El reconocimiento del despachante
Sin dejar de advertir el duro impacto que tienen las DJAI entre los profesionales, el Centro Despachantes de Aduana (CDA) no cesa en el reclamo de la Colegiatura
El despachante de Aduana fue siempre un eslabón fundamental del comercio exterior y con las actuales reglamentaciones podemos certificar que ha pasado a ser imprescindible: operar hoy en comercio exterior sin la intervención de un despachante es prácticamente imposible, debido a la multiplicidad de normas que convierten a cada operación de importación y/o exportación en algo tan intrincado que en algunos casos puede llegar a resultar hasta dificultoso.
Desde principios de 2011, con la creación de las declaraciones juradas anticipadas de importación (DJAI), el comercio exterior es de alguna manera regulado por la Secretaría de Comercio (de Interior o Exterior), que tiene la facultad de dar o denegar los permisos para importar todas las mercaderías que ingresan en nuestro país.
Generadas bajo el pretexto estadístico y de ventanilla única, las DJAI hoy son otorgadas de una manera "casi arbitraria" que afecta la imprescindible programación de cualquier firma importadora respetable.
Somos conscientes de que trabajamos dentro la política económica que define el Gobierno. También sabemos que en algunos casos ésta afecta de manera directa a los despachantes y a los estudios de comercio exterior, ya que los costos de mantenimiento de las estructuras aumentan considerablemente más de lo que lo hace el tipo de cambio oficial, parámetro usado por los despachantes para percibir honorarios. Esto, al margen de la merma del trabajo que provocaron las DJAI.
En los 90 vivimos un régimen de importación totalmente liberado. Consideramos que se aplicó entonces una política errónea que dejó huellas profundas en nuestra industria, que demoró años en recuperarse, y afectó muchos puestos de trabajo. Por eso trabajamos, informándole siempre al sector público, para encontrar el punto intermedio entre restricción y liberación del comercio exterior. Así, el saldo de nuestra balanza comercial se verá notablemente incrementado.
Colegiatura
El Centro Despachantes de Aduana (CDA) tiene toda la voluntad de colaborar con las autoridades vinculadas al sector y con las cámaras y asociaciones que representan las necesidades de cada sector comercial.
Tal es así que cuando hablamos de "profesionalismo" es porque desde nuestro lugar intentamos jerarquizar día tras día la profesión. Por ello, en 2012 el proyecto de Colegiatura de los despachantes de aduana fue finalmente aprobado por la Comisión de Legislación General.
Por primera vez confluyeron las voluntades, por un lado, del Centro Despachantes de Aduana (CDA), por su interés de que todos los despachantes estén agrupados en una sola institución que defienda sus derechos; y por el otro, del Estado, que comenzó a observar la necesidad de tener un solo interlocutor en esta profesión que es el eslabón imprescindible del comercio exterior, a los efectos de obtener un mejor control de los delitos de terrorismo y lavado de dinero.
Nuestra lucha por jerarquizar la profesión reconoce un largo camino que fue acompañado desde su creación en 1912 por el CDA, ámbito desde el cual se promovieron múltiples acciones imprescindibles para mantener la dignidad y capacitación permanente ante la constante evolución y complejidad que presentan el conjunto de las disposiciones legales y reglamentarias aduaneras, en el marco de un sistema comercial internacional global cada día más complejo y relacionado entre los sectores público y privado.
La Colegiación es un eslabón necesario en ese camino, pues con ella se reafirma la unidad de los socios del CDA y la defensa profesional de la actividad a través de la participación en el gobierno de la matrícula, de la asistencia y del ejercicio del poder disciplinario, así como el perfeccionamiento del control del comercio exterior en conjunto con la Aduana que generará, en definitiva, el reconocimiento pleno de nuestra profesión.
Con interés y esfuerzo continuamos bregando para que el proyecto de Colegiatura deje de ser un simple anhelo y pase a ser el instrumento básico para el reconocimiento y desarrollo de nuestra profesión, ya que pretendemos ser vistos como verdaderos profesionales del comercio internacional y no meros "trabajadores" idóneos.
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