Fintech. Las empresas argentinas ven oportunidades en la región
Más de la mitad de las firmas que le agregan innovación al sector financiero proyectan ampliarse y operar en el exterior en los próximos tres años
En las economías con mayor informalidad y bajos niveles de bancarización, la penetración de las fintech muestra mejores resultados, por eso, un importante número de empresas incubadas en nuestro país se apoyan en la región para apalancar su negocio e iniciar el proceso de internacionalización.
La Argentina ha mostrado un crecimiento exponencial del sector fintech en los últimos cinco años. Y, de acuerdo a la cantidad de firmas registradas, ocupa el tercer lugar en América Latina. Al 2017 existían 133 empresas, localizadas principalmente en Ciudad Autónoma y provincia de Buenos Aires, con nichos productivos en Mendoza, Córdoba, Tucumán, Jujuy, Tierra del Fuego y Santa Fe.
Se trata de un núcleo integrado principalmente por pymes, tanto por los niveles de facturación como por los índices de empleo. Según datos de la Agencia Argentina de Inversión y Comercio (Aaici) cerca del 80% cuentan con menos de 50 empleados y sólo el 10% emplea a más de 100 personas.
"Las fintech llegaron para revolucionar el sistema financiero mundial. En la Argentina el ecosistema está en plena etapa de crecimiento, y se trata de un sector netamente de pequeñas empresas", señala Alejandro Wagner, Director General de Comercio Internacional de la Aaici, que días atrás organizó una misión comercial a Las Vegas, con una decena de firmas especializadas en desarrollo de software, aplicaciones, tecnologías y soluciones financieras.
Las proyecciones de expansión geográfica son ambiciosas en el corto plazo, ya que el 75% de las firmas radicadas en el país esperan llegar el exterior en los próximos tres años. "Las fintech argentinas por lo general nacen pensando en la regionalización, como forma de lograr negocios que puedan escalar y generar mayores volúmenes de facturación", señala Juan Pablo Bruzzo, presidente de la Cámara Argentina de Fintech.
Inclusión
Las plataformas se posicionan como socias estratégicas de bancos, entidades financieras y empresas interesadas en ampliar su base de clientes y expandir su negocio a mercados que aún no fueron desarrollados.
"En un contexto donde la inclusión financiera es un desafío para América Latina, Findo registra más de 10.000 data points del usuario, cuenta con un on-boarding cien por ciento digital, verificación de dispositivo y línea del celular, validación del documento de identidad, sistema de reconocimiento facial y biometría, y otros bureaus crediticios, para obtener en minutos un perfil robusto del interesado", describe Diego Varela, cofundador y CEO de la fintech que nació en 2016 con el foco en generar acceso crediticio confiable a personas no bancarizadas.
"Fuimos pioneros en la construcción de un modelo de scoring mobile, con datos alternativos, que se optimiza de forma continua con algoritmos basados en aprendizaje automático, permitiendo validar la identidad, y verificar el comportamiento y actividad económica de la persona interesada respondiendo a la solicitud rápidamente", expresa.
Por su parte, Alejandro Muszak, fundador y CEO de Wenance, que lleva 20 años en el mercado argentino pero en 2014 comenzó su transformación digital, apostando por la internacionalización, relata que "el proceso de escalar el negocio en el exterior responde al propósito de extender las fronteras de los servicios financieros y facilitar la accesibilidad al crédito de aquellos que hasta ahora estuvieron excluidos o desatendidos por décadas".
Para fines de 2017 Wenance, que desarrolla productos financieros para individuos, inició sus operaciones en Uruguay, y al año siguiente desembarcó en España. "Cada plaza requiere estudiar múltiples aspectos, entre ellos, el marco legal, regulatorio e impositivo, como así también los usos y costumbres de las personas y sus hábitos con relación a la tecnología y el manejo de sus finanzas", dice Muszak. Además, subraya la importancia de conocer la oferta de los principales jugadores del mercado para detectar oportunidades.
Bajo el eslogan "si aceptás tarjeta, vendés más", Mobbex ofrece desde hace dos años herramientas de pagos digitales a pequeños y medianos negocios. "Encontramos que para un comercio que no cuenta con un área de contabilidad o tecnología desarrollada, aceptar medios de pagos digitales se volvía complejo", comenta Atilio Cerbán, CEO y cofundador de la empresa.
Según relata, la integración se realiza de forma ágil una vez que el cliente completa el registro con sus datos personales y de facturación. "Contribuimos a que miles de comercios pequeños puedan formalizar su sistema de pagos y, al mismo tiempo, obtienen datos en tiempo real de todas sus ventas, conciliación y liquidaciones", destaca Cerbán.
Aunque aún a nivel local Mobbex tiene altas perspectivas de desarrollo por el "alto nivel de informalidad" que registra el comercio minorista, también ven oportunidades en la región. "Se necesita un cambio cultural que va a llevar su tiempo, pero los que mandan en esta industria van hacia lo digital; en Estados Unidos –por ejemplo- una gran cantidad de comercios directamente no acepta cash porque lo ven como una complicación administrativa", compara.
"En Argentina aún no tocamos el uno por ciento del mercado, pero la falta de financiamiento representó una barrera para crecer", reconoce Cerbán desde Chile, donde se radicó este año para desarrollar su negocio, luego de conseguir apoyo de la Corporación de Fomento de la Producción del país vecino (Corfo).
Disrupción
El universo fintech se renovó en el último tiempo y adquirió jerarquía de industria. "Tradicionalmente la fintech ofrecía algún servicio financiero apalancado en la tecnología, mientras que hoy hablamos de servicios financieros y sus participantes tecnológicos, básicamente, son proveedores de software", describe Mario López, co fundador, de Poincenot Technology Studio.
Por un lado, López creó su propia financiera, Moon Money Online, que ofrece crédito a pymes para ampliar su capital de trabajo, y por otro se dedica al desarrollo de tecnología aplicada para acompañar a las entidades financieras en el proceso de transformación digital. "B.trader es un modelo de plataforma de marca blanca que permite a las compañías de inversión acelerarse digitalmente, manteniendo su propia identidad", explica.
Durante sus primeros cinco años de vida, Poincenot se enfocó en fortalecer el negocio a escala nacional y lograr casos de éxito con entidades reconocidas, como Mercado Libre y el Banco Industrial (BIND). "Ahora apuntamos al desarrollo regional como parte de una segunda etapa de la compañía, y también nos aceleró el contexto (económico), para poder mantener los equipos tecnológicos que, prácticamente, están dolarizados", dice López, y cuenta que ya tienen convenios firmados en Perú y Colombia.
Bitex, que permite comprar y vender bitcoin, se fundó en 2014 en Argentina, pero progresivamente se expandió hacia Chile, Paraguay y Uruguay y llega a 55 países a través de una red de partners. "Estamos en carrera para abrir en el cortísimo plazo operaciones en Perú y Colombia", cuenta Federico Darnond, gerente de Desarrollo de Negocios, y explica que "al trabajar con pagos internacionales sobre tecnología blockchain, abrir nuevos países permite ampliar destinos y cubrir nuevos casos de uso para nuestros clientes, como por ejemplo cobro a empresas localmente a través de cuenta bancaria".
Y, respecto a la evolución del sector, Darnond refleja que las criptomonedas dejan de ser un tema accesorio y comienzan a participar del escenario principal. "Iniciativas como Libra de Facebook, la emergencia de stablecoins, y los palpables avances en materia regulatoria en Estados Unidos y Suiza empiezan a darle a esta tecnología un rol central al hablar de dinero en el siglo XXI".
Mientras tanto, el Gobierno promueve iniciativas como la participación de una delegación de empresas en la feria Money 2020, que se llevó a cabo del 27 al 30 de octubre, en Las Vegas. La Aaici coordinó la presencia argentina con el objetivo de generar relaciones con expertos de todo el mundo y propiciar acuerdos con bancos, entidades financieras y fondos de inversión de otros países como Estados Unidos, Canadá, Francia, México y Alemania.
El avance del ecosistema en América Latina y su proyección
Junto con confirmar el rápido crecimiento y consolidación de las fintech en América Latina, el último informe sectorial del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), constata el nivel de interés que este segmento de la economía despierta. En diálogo con la nacion, Gabriela Andrade y Mikael Larsson especialista Líder de Mercados Financieros y Senior de Integración y Comercio del BID, respectivamente, analizaron el comportamiento del sector.
"Las inversiones fintech en América Latina y el Caribe han concentrado gran parte de las nuevas inversiones, superando los US$600 millones solo en 2017. Esto presenta una gran oportunidad para la región, donde contamos aún con una gran cantidad de personas –casi la mitad– que no están bancarizadas", señala Larsson.
Según explica el especialista, en 2018 se alcanzaron US$128 mil millones en inversión en empresas fintech en el mundo. Dentro de los servicios basados en el conocimiento, el sector financiero fue pionero en la utilización de la tecnología para entregar un mejor servicio al cliente, una mejor experiencia al usuario y nuevos servicios a través de soluciones expeditas, rápidas y de manera eficiente a sus clientes. "Hay que destacar que la persona es el centro de la experiencia, y los bancos o entidades financieras son los facilitadores y no los protagonistas", plantea.
La Encuesta Findex (2017) arrojó que tan sólo el 54% de la población adulta de la región tenía acceso a una cuenta bancaria. "Se trata de una cifra que, aunque todavía reducida, supone una mejora respecto al 39% observado en 2011", analiza Andrade, y repasa que en 2017 sólo el 12% de la población declaró haber ahorrado en una institución financiera formal, el 9% reconoció haber tomado un préstamo de una institución financiera, mientras se estima que el 61% de la población en la región todavía paga sus facturas en efectivo.
"La alta proporción de la población que actualmente lleva a cabo transacciones en efectivo y utiliza servicios financieros informales, no migrará al sector formal a menos que los productos sean extremadamente fáciles de entender, utilizar y acceder, y contengan una propuesta de valor relevante. Y es aquí donde las fintech hacen la diferencia", valora Andrade.
Tecnologías y canales digitales han mostrado que permiten reducir el costo de ofrecer productos y servicios a consumidores de la base de la pirámide, lo cual favorece la inclusión financiera. "El índice de startups que han internacionalizado sus operaciones todavía es bajo; un 14% de las empresas de la región operan en más de 10 países", grafica Larsson. "Su éxito radicará en la importancia de una integración a nivel regional que permita profundizar la consolidación y crecimiento de la industria", añade.
El BID lanzó a inicios de 2019 la Red Fintech Latam, con el objetivo de contribuir al mejoramiento de las regulaciones financieras y políticas, así como el fortalecimiento institucional de los actores del ecosistema fintech de la región.