El nuevo PIE: ni un programa, ni un incentivo a las exportaciones
Las medidas que amplían los beneficios del llamado “dólar soja”, que promueven la liquidación de exportaciones, llevan a un mayor desajuste económico y a más pasivos en el Banco Central
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Ante la imperiosa necesidad de contar con dólares para cubrir deudas e importaciones, el Ministerio de Economía ha desarrollado un Programa de Incremento Exportador (PIE), que amplía lo que llamábamos “dólar soja”. La medida dólar soja I y II tuvo éxito en adelantar liquidación de exportaciones, por montos superiores a los de años anteriores. Al mismo tiempo causó serios problemas, al extremo de hacer desaparecer el Precio Pizarra y generó problemas en la definición del pago de alquileres e insumos al no saber a qué precio liquidar.
Este programa es extraño. El BCRA compra a un precio y vende a otro: $300 y $215 respectivamente, generando una pérdida instantánea. Por cada dólar emite $300 y lo vuelve a vender a $215, con lo cual queda una emisión neta de $85 y ningún dólar en el BCRA. El Gobierno cobra sustanciales impuestos tanto a importadores como a exportadores con lo cual la pérdida del BCRA es ampliamente superada por la recaudación impositiva. Sin embargo, esos montos no se netean porque son entes diferentes. Es el momento de recordar que el BCRA debe ser “independiente” del Poder Ejecutivo.
Dada la emisión neta, para evitar mayor inflación el BCRA posiblemente los absorba con Leliqs (pasivos del BCRA) que actualmente están a una tasa superior al 100%. Con lo cual dentro de un año seguiremos sin el dólar y ya habrá el doble de pasivos en el BCRA. Esta manipulación del precio de dólares para exportadores es ruinoso para el BCRA ya que le genera pérdidas y endeudamiento. Asimismo, aunque logre anticipar el ingreso de dólares, es un programa fuertemente inflacionario.
Si el programa está destinado a incrementar exportaciones, creo que su efecto es casi nulo. Los límites de tiempo hacen que sea poco probable que se puedan generar exportaciones que de otra manera no hubieran existido, ya que lleva tiempo lograr más ventas. Es verdad que mejora los márgenes, que ya es mucho. Por otra parte exige alinearse a Precios Cuidados. Ayuda por un lado y castiga por otro y sobre todo, interfiere en las decisiones de producción. Asimismo, discrimina entre empresas de un mismo sector, algo no menor.
La cantidad de condicionalidades para participar de este programa es sorprendente. No incluye todos los sectores, pero sí afecta el costo de sus insumos. Las exigencias para participar del programa de Precios Cuidados con aumentos mensuales de precios genera dificultades para lograr cubrir los costos de las empresas y trasladarlo mediante aumentos de precios. Si aumentan, pierden el incentivo. Si no aumentan, se funden. Desde el punto de vista del gobierno, la opción es más inflación o más desempleo. Es una muestra de lo desacertada de una política que incide en precios relativos.
Los pesos se liquidarán en cuentas “dólar LInked”, para incentivar a mantener los fondos dentro del sistema financiero. Será así en la medida que la devaluación sea superior al rendimiento de una inversión financiera o compra de insumos. La pregunta es cómo hace el banco para pagar ese rendimiento si no tiene activos del mismo tipo. La carrera entre dólar e inflación no debiera ser la principal preocupación de una empresa, que debiera estar dedicada a producir.
El mayor dólar le llega al exportador y no necesariamente al productor, y en todo caso siempre sería para aquel que haya tenido cosecha, no a quien padeció la sequía. El objetivo es obtener divisas y no aumentar exportaciones, que podrían lograrse en forma muy transitoria por aplicarse por tiempo muy limitado. El desorden de precios relativos que genera en la cadena de valor, o entre empresas o entre el Tesoro y el BCRA posiblemente lleve a pensar que ni es un programa, ni incentiva las exportaciones. ¿Cómo obtener reservas? La respuesta es siempre la misma: abrir la economía, quitar restricciones cuantitativas, facilitar la burocracia, disminuir costos regulatorios y -sobretodo- permitir exportar.
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