Fogonero: el fuego como punto de partida de un diseño rosarino y la excusa perfecta para reunirse con amigos
Se trata de un recipiente metálico que sirve para asar o simplemente hacer un fogón; ya se vende en más de 20 países
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Chapanegra es una marca de sello rosarino que ofrece variedad de fogoneros y asadores desmontables. Nació en 2015 de la mano de Roberto Claros, diseñador industrial y de su hijo Manuel, arquitecto de profesión. Al poco tiempo se sumó al proyecto Facundo Poggiani de profesión contador.
“En nuestra familia durante los últimos 40 años trabajamos en diferentes rubros relacionados al diseño y la construcción (agencias de publicidad, estudios de arquitectura, paisajismo e interiorismo, y en un taller metalúrgico). En 2008 descubrimos la tecnología de corte láser en chapas metálicas, capaz de imitar con total precisión un vector digital y empezamos a elaborar diferentes tipos de objetos a partir de una técnica que consistía básicamente en resolver la morfología y su rigidez estructural limitándonos al corte y pliegue, sin utilizar soldaduras”, cuenta Poggiani.
Padre e hijo -Roberto Claros (diseñador) y Manuel Claros (arquitecto)- aseguran que, desde esa época, anhelaban la posibilidad de dedicarse a diseñar, fabricar y comercializar los productos y tener la propia marca. En 2015, en un contexto de plena crisis familiar y económica, nació el proyecto llamado Chapanegra, “debido a que nos gustaba el juego de palabras para referirnos a la onda dark que nos representaba, y a su vez es el nombre de la materia prima con la que trabajábamos. Constantemente hablamos de nuestro proyecto como si fuésemos una banda de rock, nuestros productos son las canciones y nuestras colecciones, los álbumes”; cuenta Facundo Poggiani uno de sus socios.
Creemos que está en nuestro ADN la relación con el fuego
Entre esos objetos que fabricaban, estaban fascinados con uno en particular: el fogonero. “Descubrimos que en otros países utilizaban en los jardines un recipiente metálico para hacer fogones y que en nuestro país no era común verlo. Nos resultó raro, ya que, culturalmente, si hay algo que nos representa es el fanatismo por las reuniones, las anécdotas en los fogones y el asado”, dice y agrega “el fogonero es un objeto que tiene una carga energética particular. Conserva el poder del fuego, transforma todo lo que tiene a su alrededor y vuelve las reuniones más íntimas y sensibles. Se dice que el dominio del fuego fue el principal acontecimiento que le permitió a la humanidad distinguirse del resto de las especies. A partir de este momento empezamos a cocinar nuestros alimentos y esto permitió que la energía que utilizábamos para procesar y digerir, ahora la usemos para pensar, sociabilizarnos y desarrollar nuestro lenguaje”, comenta.
“Creemos que está en nuestro ADN la relación con el fuego. Es una destreza primitiva y nos conecta con nuestras raíces. No es casualidad que cada vez que encendemos un fuego surja la iniciativa de cocinar algo sobre las llamas o brasas. Por lo tanto, esta situación sugirió automáticamente que un excelente complemento de nuestro fogonero debía ser una estaca, sin dudas el ícono gastronómico argentino o por lo menos así lo identifican en otros países”, continúa Poggiani.
Antes de lo esperado, debido al alcance de las redes sociales, recibieron un sinfín de solicitudes por sus productos y también de comerciantes que querían representar la marca en más de 20 países de todas partes del mundo como : Uruguay, Chile, Paraguay, Bolivia, Brasil, Perú, Colombia, Ecuador, Venezuela, México, Panamá, Costa Rica, Estados Unidos, Canadá, España, Inglaterra, Dinamarca, Suiza, Francia, Portugal, Qatar, Japón, Australia y Nueva Zelanda.
Actualmente realizan ventas B2C y entregan a través de la plataforma Exporta Simple por courier a cualquier país. “Paralelamente, estamos definiendo la modalidad indicada para comercializar nuestros productos con mayor frecuencia y volumen en Europa, Asia y América del Norte. Sentimos pasión por el diseño, por lo tanto consideramos nuestro trabajo como una expresión artística, ya que los objetos que desarrollamos representan nuestra identidad y nuestros valores”; añade el contador. “Nuestras premisas de diseño fueron que el fogonero debía ser desmontable, liviano y transportable. Su portabilidad lo transforma en un elemento ideal para utilizar en espacios naturales como la playa, la montaña, el parque, etc., sin dejar restos de brasas y cenizas en el suelo”, finaliza.
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