Florencia Rubiolo: “El mundo valora mucho más el nivel de transparencia del país que al club al que se pertenece”
Investigadora del Conicet y docente universitaria analiza la posible incorporación de la Argentina a los BRICs y también dónde está ubicado hoy el país en el mundo
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“El mundo valora mucho más el nivel de transparencia, las garantías a los Estados y a los mercados que a qué club se pertenece o no. Lo valora China, la Unión Europea, Singapur o un país latinoamericano. Las condiciones internas se valoran”. El planteo lo hace la internacionalista Florencia Rubiolo, investigadora independiente del Conicet y secretaria de Posgrados de la Universidad Blas Pascal.
La referencia viene a cuenta de la polémica que abrió la invitación de los Brics a la Argentina para sumarse al bloque conformado por Brasil, Rusia, India, Sudáfrica y China. La incorporación debería producirse a partir del 1 de enero próximo, con lo que la decisión final estará en manos de quien asuma el gobierno en diciembre.
Rubiolo grafica con el caso de Chile, un país con relación “muy estrecha, con acuerdos comerciales” con China y Estados Unidos, “con una política estratégica alineada con los estadounidenses, pero también fue el primero en sumarse al Banco Asiático a la vez que se integró a la ruta de seda”. Apunta que los chilenos, tienen “mucha experiencia, una diplomacia económica-comercial reconocida” y “no eligieron relacionarse con uno u otro; tienen una política diversificada con ambos”.
Los Brics tienen, desde hace tiempo, problemas internos. Por ejemplo, Vladimir Putin no puede asistir a la cumbre en Sudáfrica porque ese país se vería obligado a arrestarlo por presuntos crímenes de guerra; India y China, tienen un conflicto fronterizo latente a la vez que también compiten por el mercado indo-Pacífico.
“Nos hemos incorporado a la alianza de los Brics y de esta manera damos un nuevo paso en la consolidación de la Argentina fraterna y abierta al mundo que siempre soñamos, como parte del sur lleno de esperanza y futuro. Nos hemos incorporado a la alianza de los países más importantes de las economías emergentes. Se abre un nuevo escenario para la Argentina”, señaló el presidente Alberto Fernández en el anuncio y agregó que está “probado que de ese modo aumentamos nuestras posibilidades de abrir nuevos mercados, de consolidar los existentes, de favorecer los flujos de inversión creando empleo, de aumentar las exportaciones y de desarrollar la aplicación de nuevas y mejores tecnologías”.
-¿Quién gana con la incorporación de la Argentina a los BRICs?
-En primer lugar los Brics como bloque se beneficia siempre que suma nuevos países al grupo, no solo a la Argentina; la ampliación permite fortalecer la legitimidad del grupo a nivel internacional. China es el principal impulsor de la ampliación, incluso con algunas resistencias como de Brasil e India respecto a cómo se plataforma multilateral se debe mover. La incorporación es útil para los intereses de China sobre todo por sus intereses en el sur global; le permite fortalecer su imagen positiva frente al mundo en desarrollo y ampliar espacios de cooperación. China tiene un punto a favor, que es no estar liderando decisiones de irresponsabilidad, su presidente se cuida de no hacerlo.
-¿Beneficiaría el comercio internacional de la Argentina?
-Brics no es una institución de integración económica o económica-comercial, no implica compromisos comerciales vinculantes. La Argentina tiene vínculos con tres de los socios que están entre los seis mayores socios comerciales. Los Brics amplían espacios de diálogo, dan potencial de colaboración, de intercambio, de sumarse a un foro con una voz cada vez más potente a nivel internacional por la fortaleza de sus integrantes. No hay un beneficio comercial o económico directo y si lo hay indirecto, lo veremos a futuro
-¿Entiende que sumarse genera un condicionamiento político?
-No lo creo. Si uno lo mira pragmáticamente, hay cinco socios fundadores y entre ellos India tiene una relación comercial cercana con Estados Unidos y un conflicto territorial con China, con la que también compite en lo comercial en el espacio Indo-Pacífico. Es decir, ya hay diferencias políticas profundas. De qué lado vendría el condicionamiento para terceros. Ya salió no lo ven como espacio de competencia, socios muy cercanos como Arabia Saudita, dudo que haya condicionamientos
-La de los BRICs es una familia que no está en su mejor momento por esos mismos conflictos que usted describe…
-Si se mira la trayectoria, el grupo que fue conformado en 2010, tuvo un camino con altibajos. En el pandemia del Covid 19 registró un congelamiento de vínculos, más aun después del ataque de Rusia a Ucrania y con el mantenimiento del conflicto permanente. Hay tensiones al interior y muchas. Es conflictivo para China, no es simple decidir cómo actuar respecto a Rusia. Más allá de comprarle petróleo igual que India, no tiene interés de tener una imagen irresponsable; China participa en organismos internacionales de origen occidental y crea otros que emulan esos organismos.
-¿China es la que más pone en juego?
-El espacio tiene múltiples divergencias y diferentes alineamientos políticos y también diferentes tipos de gobierno. Pone en juego la posibilidad de supervivencia, ha sido así en los últimos años. Incorporar a diferentes tipos de países, incluso a alineados a Estado Unidos también provoca tensiones. Pero pensemos que, por ejemplo, el G7 no se puso de acuerdo inmediatamente con respecto a las sanciones a Rusia. De la misma forma será clave la negociación en los Brics para que sobreviva a la ampliación; funciona mucho el liderazgo chino en la posibilidad de alcanzar consensos pese a las tensiones; sucedió con la ampliación. Siempre se requiere un liderazgo que traccione el consenso; se pone en juego el rol de liderazgo de China.
-Entre las críticas a la incorporación argentina está que al actual gobierno ya se le termina el mandato.
-La incorporación la va a definir el próximo gobierno. Está la invitación, pero es una incógnita lo que hará la administración que asuma en diciembre porque la incorporación se efectivizaría en enero. Será el que viene el que deba evaluar costos y beneficios.
-¿Cuáles son los costos?
-Los costos dependen de la lectura política que haga el próximo gobierno. De acuerdo a las declaraciones públicas de dos de los candidatos, Javier Milei y Patricia Bullrich, entiendo que pueden llegar a evaluar conforme a una lectura antigua de alineamiento o no a los Estados Unidos. Esa lectura maniquea ya no corre en el sistema de las relaciones internacionales. Hoy nuestros socios prioritarios son Estados Unidos en lo financiero; China en lo financiero y comercial y Brasil en lo comercial y diplomático. Desde una lectura ideológica la incorporación se toma como un posible desafío -no alejamiento- a los Estados Unidos. Esa mirada implica que entendemos que Estados Unidos verá como negativo sumarse a los Brics. De hecho, ya la Argentina es parte de la ruta de la seda, ya es miembro del Banco Asiático y no hubo una respuesta de Estados Unidos. En términos pragmáticos, no hay costos.
-¿Dónde está parada hoy la Argentina en materia de política internacional?
-Está en un lugar de indefinición, de incertidumbre, no hay un claro lineamiento de política exterior; hubo mucha improvisación en la política exterior y en la inserción al mundo y algunos aciertos como mantener estable la relación con China y Estados Unidos, no elegir a uno de los dos. Sin embargo, hubo una posición ambivalente con la región, no hubo un posicionamiento claro en materia de derechos humanos, un elemento clave que el Gobierno tiene que clarificar. La Argentina tiene una tradición de defensa de derechos humanos a nivel interno, de alguna forma fuimos ejemplo y es una materia pendiente a nivel externo. En términos financieros- económicos, la situación es inestable, crítica, frágil, y eso impide el acceso a mercados a inversiones productivas. Hay que trabajar en fortalecimiento institucional y transparencia.
-¿El mundo hoy tiene más en cuenta esos factores que los alineamientos?
-El mundo valora mucho más el nivel de transparencia que club se pertenece. Lo valora China, la Unión Europea, Singapur o un país latinoamericano. Las condiciones internas se valoran. Chile es un país con una relación muy estrecha, con acuerdos comerciales con China y Estados Unidos; con una política estratégica alineada con los estadounidenses, pero también fue el primero en sumarse al Banco Asiático a la vez que se integró a la ruta de seda. Los chilenos tienen mucha experiencia, una diplomacia económica-comercial reconocida y no eligieron relacionarse con uno u otro; tienen una política diversificada con ambos.
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