Cuál es instrumento que potencia a las relaciones internacionales
En un mundo amenazado por diversos factores, los tratados regionales de apertura recíproca incrementan el comercio entre aliados
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El comercio internacional en el mundo tiende a la fragmentación. El ya viejo ideal de un mundo horizontal, integrado y sin discriminaciones está amenazado por diversos factores; desde la geopolítica hasta fenómenos naturales, pasando por la disonancia tecnológica entre mercados diferentes, el debilitamiento de instituciones multilaterales (como la OMC) y hasta la creciente diferencia de estándares exigidos según el país o la región.
Sin embargo, el comercio entre los países (si bien no crece robustamente como hace unos años) no retrocede. La OMC (Organización Mundial de Comercio) prevé un crecimiento de 2,6% en 2024 y 3,6% en 2025, alcanzándose así un récord nominal de transacciones en dólares en el planeta.
El comercio internacional en el globo está hoy más complejo pero las empresas encuentran mecanismos para mantener (y hasta para hacer crecer) operaciones (lo que se muestra en que las cotizaciones de las empresas globales están en muy altos niveles).
En este contexto, un instrumento que ha continuado su senda de expansión para la evolución comercial internacional son los tratados regionales de apertura reciproca (lo que comúnmente se denomina tratados de libre comercio). Los países siguen firmando este tipo de alianzas. Es notable que desde el comienzo de la pandemia hasta hoy se firmaron 69 nuevos tratados. En total hay hoy (según la OMC) vigentes en el planeta 373 (en los últimos 10 años se celebraron 110 y en los últimos 20 se firmaron 251).
El comercio transfronterizo global está concentrándose entre aliados y debilitándose entre quienes no son lo son: avanza el “friendshoring” y los países crean espacios de preferencias. Entre los tratados más destacados de los últimos tiempos están los firmados entre Israel y Corea del Sur, India y Australia, Reino Unido y Australia, Indonesia y Corea del Sur, India y Emiratos Árabes Unidos y Reino Unido y Canadá, y la adhesión del Reino Unido al Traspacific Partnership.
Algo relevante es que estos tratados ya no son meros acuerdos de reducción arancelaria (según el Banco Mundial alrededor del 70% de todo el comercio entre países en el planeta ocurre entre quienes han reducido a 0% sus aranceles en frontera) sino que incluyen crecientemente normas comunes en muy diversas materias creando auténticas confluencias regulatorias integrales para la inversión, la producción, el trabajo y el comercio de bienes y de servicios.
El Banco Mundial ha comentado en diversos trabajos un tipo especifico de pacto que últimamente crece con más dinamismo: los “deep trade agreements” (acuerdos comerciales profundos). Releva el BM 54 áreas en las que estos acuerdos crean contenido.
Siendo los acuerdos bilaterales o regionales el instrumento que hoy más se utiliza en el mundo (ante el debilitamiento del multilateralismo) aparece para Argentina una debilidad: nuestra participación en este tipo de pactos es mínima y la enorme mayoría de nuestras exportaciones ingresa en mercados con los que no se han celebrado preferencias (lo que pone en una peor situación competitiva a nuestra oferta), mientras -consecuentemente- las importaciones en nuestro mercado están muy obstaculizadas por elevados promedios arancelarios y numerosas normas no arancelarias (lo que reduce el dinamismo tecnológico en nuestro mercado).
Así, como una asignatura complementaria en los vigentes grandes propósitos transformadores, la Argentina debería recuperar terreno en materia de acuerdos bilaterales o regionales externos para mejorar nuestra competitividad sistémica e integral.
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