El resurgimiento de un socio confiable
Las primeras declaraciones, nombramientos en política exterior y viajes relámpagos a Brasil y Chile -donde conversó con la presidenta Bachelet y su equipo- han mostrado a Mauricio Macri , el flamante presidente de la Argentina, como un político dialogante, abierto a lo internacional, y con un enfoque gradualista más que revolucionario.
Argentina aparece como socio confiable y renueva la voluntad de integración latinoamericana y el incremento de vínculos políticos, económicos y empresariales.
Son primeros pasos prometedores de un rol renovado de los países del Cono Sur en la esfera sudamericana, latinoamericana e internacional. Fue sintomática la coincidencia de Macri en Chile con el presidente de Uruguay.
Más allá de la coyuntura, interesa considerar los distintos procesos, foros, políticas e iniciativas que podrían potenciarse en este nuevo escenario.
Los países del Cono Sur tienen variadas políticas y redes de contactos y no cabe hablar de bloque. Coinciden en numerosos foros, y Chile y la Argentina han construido una red de contactos de todo tipo, potenciados por reuniones periódicas de funcionarios y sociedad civil y por el Tratado de Maipú. Junto a ello, episodios como la venta de gas y otros relativos a inversiones chilenas señalaban que eran relaciones más bien correctas que capaces de generar iniciativas conjuntas y, además, sujetas a sorpresas.
Mencionemos algunas áreas proclives a la acción concertada:
- Avanzar en la integración por la vía de la convergencia de los distintos esquemas actuales, con distintas velocidades. Macri habló positivamente del Mercosur pero sin duda éste no alcanzará los objetivos iniciales de una unión aduanera y un mercado común. En este contexto, la perspectiva real es la de un área de libre comercio progresivamente ampliada y mayor comercio intrarregional.
- Actuar indistintamente en los planos latinoamericano e interamericano y otros. En el caso de los primeros, Unasur y Celac, especialmente, la existencia de democracias plurales en Chile, Argentina, Brasil, Colombia, Perú, Paraguay por nombrar algunos despeja las dudas de que Unasur fuera un "brazo político" de regímenes como Venezuela o de Ecuador donde está su sede. No tiene por qué serlo.
- Asumir iniciativas conjuntas en áreas de coincidencia en temas como fortalecimiento de la democracia o la convergencia de Alianza del Pacífico y Mercosur.
- Superar lo económico y político e incluir las sociedades civiles y el mundo de las joint ventures e inversiones mutuas y su fomento y acompañamiento.
- El área de las ideas y la cooperación, avalada por los propios contactos personales, entre universidades y organizaciones y foros de estudios internacionales.
Sin duda, una perspectiva prometedora si se le agrega la voluntad política que parece existir. No se necesita coincidencia ideológica, basta con el cúmulo de intereses coincidentes.
El autor es director del Programa de Magister en Relaciones Internacionales de la Universidad de Valparaíso
Raúl Allard Neumann
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