El comercio exterior y la importancia de la proximidad política
En una realidad global que se reconfigura, las relaciones económicas entre los países se basan en las necesidades de las cadenas de valor y en la cercanía entre los modelos de gobierno
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En cada ocasión en la que se analiza la inserción comercial externa se estudian (entre otros ítems) los principales mercados para las ventas externas argentinas. En el primer semestre de 2023 los mayores mercados/destino han sido Brasil, China, Estados Unidos, Chile e India. Esos primeros cinco países representan casi la mitad de todo lo exportado (45%).
Analizando la relevancia por regiones, Asia adquiere cada vez mas importancia como destino: aun en medio de la reducción de la oferta agrícola (por la sequía) en el primer semestre las exportaciones sumadas a Asean, China e India equivalieron a las exportaciones al Mercosur (con quien mantenemos un acuerdo de preferencias arancelarias).
Sin embargo, considerando las consolidadas (aunque hoy reconformada) redes productivas internacionales, una pregunta a efectuar es si debe seguir midiéndose la salida de la oferta argentina por país/destino; dado que la interconexión productivo/comercial internacional entre empresas es cada vez más compleja y los bienes y servicios ingresan con lógica propia en las (redefinidas) cadenas de valor (CGV) o en innovadoras redes integradas de producción (arquitecturas internacionales de empresas). Ellas deben ser analizadas como destino (sistemas) en sí mismas en adición al análisis sobre los países por los que se desparraman
Dice la OCDE que 70% del comercio internacional planetario ocurre dentro de las CGV. Sin embargo, estas CGV están cambiando cualitativamente (y son diferentes de las que conocimos hace unos años). Y hoy exigen nuevos atributos para participar exitosamente en sus eco-sistemas.
Varios asuntos deben ser considerados para componer una plataforma de competitividad. Entre ellos, la nueva geografía político/económica internacional.
Dice Ian Bremmer (fundador y líder del influyente Eurasia Group) que en el mundo no está conformándose un nuevo orden internacional sino que hay tres órdenes diferentes: el militar (que es unipolar y en el que lidera EEUU), el económico (que es multipolar, en el que EEUU y China son los más relevantes pero interactúan con otros importantes actores) y el digital. Y que en este último (soporte de las nuevas realidades) no hay país alguno que lidere porque las que allí prevalecen son las empresas globales.
Esos tres órdenes interactúan. Y las empresas eligen aliados según la confiabilidad, la que no solo responde a quién y cómo se actúa sino también a dónde se actúa (las sanciones contra empresas chinas en EEUU o Canadá, la salida de empresas internacionales desde Rusia o las dificultades para los granos ucranianos son algunos ejemplos).
La competitividad requiere la legitimidad, que las empresas logran emplazadas en países que generan confiables alianzas internacionales.
Explica recientemente Unctad que en los últimos 18 meses están ocurriendo diversos fenómenos sobre el comercio internacional (uno es la persistencia de elevados precios). Y remarca la tendencia hacia el friendshoring: no se observa mayor proximidad geográfica en las relaciones comerciales (no hay nearshoring) pero sí un notable incremento de la “proximidad política” que supone que el comercio tiende a intensificarse entre países que comparten valores similares (menos diversificación y más confiabilidad).
La Argentina, pues; además de ordenar su macroeconomía, modificar sus regulaciones y calmar su populismo; debe definir una agenda exterior. Y generar esa legitimidad comercial.
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