El gran desafío: la colegiatura
Los despachantes levantan su bandera
Si bien la actual crisis internacional genera una lógica incertidumbre, nadie puede dudar del crecimiento del comercio exterior en la Argentina, tanto en volúmenes como en la complejización, control y profesionalización.
La compleja realidad de un mundo globalizado, donde al tiempo que se deben buscar nuevos nichos y mercados se debe cuidar la industria local y generar divisas, obliga a que cada uno de los actores del comercio exterior tenga la mayor capacitación y profesionalización, de manera de poder ejercer en forma óptima sus funciones.
En ese contexto, el rol que se nos está dando a los despachantes de aduana es cada vez más amplio e importante, y el reconocimiento a la profesión una certeza que años atrás no era tal. Un ejemplo de ello es la relativamente nueva figura de Depositario fiel que recae sobre nosotros a través de la guarda y digitalización de los documentos aduaneros.
Siempre se dijo que el despachante era el aliado estratégico de la Aduana, pero esa idea ahora empieza a desarrollarse en forma puntual.
Si lo anterior es muy importante, tanto para el comercio como para el desarrollo de la profesión, la colegiatura de los despachantes es algo urgente. El proyecto, que tras varios años cuenta con verdadero respaldo gubernamental, ya se encuentra en el Congreso.
El autor es presidente del Centro Despachantes de Aduana
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