El poder de la certificación
Además de agregarle valor a la oferta exportable, es una garantía para la gestión
En el competitivo mercado global todo lo contribuya al mejor posicionamiento de una empresa son puntos a favor. "Cuando una empresa quiere exportar, contar con una certificación es un valor agregado; indica que puede demostrar que sus productos, servicios o procesos cumplen normas internacionales", explicó Guillermo Curi, director de Certificación del IRAM, instituto especializado en auditorías en sectores como el químico, agroalimentario, eléctrico y electrónico, automotriz, juguetes, entre otros.
"En alimentos lo primero es ver a quién se le quiere vender para conocer qué requisitos exige, porque los estándares los coloca el comprador. Por caso, para hortalizas o frutas un supermercado europeo pide una certificación de buenas prácticas agrícolas (BPA), mientras en alimentos elaborados solicita una certificación de gestión de inocuidad, entre las cuales están la ISO 22.000 y la FSSC 22.000", señaló Enrique Kurincic, gerente de Certificaciones Agroalimentarias.
Entre los productos del sector que IRAM audita hay frutas, vino, aceite de oliva, esencia de limón, alfajores, yerba mate. "En una bodega se controla a los que proveen la uva, a las empresas que fabrican las botellas y los corchos, entre otros insumos. La tendencia es certificar todo lo que esté en contacto con los alimentos porque se busca garantizar la inocuidad", indicó Kurincic. Desde 2004 crece la superficie certificada en hortalizas y frutas y a partir de 2012 los cultivos extensivos. "Con condiciones favorables para exportar se incrementará la demanda de certificaciones para carne, además de cereales y oleaginosas", estimó.
"La empresa que obtiene la certificación logra mejorar los procesos, aumentar la calidad, ahorra costos al reducir rechazos de productos y reclamos; en trazabilidad pueden detectar en qué etapa del proceso se ocasionó el problema. Eso es una ventaja para el mercado interno y externo. En el país, por caso, los supermercados están pidiendo la certificación de sus proveedores", señaló Kurincic. En una encuesta realizada entre los clientes de la compañía el 65% consideró que posibilita un mejor control y gestión de la compañía.
Productos eléctricos
"En productos eléctricos se verifica que se cumplan los requisitos de seguridad, que no se ocasionen interferencias con otros equipos, entre otros. Hay certificaciones obligatorias para estufas por ejemplo, pero más allá de los aspectos comerciales, para la propia compañía es una forma de reducir riesgos el obtener una auditoría de procesos, sistemas y productos. Contar con una certificación es indicar que una institución independiente verifica el cumplimiento de normas internacionales", explicó Curi. Agregó que está creciendo la demanda de certificación de gestión ambiental, "lo cual en la región aun no está difundido".