El incierto destino de la hidrovía a partir del 1° de mayo
"Nadie está pensando en prorrogar la concesión que existe. Nadie. Lo que he pedido es que apuren al máximo los tiempos de licitación para que eso se resuelva", dijo el presidente Alberto Fernández hace unas semanas en una entrevista a Página 12. El último lunes, en la primera reunión del Consejo Federal Hidrovía, Pablo Barbieri, titular de la Unidad Ejecutora Especial Temporaria, detalló que los pliegos de licitación estarán "antes de fines de abril" (el 30 de ese mes vence el actual contrato) y estimó en 180 días "hábiles administrativos" el proceso de recepción de oferentes. Ningún funcionario explicó quién se encargará del canal si no hay extensión del actual concesionario.
El ministro de Transporte, Mario Meoni, no alcanzó a terminar con la incertidumbre cuando planteó que "garantizarán" la navegación en el río Paraná "durante todo el proceso de adjudicación hasta que este el nuevo adjudicatario funcionando". Están analizando alternativas sobre qué pasará durante la transición entre los actuales concesionarios, un consorcio formado por la belga Jan de Nul y la argentina Emepa.
Se suma la presión de un sector del gremialismo que insiste en que haya un esquema estatal. En esa línea se encolumnan Hugo "Cachorro" Godoy, secretario general de ATE y adjunto de la CTA Autónoma, y el sindicato de Personal de Dragado y Balizamiento conducido por Juan Carlos Schmid.
Pablo Barbieri, titular de la Unidad Ejecutora Especial Temporaria de la Hidrovía, fue quien –para algunos actores involucrados en el tema hidrovía y exportaciones- admitió que se estudia dividir el servicio de dragado y re dragado del de balizamiento para contar con "más oferentes" y que se presenten "empresas de capital nacional". Podrían usar ese mismo esquema antes de que esté el nuevo concesionario. La clave es quién está en condiciones de asumir la responsabilidad del dragado; el balizamento podría hacerlo el gremio, especulan.
El precio de los equipos de dragado es muy elevado. Los de menor magnitud pueden valer más de US$1 millón, y pueden llegar hasta los US$100 millones. Por eso son pocas las empresas que juegan a nivel internacional y que tienen antecedentes técnicos comprobados.