas de valor, de suministros, una dinámica acelerada por la guerra de Rusia y Ucrania; un mundo distinto al de hace cuatro años.
-¿La Argentina puede integrarse a cadenas de valor italianas?
-Estamos observando un abrupto proceso de desglobalización, la globalización permitió generar valor y sacar de la pobreza a millones, hoy tendencia opuesta, bloques regionales, a la Argentina debería interesarle -además del desarrollo del Mercosur- la Unión Europea y el continente americano. Esa es la integración razonable, porque además del factor económico, hay otros que balancean, como son los valores compartidos. La Argentina es democrática, no solo protege sino potencia las minorías, quiere independencia de poderes, libertad de prensa; sostenibilidad del medio ambiente. Si uno mira el mapa del mundo no todos comparten esos valores. Los sectores en los que se pueden integrar las empresas argentinas son varios; el energético es uno muy importante. Rusia cerró la canilla del gas hacia Europa. Como cámara estamos trabajando en el tema, hicimos una misión en la que vinieron empresas italianas y estadounidenses (colaboramos con nuestros pares) que están interesadas en Vaca Muerta. Es un sector dinámico que puede hacer la diferencia para la Argentina. También las energías renovables presentan oportunidades. Por supuesto, siguen las materias primas desde los productos agrícolas a los minerales, como litio y cobre. Generan interés y seguramente habrá inversiones y ahí entra la cadena de valor de la Pyme local. Tec Petrol en su cadena de valor de Vaca Muerte tiene 2000 Pymes colaborando.
-¿Cómo evalúa hoy la situación de las pymes argentinas hoy?
-La Argentina tiene un gran problema de natalidad de empresas, a lo que se le suma la gran mortalidad. Es clave pensar cómo generamos valor agregado, cómo generamos empleo y bienestar social. Eso se hace sumando valor, con la estructura del capital humano. Hay que apuntalar a la industria manufacturera que tiene capacidad de proveer empleo en masa en el territorio. Venimos escuchando que no podemos seguir siendo un país primarizado, para dejar de serlo la integración hacia Italia y hacia Europa en general es crucial. Pensando en el crecimiento y el desarrollo argentino, es importante que la integración sea para agregar valor. Hoy desde la Argentina a Italia va casi exclusivamente materia prima y, desde Italia, productos terminados, tecnología. Hay que empezar desde la pequeña cadena de valor argentina e ir expandiéndose.
-¿Qué problemas son los más importantes para el sector?
-Hay que repensar la legislación laboral porque los juicios laborales destrozan a una Pyme; le sigue la presión tributaria que no solo es un gran problema por lo que hay que pagar sino porque lleva tiempo cumplimentar. Los empresarios se deben concentrar en su producto pero no puede hacerlo; una compañía grande tiene más capital humano para resolver esos problemas. Otro factor fundamental es el financiamiento; hoy nadie se puede endeudar, a qué tasa, a qué plazo…Es imposible. Esos tres ejes son los problemas más grandes de todas las empresas argentinas pero para las Pymes son todavía peores.
-¿Tiene que cambiar la dinámica del comercio entre la Argentina e Italia?
-En el 2022 las exportaciones argentinas a Italia sumaron 1220 millones de euros, el 90% materia prima no industrializada y semi elaborada mientras que las importaciones alcanzaron los 1.392 millones, el 90% tecnología hecha en Italia. Con los problemas de financiamiento que hay en la Argentina, las empresas no pudieron sumar maquinaria, modernizar y eficientizar la producción.
-¿Pueden las productos terminados argentinos tener chances en un mercado como el italiano?
-La Argentina, en productos de consumos masivos que fabrica, no tiene la competitividad necesaria para vender afuera. Son muy pocas las empresas que logran llegar al mundo. O no tenemos la calidad de exportación o nuestros precios no son competitivos porque los juicios nos cuestan más, la máquina es de vieja generación, el financiamiento nos cuesta más. En productos terminados hay pocas operaciones; en economía del conocimiento sí hay oportunidades significativas porque no tienen las mismas barreras que otros sectores. El resto que llega a Italia, lo más terminado que hay son las frutas sino son productos que llegan en poca cantidad.
-¿Qué debería cumplir un producto argentino para tener chances en Italia?
-Precio, diseño y calidad. Los consumidores le dan mucha importancia a ese trípode; el precio solo no alcanza para mercados sofisticados, debe ser acompañado por otros valores. La Argentina quedó atrasada en tecnología o porque no se pudo importar o porque el financiamiento no alcanzó. En el diseño también hay rezago porque, por ejemplo, se incluye el packaging y sin tecnología para las Pymes es muy complicado adaptarse. Muchos productos argentinos van hacia mercados menos desarrollados, hemos ido perdiendo mercados sofisticación, nos hemos ido quedando atrás. La Argentina tiene mucha potencialidad; las escuelas técnicas son semilleros de emprendedores y eso también cayó, pero hay mucha capacidad humana. El mundo se está reconfigurando; la dinámica es muy veloz. En la Unión Europea hay muchas oportunidades para aprovechar.
-¿Sigue siendo la Argentina un destino atractivo para los italianos, los europeos?
-Es muy interesante para la inversión, Europa necesita alimentos y producimos para 500 millones de personas; necesita energía y tenemos, pero hay que dar previsibilidad, respeto jurídico. Hay empresas extranjeras en el balcón esperando que se aclare la tormenta para venir a la Argentina.
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