Empleo. El avance de la tecnología y su impacto en el sector logístico
Más allá del temor surgido, el desarrollo tecnológico estaría más cerca de mejorar la forma de vida que de generar desocupación
La automatización, la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías parecerían amenazar al mercado del trabajo y apuntar a la generación de masas de desempleados, según ciertos intelectuales más afines a la literatura de ciencia ficción apocalíptica, ya que para varios especialistas eso estaría bastante lejos de lo que ocurrirá en realidad.
Si bien estos avances se profundizaron en los últimos años, a inicios de la década de1980 ya se veían sus primeras manifestaciones, y los países más industrializados, como Estados Unidos, Alemania o China, han trazado planes en esa línea y generaron algunas alertas. Así, hace poco más de un año, un trabajo de Brookings Institution alertaba que 30 millones de trabajadores estadounidenses podían perder sus puestos por estos avances, mientras que un informe oficial de 2017 sostenía que 65% de los empleos en la Argentina serían influenciados por las nuevas tecnologías.
Empero, los especialistas locales son más cautos a la hora de analizar el panorama nacional, en especial en el área del transporte y la logística, a pesar de que reconocieron que los cambios ya comenzaron y se inició una reconversión de los puestos de trabajo.
Al respecto, Fernando Dobrusky, director de la carrera de Ingeniería del Transporte de la Universidad de San Martín (Unsam), sentenció: "No hay que tener miedo a la tecnología. Si evaluamos los países en los que crece el desempleo, en ninguno la causa es el avance de la tecnología. Se pierden empleos por políticas económicas, por crisis, por razones macroeconómicas".
Por su parte, el director regional de Miebach Consulting, Fernando Balzarini, explicó que "en los países desarrollados, donde la robotización es más intensiva que en el nuestro, hay un cambio de necesidad en el tipo de entrenamiento y de la cabeza de la persona que tenga que operar", y agregó: "Tarde o temprano, la mano de obra va a tener que adaptarse. Habrá un gran cambio".
Para Dobrusky, "en los países avanzados necesitan menos trabajadores por el avance de la tecnología, generan alternativas de mejora en la calidad de vida, más que desempleo. Por ejemplo, cuatro días laborales a la semana o jornadas de seis horas". Insistió en que en la Argentina "se pierden puestos de trabajo porque una pyme cierra y no porque una empresa instala una cinta transportadora y hace que 10 operarios sean reasignados a otro sector".
En tanto, Diego González, miembro de la comisión directiva de la Asociación Argentina de Logística Empresaria (Arlog), consignó que "el mundo ha demostrado una gran capacidad de adaptación e incorporación a las nuevas tecnologías, básicamente porque ellas en general crean valor. Es verdad que se destruyen empleos, pero la historia demuestra que también se crean nuevos y el empleo total crece. Se trata de administrar las tensiones sectoriales, mientras los vientos de cambio van moldeando las nuevas reglas de juego".
La planificación estatal
Respecto del papel que debería jugar la planificación por parte del Estado en el desarrollo de políticas al respecto, Dobrusky sentenció: "El Estado tiene que fomentar el uso de la tecnología para hacer más eficiente la industria y la logística. A su vez debe colaborar, asociado con universidades, en la capacitación de los recursos humanos para que puedan usar esas nuevas tecnologías".
Balzarini afirmó que ese papel "debería ser muy protagónico. Los Estados deben dedicarse a este tipo de problemáticas de la vida, ya que deben estar preocupados por el bienestar de cada uno de nosotros en el presente y en el futuro. Y una forma de hacerlo es generando reuniones para ir viendo programas de transformación que se deben hacer antes de que sea demasiado tarde".
"También deben intervenir los particulares para que esa transición se vaya dando de la forma más razonable posible", agregó el directivo de la consultora internacional, quien acotó: "En Europa se está hablando de una agenda que marca que en 2025, si no hacemos nada, vamos a tener un gran problema".
Al respecto, el directivo de Arlog consideró necesario incluir la enseñanza de nuevas tecnologías en los programas de niveles secundarios, terciarios y universitarios. El especialista sostuvo: "Los gobiernos deberían fomentar su aplicación, financiar proyectos, subsidiar desde lo impositivo la aplicación de las nuevas tecnologías".
También consideró que la implementación en entes públicos "agregaría mucho valor en términos de servicio al ciudadano y la mejora en la productividad sería exponencial, pero dado el contexto económico, social, sindical y cultural, sería imposible de implementar en nuestro país, al menos por ahora".
"Otro aspecto importante es el manejo de la resistencia de sindicatos para aplicar las nuevas tecnologías, ya que, de no poder resolver esta problemática, se estaría demorando el desarrollo y la capacidad de competir con otros mercados más eficientes", enfatizó.
Cambios en el trabajo
"Van a ir cambiando modos de trabajo, pero estoy convencido de que estamos lejos de reemplazar al ser humano", indicó Balzarini, quien consideró que "quizás vayan permutando habilidades innatas de motricidad fina por habilidades de manejo intelectual de computadoras".
Consideró que "también habrá adelantos que no sólo van a sustituir trabajo, sino que van a eliminar elementos de riesgo de ciertas operaciones. A todos nos puede pasar que nuestro trabajo deje de agregar valor tal cual lo conocemos. Ahí está lo difícil y delicado que es integrar al ser humano en los nuevos trabajos".
Según Dobrusky, los empleos existentes no desaparecerán del todo. "Hace cientos de años que empleados guardan cosas y sacan cosas de depósitos o trasladan cargas, antes con carretas y después con camiones. Las herramientas son distintas, pero en el fondo las funciones son similares. Ahora una persona manejando un bitrén mueve más carga que una hace 200 años con una carreta, pero también hay mucha más carga para mover hoy que entonces".
A su vez, reconoció que "existen tecnologías que podrían reemplazar empleos, pero, por lo menos en Argentina, no son implementables a gran escala. Por ejemplo, los peajes tipo Free Flow no son aplicables a gran escala en el corto o mediano plazo en el país, por la baja bancarización, o porque es imposible cobrar a quienes no lo tienen prepago o con tarjeta de crédito".
"Es lo mismo con tecnologías automáticas de pickeo: hay depósitos súper automatizados en Alemania o Barcelona, algunos desde hace décadas. Pero pensar que esas tecnologías se van a implementar en forma masiva en Argentina es ilógico. Los ahorros en mano de obra no van a pagar la inversión, por lo menos en los próximos 25 años", enfatizó.
Respecto de los camiones autónomos, para el docente de la Universidad de San Martín, "la tecnología que puede hacer que necesitemos menos camioneros se llama ferrocarril, y tiene 200 años".
Por su parte, González, quien es además director de Supply Chain de Droguería del Sud, aceptó que "muchos puestos de trabajo van a desaparecer. Por ejemplo, empresas que utilizan el e-commerce necesitan menos personal administrativo para responder preguntas sobre características de los productos: aplicando machine learning, es posible que el sistema aprenda y responda sin intervención humana".
Se refirió también a la persona que diseñaba las rutas más eficientes en base a su conocimiento de la zona. "Era una actividad con mucho arte que fue reemplazada por los Transportation Management System, muy aplicados en los últimos años, que realizan la tarea en forma mucho más precisa y veloz".
También apuntó que "hay actividades repetitivas, como el picking de pedidos o conducir un vehículo, que a futuro podrían ser reemplazadas 100% por robots, pero eso dependerá de la evaluación económica y del repago de la inversión".
"Se suele decir que quienes trabajan en logística no tienen tiempo de pensar, porque el día a día se los come. Es un factor crítico que el management planifique disponibilidad para pensar en la transformación digital", concluyó González. •
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