Enrique Loizzo y Marcelo Newton: "Hace falta una renovación en la gestión del Centro"
La fórmula alternativa para conducir el Centro Despachantes de Aduana presenta sus principales ideas
Enrique Loizzo y Marcelo Newton suman juntos 70 años de experiencia como despachantes de aduana. Hace tres años compitieron, en listas separadas (Despachantes Argentinos y Unidad), en las elecciones del Centro Despachantes de Aduana (CDA). Apenas perdieron, se juntaron. Vieron que los puntos en común tenían un peso específico mayor a las diferencias. Y hace tres años comenzaron a trabajar en Agrupación Despachantes Unidos (ADU), para presentarse en las elecciones de noviembre, Loizzo como presidente y Newton como vicepresidente. En diálogo con La Nacion hicieron énfasis en la necesidad de "renovación y cambio" en el organismo, y en "una gestión que se anticipe, y no que llegue tarde siempre", y en un compromiso por "posicionar al despachante en el lugar que merece, es decir, el centro del comercio exterior".
¿Qué es Agrupación Despachantes Unidos?
-Enrique Loizzo: Nace a partir del entendimiento de que siendo un gremio no tan grande no tenía sentido tanta división, más cuando teníamos muchos puntos en común. Empezamos a trabajar juntos hace tres años, así que esto no es una casualidad o necesidad electoral. La gestión actual lleva más de seis años y hace falta una renovación.
Más allá de la semántica, ¿qué creen que hay que cambiar en los hechos?
-E.L.: En principio, gestionar teniendo en cuenta el verdadero lugar que ocupa hoy el despachante. Ya no es aquel viejo profesional que clasificaba, valoraba y desaduanaba mercaderías. Hoy es el eje fundamental del comercio exterior de una empresa. Brinda un servicio integral, porque no sólo actúa como despachante de aduana sino que también oficia de asesor impositivo, contable, jurídico y hasta logístico, e incluso es representante de la empresa ante terceros organismos. El despachante tiene que estar en el centro, no en la periferia. Por eso queremos trabajar para devolverle la jerarquía al despachante, incluso en lo económico, porque trabajamos mucho, y la remuneración no es acorde.
¿Cómo encararían este reposicionamiento?
-Marcelo Newton: Las comisiones directivas del CDA están formadas por 23 personas. Nosotros tenemos un grupo de más de 50 despachantes dispuestos a trabajar para ocupar cada una de las sillas que el CDA fue dejando vacías. Tenemos gente capacitada para ocupar lugares en la Cámara Argentina de Comercio (CAC), el Centro de Navegación, la Administración General de Puertos (AGP), las terminales portuarias, las Cámara de Exportadores, la Cámara de Importadores, y las representaciones internacionales. Somos los verdaderos entendidos en la materia y nuestra voz se tiene que escuchar. Es muy importante la transparencia de una comisión directiva: tiene que reconocer que hace años que estamos en crisis, y trabajar para solucionarla. No podemos seguir diciendo que tenemos un montón de beneficios, como si acá no pasara nada. Si hay subsidios y beneficios -los que están bien se mantendrán, y se modificarán los que están mal implementados, como las combis- es porque hace años que estamos en una crisis que no se reconoce.
Para la actual administración el servicio de combis es un logro...
-M.N.: Es una idea de la agrupación que representé en 2013 y que tomó el oficialismo y la implementó mal. Nosotros ya en 2010 decíamos que el despachante incurría en gastos innecesarios de envíos de documentación a distintos puntos operativos, y propusimos el tema de las combis en nuestra plataforma de campaña de 2013. El oficialismo la llevó mal a la práctica, porque lleva gratis a la gente y cobra por los envíos de documentación. En lugar de tener combis vacías cada 15 minutos, es preferible que viajen gratis tanto despachantes como documentos.
¿Y cómo planean lograr una mejora en la rentabilidad de los despachantes?
-M.N.: Tenemos un plan. No podemos tener un centro rico con despachantes pobres. Vamos a trabajar en la reducción de costos y en el aumento de ingresos.
-E.L.: El lugar que tenemos representado en la sociedad no es acorde a la responsabilidad que tenemos, como así tampoco los honorarios percibidos reflejan los riesgos en los que incurrimos.
¿Tienen una plataforma?.
-M.N.: Sí, y la venimos trabajado desde hace tres años. Pero la vamos a dar a conocer cuando termines la ronda de consultas que estamos haciendo con todos los colegas.
¿Cuáles son a priori las acciones prioritarias que tienen en agenda?
-M.N.: Gestionar con éxito. Es decir, obtener el resultado luego de la presentación de un expediente en Aduana, no presentarlo y esperar a ver qué pasa. Quizá la gestión actual está cansada, y nosotros nos diferenciamos porque venimos con entusiasmo. En segundo lugar, trabajar sobre la rentabilidad y el posicionamiento del despachante, para que se cobren honorarios dignos. Y desde lo institucional trabajar en políticas de largo plazo, como la rentabilidad, la colegiatura y los beneficios para los socios.
-E.L.: Presentamos una propuesta de reforma del estatuto a la comisión directiva, en 2015, con actualizaciones. Se trabajó durante un año con una comisión de notables. Pero no tuvimos respuesta alguna. Este va a ser uno de los puntos iniciales de la gestión, junto con la colegiatura, que lamentablemente lleva 10 años y no salió aún. La reforma del estatuto contempla la participación del interior y las minorías. Queremos un CDA abierto, plural y participativo.
¿Por qué señalan que los honorarios no son dignos?
-M.N.: Hace 30 años un despachante cobraba el 2% sobre el valor de la mercadería. Hoy cuesta cobrar el 1% y muchos recurrieron a la tarifa planta sin importar lo que vale una mercadería, cuando uno tiene una responsabilidad proporcional a ese valor. Tenemos que concientizar a los despachantes, y no perjudicarnos compitiendo como si fuera una jungla. Podemos seguir modelos como los colegios de escribanos, martilleros o abogados, porque somos profesionales del mismo nivel. Así vamos a recuperar la rentabilidad.
-E.L.: Los honorarios no guardan proporción con responsabilidades que lo hacen a uno solidario total con lo que declara y oficializa. No hay que olvidar que la Aduana puso en cabeza de los despachantes la clasificación arancelaria. Somos auxiliares del servicio aduanero llamados a colaborar, no a definir. Es más, la recaudación tributaria por importaciones y exportaciones pasó a ser responsabilidad de la tarea de los despachantes, cuando debería ser realizada por el Estado.
-M.N.: (Risas) Si tuviéramos el 3% de esa recaudación por nuestra tarea sería otra cosa...
¿En qué estado se encuentra la cuestión de la obra social para los despachantes de aduana?
-E.L.: Es justo uno de los puntos que la actual gestión trató en su anterior plataforma electoral y nunca llevó a cabo. Y la otra gran falla obviamente fue la colegiatura, que se prometió e intentó -con intenciones electoralistas sobre todo- y el resultado fue cero. El tema de la obra social es complejo como para prometerlo como acción futura en una campaña. Nosotros lo vamos a analizar, llamando a los socios para tenerlos al tanto.
-M.N.: Hay una tercera cuestión en que se falló. Se prometió en 2015 que el CDA iba a tramitar la posibilidad de que se emitiera certificados de origen, lo que se traduciría en un montón de ingresos extra. Y hasta el día de hoy no hay nada. Lo que nosotros sí podemos prometer es que nuestra política respecto de cuestiones institucionales se van a manejar de manera transparente y con austeridad. Continuaremos participando de congresos y reuniones internacionales, pero de manera austera y obligando a cada miembro de la comisión directiva que viaje a que realice un informe a su regreso, que será girado a todos los socios.
¿Qué otros puntos planteaban en la reforma del estatuto?
-M.N.: En primer lugar, la transparencia del acto electoral para evitar que pase lo que pasó en la última elección, donde se perdió el bolsín con los 120 sobres de los votos de los colegas de Córboba. Queremos modificar todo el proceso electoral, y no tener que votar dos veces, como pasó en las últimas elecciones. No puede ser que nos parezcamos a un sindicato. Y la otra cuestión tiene que ver con modificar la representación de los socios en la comisión directiva para que contenga al menos a tres representantes del interior. Asimismo, plantemos que la primera minoría tenga a su cargo la comisión revisora de cuentas. Por último, queremos que se cree la figura del past president, es decir, que el presidente saliente de la comisión directiva tenga un lugar honorario en el CDA de manera tal que pueda ser invitado para tratar cuestiones sensibles de su gestión. Por ejemplo, si encaró el tema de la obra social, que nos cuente dónde se empantanó el tema y por qué no se pudo llevar adelante.