Fabrizio Lucentini: “Las empresas italianas volvieron a mirar a la Argentina”
El embajador de Italia planteó que hay señales “positivas” desde la economía y que en lo político hay “coordinación” entre ambos países
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CÓRDOBA.- “Lo importante es que volvió el interés, las empresas italianas volvieron a mirar a la Argentina. Ahora hay que transformar eso en algo más completo. La actual administración ha dado señales de más certidumbre jurídica, legal, de un frame para los negocios. Cada semana, cada mes que los datos macro ayudan la meta está más cerca”, dice a LA NACION Fabrizio Lucentini, embajador de Italia en la Argentina.
También se refirió al acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea. Planteó que siempre tienen “aspectos positivos y negativos” y que ahora comenzó la etapa de conversaciones para -sin modificarlo- “encontrar soluciones para los sectores que tienen problemas con el acuerdo, pensar en compensaciones o ayuda”. Advirtió que, en general, son procesos largos.
Lucentini, quien nació en Roma hace 57 años, es licenciado en Ciencias Políticas. Ingresó por concurso al servicio diplomático italiano en 1995. En el inicio trabajó en la Dirección de Asuntos Políticos del Ministerio de Asuntos Exteriores; en 1999 fue designado segundo secretario comercial en Tokio y un año después escaló a primer secretario. Entre 2002 y 2006 se desempeñó en el área comercial de la Embajada de Italia en París (como primer secretario y consejero económico).
Entre 2016 y 2019 fue director general para las Políticas de Internacionalización y la Promoción de los Intercambios del Ministerio del Desarrollo Económico. En enero de 2018 lo nombraron ministro plenipotenciario y, a partir del 12 de septiembre de 2019, ocupó el cargo de Jefe de Gabinete del Ministerio para los Asuntos Europeos.
La primera ministra italiana Giorgia Meloni es la que más veces se ha reunido con el presidente Javier Milei, quien viajará este viernes para sumarse al festival juvenil Fratelli d’Italia (Hermanos de Italia) en Roma. Ambos tienen muy buena sintonía política y personal; su primera reunión fue en la capital italiana en febrero del 2024. Después, en junio, Meloni invitó a Milei a participar del G7 en Italia, y luego se cruzaron en la asamblea de Naciones Unidas en Nueva York y en el G20 de Río de Janeiro, antes de la visita de Meloni a Buenos Aires.
La comunidad empresaria italiana tiene unas 300 empresas en la Argentina (automotrices, energía, infraestructura, alimentos, seguros) que emplean a unas 16.500 personas y facturan alrededor de 2640 millones de euros. Las inversiones italianas rondan los 1500 millones de euros y, en 2023, el intercambio comercial fue de 2340 millones de euros.
-Hay espacio para potenciar las relaciones bilaterales, en qué líneas cree que puede ahondarse?
- Hay un potencial que todavía no se transformó en éxito. En los últimos 20 años la Argentina tuvo un rumbo un poco incierto y, para las inversiones, la certidumbre política y económica es fundamental. El de la energía es el sector en el que imagino una cooperación más fuerte entre la Argentina y los países de occidente, en general. No solo por Vaca Muerta, sino también por las energías renovables y sustentables. La Argentina tiene todo para producir energía eólica, solar, tiene base para el hidrógeno verde. Italia es el segundo país europeo en manufactura, en industria. Ese es el rubro de mayor exportación, el de maquinarias, no los bienes de consumo como podría imaginarse. La percepción de los no entendidos es que pueden ser alimentos, moda, pero la exportación de manufactura es fundamental para el PBI italiano. Si la Argentina desarrolla la infraestructura que necesita, los productores italianos pueden aportar los bienes de capital necesarios.
-¿Por qué sectores económicos pasa el mayor interés de Italia en estos momentos?
-A lo largo del tiempo las empresas italianas han tenido la idea de la inversión, de la cooperación. Hubo un momento en el que la mayoría de las grandes, como Telecom o Enel, estuvieron en la Argentina. En los últimos años estos flujos se redujeron por la incertidumbre a la que hice mención antes. El país sigue teniendo una presencia importante, pero influyó la incertidumbre. Se puede volver a las inversiones y a la cooperación industrial. Hay señales importantes en ese sentido. Por ejemplo, la de Enel de no salir del país como había anunciado en noviembre del 2022; en cambio puso en macha una inversión con Edisur. Es un hecho significativo porque es uno de los principales inversores italianos.
-¿Para las Pymes ve oportunidades?
-Es muy difícil para una Pyme invertir en el extranjero. Las italianas son exportadoras. Claro que el sistema público italiano acompaña cuando hay decisiones de inversión, pero no es lo más habitual. Hay alguna que lo ha hecho en el sector de las energías renovables, en paneles solares en el norte argentino. Todavía lo central no pasa por las inversiones para la producción. Hay algunas, como el Grupo Branca que invierte hace mucho tiempo y produce en la Argentina. Son ejemplos positivos, pero creo que para ver más hay que esperar un poco; lo que pasó en el último año es positivo.
-¿Ve la posibilidad de que las Pymes argentinas puedan exportar a Italia o bien asociarse o integrarse a cadenas de valor?
-Por el momento la mayoría de las exportaciones argentinas son commodities y también Italia produce, por lo que la competencia es muy fuerte. Es difícil pensar en exportaciones de bienes. Hay que ver qué pasará con el Mercosur y la Unión Europea.
-Para las empresas argentinas interesadas en hacer negocios con Italia, ¿qué aspectos diría que son ineludibles, qué exigencias deben cumplir?
-Todo el mundo está confrontándose con dos temas clave, la transformación energética y la digital. Son en los que hay más potencial para cooperar, son los desafíos globales que todos enfrentamos. En ambos las Pymes argentinas son activas, hay ejemplos concretos de algunas que se convirtieron en compañías muy fuertes y competitivas. Diría que son los más sectores más fructíferos. Es clave tener una visión global; eso es ineludible. El 40% del PIB italiano es explicado por la exportación, Italia forma parte de la Unión Europea, la empresa que quiera llegar tiene que tener mirada más amplia.
-¿Y las exigencias ambientales?
-Es un tema muy delicado políticamente en este momento. Hay necesidad de cuidar el medio ambiente, pero eso también impacta sobre la posibilidad de ser competitivos con la industria en el mercado internacional porque la reglamentación trae costos. Hay que encontrar un equilibrio entre la reglamentación y la producción industrial. La Unión Europea ha estado concentrada en los últimos años en la reglamentación, debe también mirar el otro aspecto. El informe Draghi apunta en ese sentido, en que se ponga en marcha una política industrial que permita afrontar costos de manera eficiente.
-¿Qué programas de cooperación entre la Argentina e Italia destaca?
- Ese es un tema importante. En la última visita de Meloni en noviembre, habló con el presidente Milei sobre establecer, escribir, un plan de acción 2025-2030 e incluir todo lo relacionado con la cooperación bilateral. Definir dónde estamos y a dónde queremos avanzar. Negociarlo ahora y llegar a la firma en ocasión de una próxima visita. El objetivo es incluir lo que hay en el ámbito científico, en la cooperación en el área judicial y de seguridad, en la cultural, en la universitaria y en capacitación. Hay que definir el rumbo.
-¿Qué posición tiene Italia sobre el acuerdo Unión Europea-Mercosur?
-Los acuerdos tienen aspectos positivos y negativos, cosas que nos gustan más y cosas que nos gustan menos. Ahora se llegó a la declaración política de ponerle fin a la negociación y se empieza a avanzar en el procedimiento que llegará a la firma. No es de unos días, es de meses. En este tiempo es necesario -sin modificar el acuerdo porque ya no se puede- encontrar soluciones para los sectores que tienen problemas con el acuerdo, pensar en compensaciones o ayuda. Estos años van a ser muy importantes para que los resultados sean más positivos.
-Ha dicho que en este último año hubo señales positivas del rumbo de la Argentina, ¿hay aspectos que todavía generan incertidumbre?
-Modificar la impresión no es fácil, ya está pasando, pero hay que seguir. Hemos organizado encuentros empresariales en la Argentina y también en Italia. Lo importante es que volvió el interés, las empresas italianas volvieron a mirar a la Argentina. Ahora hay que transformar eso en algo más completo. La actual administración ha dado señales de más certidumbre jurídica, legal, de un frame para los negocios. Cada semana, cada mes que los datos macro ayudan la meta está más cerca.
-¿Le parece que la Argentina podría tomar algunos elementos de la experiencia económica italiana?
-En lo político cada país tiene su experiencia, su trayectoria. Hay una coordinación política muy fuerte en la actualidad. En lo económico, la aspiración exportadora en este mundo globalizado es clave; el mirar el mercado mundial, el ser competitivos en mercados internacionales. En Italia la exportación fue y es fundamental para el crecimiento. La Argentina tiene un potencial enorme; ha sido en la historia una exportadora importante. Y ese es un factor a seguir profundizando.
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