Desdolarización: por la escasez de reservas, la Argentina busca comerciar con China en yuanes
Mientras la moneda asiática busca ganar terreno, el 70% del intercambio mundial se realiza en dólares; el Gobierno activó otro tramo del swap y, en mayo, US$1070 millones en importaciones se pagarán con dinero oriental; sin embargo, los analistas dicen que tiene un efecto neutro en las exportaciones
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CÓRDOBA.- El gobierno argentino -como ya lo viene haciendo Brasil- activó hace dos semanas el swap con China, lo que permite pagar las importaciones provenientes de ese país en yuanes. Más allá de que a nivel internacional hay algunos movimientos (muy incipientes todavía) para generar monedas alternativas al dólar para el comercio internacional, los analistas entienden que lo de la Argentina solo es una estrategia más para mantener las reservas del Banco Central (BCRA) en medio de la escasez de divisas.
Desde la consultora DNI, Marcelo Elizondo detalla que el 70% del comercio internacional se paga en dólares (en 2022 fueron US$32 billones sumando bienes y servicios). El restante 30% incluye el euro -obviamente en los intercambios intra Unión Europea-, “algo” en otras monedas y, con alrededor del 4%, el yuan.
El dólar sigue siendo una moneda muy usada, acota Elizondo, porque es la que prefieren los operadores ya que “no hay una más creíble, más segura, más institucionalizada”. Admite que hay una “tendencia, una búsqueda” de monedas alternativas impulsada por la línea Rusia- China-Irán. Califica la decisión de la Argentina como una medida de emergencia “para salir del paso; no es una solución de fondo”.
Este mes, en la Argentina, se van a reemplazar con yuanes US$1070 millones que se iban a pagar en dólares. El swap no tenía costo mientras estuviera inactivo, una vez que el país pidió utilizar ese dinero, se acordó la tasa de interés y la paridad de cambio. Después, se emiten pesos y se depositan en el Banco Popular de China, que a su vez coloca yuanes en el BCRA. Es un canje transitorio por plazos de entre uno y tres años. El ministro Sergio Massa intenta acordar un esquema similar con Brasil para las importaciones desde el socio mayor del Mercosur.
Cómo arranca el swap
Según registra la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA), en el contexto de la crisis financiera global de 2008-09 el BCRA (con el entonces presidente Martín Redrado) y el BPC firmaron su primer swap bilateral de monedas por un monto de CNY 70.000 millones ($38.000 millones) y por un plazo de 3 años, renovable con acuerdo de ambas partes. En ese momento, era el equivalente a US$ 10.200 millones.
Cuando se firmó el swap, las reservas internacionales argentinas superaban los US$ 46.000 millones o el 15% del PBI. El acuerdo finalizó sin que el swap fuera activado.
En 2014 las entidades monetarias firmaron un swap por CNY 70.000 millones, equivalente a US$11.000 millones, por un plazo de 3 años. El comunicado decía que “el intercambio tendrá como usos principales facilitar las inversiones en la moneda del país proveedor de fondos y fortalecer el nivel de reservas internacionales de la parte que solicita el desembolso”.
El entonces jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, afirmó que la tasa de interés era del 6-7%.
Debido a la caída en las reservas internacionales argentinas, se usó por primera vez en octubre de 2014 y llegando a la totalidad en septiembre de 2015. En diciembre de este año, el BCRA y el Banco Popular de China firmaron un acuerdo complementario, autorizando la conversión de los yuanes “a cualquier moneda (incluidos dólares estadounidenses) y al uso de dichos fondos para prestar servicios obligaciones de deuda”.
Para el Banco Mundial, una posible explicación de este convenio fue la “amplia exposición bancaria y vencimiento de grandes pagos de deuda”. En esa línea analiza el bono que el Banco de Desarrollo Chino y el ICBC emitieron en 2012 para el Belgrano Cargas; el préstamo de 2014 de un sindicato de bancos chinos para las represas patagónicas (sus vencimientos se reprogramaron) y la ampliación del swap en 2018. Para diciembre de 2021, según el Banco Mundial, la deuda de canje total representaba 51% de las reservas de divisas del BCRA.
Fernando Landa, presidente de la Cámara de Exportaciones de la República Argentina (CERA), aclara que, a los efectos de la exportación no cambia nada, a la vez que subraya que con el swap actual se cubren alrededor de dos años de importación: “A China le sirve porque obliga a comprarle, se garantiza un número de operaciones. Presta a cambio de. Es ilógico que mientras un exportador, que es un generador de riqueza, no se le permita comprar libremente por las restricciones, a China se le permite vendernos y se direccionan las importaciones”.
Intercambio desde la Argentina
Desde la Cámara de Comercio Argentino-China, Karina Fiezzoni, presidenta de la Comisión de Comex y titular del Estudio Fiezzoni Rojas, plantea que en marzo pasado el yuan se convirtió en la moneda más usada para transacciones transfronterizas en China, superando al dólar por primera vez desde que hay datos, lo que “refleja los esfuerzos de Beijing” para internacionalizar la moneda.
Indica que el propio Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó en marzo un informe en el que advertía del “rápido cambio” que están registrando los pagos transfronterizos: “Si bien el uso global de monedas distintas del dólar estadounidense y el euro para pagos transfronterizos sigue siendo limitado, los rápidos cambios tecnológicos (por ejemplo, dinero digital) o geopolíticos podrían acelerar un cambio de régimen hacia un sistema monetario internacional multipolar o más fragmentado”.
Fiezzoni describe que, en la región, el yuan es la segunda moneda más presente en las reservas internacionales del Banco Central de Brasil, ya que ambos países llegaron a un acuerdo a principios de este año para establecer medidas que faciliten el comercio y las inversiones bilaterales con sus respectivas divisas y reducir así el uso del dólar. Entiende que la activación del swap con la Argentina, puede tener un “impacto positivo” en las reservas del Banco Central. China, agrega, está “buscando reducir la dependencia del dólar en el mundo, para facilitar el comercio y la inversión internacional, lo cual nos favorecería a todos”.
Alejandra Conconi, directora Ejecutiva de la Cámara, apunta que las importaciones argentinas desde China vienen aumentando en los últimos años y que, empresas que tenían diversificadas sus operaciones, están llevando a “sus equipos de Comex a China por la relación precio calidad y porque encuentran todo en ese origen”.
La CEO de CIMC Wetrans Dellfin Group Argentina (grupo chino), Romina Parquet, considera “acertada” la decisión del Gobierno como un “paliativo” al problema de la escasez de dólares. “Es copiar el modelo que ya funciona en Brasil, que ya opera 100% con yuanes -completa-. Una vez que se acabe el swap, lo esperable es que renueven la capacidad”. Sí señala que “no termina de resolver del todo” el problema de las empresas porque “para poder girar hay que que tener crédito en el exterior” y eso es “muy complejo por la desconfianza; queda pendiente solucionar el intercambio con dólares”.
China es, después de Brasil, el segundo socio comercial de la Argentina; compra principalmente cereales, aceite de soja, carne bovina congelada, langostinos y exporta insumos y bienes intermedios industriales (entre 18% y 20% del total). La relación comercial es deficitaria, en 2022 el rojo fue de US$9500 millones y en el primer trimestre de este año, alcanzó US$1937 millones.
Marisa Bircher, exsecretaria de Comercio Internacional, interpreta que el uso del yuan “genera incertidumbre porque no hay experiencia previa” y recalca que pasaron tres años de la actual administración “sin política productiva; solo hubo medidas con fines recaudatorios. No hay previsibilidad ni siquiera para la semana siguiente; la suba de costos es una escalada muy difícil para los exportadores”.
Según su criterio, el empleo del yuan para las importaciones desde China es una instancia que “hoy puede ser una alternativa, no a futuro”. Reitera que el dinamismo del comercio exterior “se manejó siempre a través del dólar, sigue siendo la moneda ancla para el intercambio internacional y para la Argentina”.
Una lectura más amplia
El analista internacional y presidente de la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales (CRIES), Andrés Serbin, sostiene que a raíz de las sanciones de occidente a Rusia después de la invasión a Ucrania hay una serie de países desarrollando iniciativas para el uso de monedas locales para el intercambio comercial. Grafica con el grupo de los BRICS, integrados por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, que avanza una con respaldado en oro, a la vez que existe la posibilidad de una moneda digital.
Serbin dice que, en ese espacio, existe la posibilidad de predominio del yuan pero ratifica que la desdolarización podría producirse recién a largo plazo y que, incluso, para el avance de la moneda china se requieren modificaciones puertas adentro del país.
“Es evidente que China está asumiendo un papel cada vez más protagónico a nivel internacional -analiza-. Lo mostró en la conversación con Ucrania por la paz y en su intervención en el conflicto entre Irán y Arabia Saudita. Lo que se está desarrollando hoy es una batalla para ganarse el sur”.
Para Serbin en el ámbito internacional hay dos narrativas, la “democrática occidental” y la que se quiere mostrar como “autoritaria” aunque en la Organización de Cooperación de Shangai hay países democráticos. Reitera que en el Asia son varios los que “apuestan a diversificar el uso de distintas monedas; hay un porcentaje alto de democracias. Lo que vemos es que el dominio de occidente de la economía cae, hay un desplazamiento del Atlántico al Asia Pacifico”.
En ese juego la Argentina, dice Serbin, debería seguir la doctrina de no alineamiento activo, “diversificar relaciones comerciales independientemente de lo político”.
Miguel Ponce, especialista en Comercio Exterior, indica que la activación del swap chino por parte de la Argentina puede leerse tanto como “un conejo más que Massa saca de la galera” como una “tendencia” que empieza a darse en la región liderada por Brasil. Pero, incluye un tercer factor: “Ya tenemos desde hace tiempo el Sistema de Pago en Moneda Local (SML) para Brasil y Uruguay. Se usa poco, pero existe”.
No relativiza que la activación del swap chino se da en medio de la “emergencia” por la escasez de dólares a la vez que subraya que China busca tener una “injerencia creciente en la región para participar en iniciativas claves, como es el 5G. Ya tiene en Brasil la única planta de Huawei fuera de China, por caso. Claro que eso coincide con que la Argentina quiere el apoyo de Estados Unidos -el principal competidor de China- en el FMI”.
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