Cinco pasos para facturar desde la Argentina a cualquier parte del mundo
En los últimos años, con una liquidación de US$6500 millones en promedio, la economía del conocimiento se ganó un lugar en el podio de los complejos exportadores eficientes, pero hoy pide un dólar “tecno”; hay acuerdos para evitar la doble tributación con Alemania, Francia, Australia, Italia, Austria, Japón, Bélgica, Bolivia, México, Brasil y Chile
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El crecimiento de la actividad fue impulsado en las últimas décadas por proyectos como la “ley del software”, de 2004, que creó un régimen de promoción que fue actualizado hasta convertirse en la ley de economía del conocimiento vigente. Sin embargo, problemas estructurales como la restricción al acceso de dólares actúa como una barrera interna para el desarrollo del sector.
“Cuando se habla del tercer sector exportador de la Argentina y de US$6400 millones el año pasado, estamos hablando de la totalidad de la Economía del Conocimiento”, describe Luis Galeazzi, director de Argencon, que nuclea a empresas del sector. De ese total, el 30% es el que corresponde a la industria del software y el 60% a servicios profesionales exportables; además se contabilizan tanto la actividad de grandes empresas y productoras de contenido de distinta índole como el de emprendedores y trabajadores particulares.
En los últimos 15 años, el mayor crecimiento de este sector se dio en lo que son servicios de telecomunicaciones, informática y de información. Las ventas al mundo de estos servicios se duplicaron al pasar de US$1104 millones en 2008 a U$S2366 millones en 2021, según datos de la Agencia Argentina de Inversión y Comercio (Aaici).
Existen Convenios con distintos países para evitar la doble tributación internacional
En lo que respecta al sector de Software, el Observatorio Permanente de la Industria del Software y Servicios Informativos de la Argentina (Opssi) reporta que en 2019 existían unas 5300 empresas de software registradas a las que se sumaron a lo largo de 2021, más de 130 mil según datos de del Ministerio de Trabajo, lo que representa 40 mil empleos más que en los 6 años anteriores.
Las ventas al exterior tienen como destino, principalmente, Estados Unidos, Brasil, Chile, Reino Unido e Irlanda, aunque, en el detalle se encuentran destino de los más exóticos.
Inserción inteligente
La inserción en el exterior, ante todo, “no es una tarea sencilla” coinciden los promotores de distintas agencias del país y los especialistas en comercio internacional, sin embargo, la dinámica que le imprime el acceso a internet o el dominio de idiomas pueden ser claves para hacer el camino menos sinuoso.
Por la brecha cambiaria se calcula una pérdida de cerca de US$2300 millones, que circulan de manera informal
En una conferencia reciente en el marco del programa Desafío Exportador de la Aaici, Mariano Mastrangelo, coordinador técnico, brindó un asesoramiento completo para los que buscan dar los primeros pasos en el exterior. Se pueden sintetizar de la siguiente manera.
1- Compromiso: la decisión de estar dispuestos a competir en un nivel exigente, “aprovechando la estructura económica actual que se presenta como una oportunidad por el diferencial de precios”, señaló el especialista. Como no puede faltar, recomendó evaluar fortalezas, oportunidades, debilidades, amenazas, para luego avanzar en un escaneo del mercado interno y su estructura. Esto es, básicamente, conocer la competencia, las bandas de precios, las formas de promoción.
2- Definir el o los destinos: Mastrangelo marcó que se debe evaluar el flujo de comercio y cómo se tributa, si existen o no acuerdos en términos impositivos. Los sitios Trademap.org y Aladi.org pueden ser de gran utilidad ya que concentran información estadística sobre negocios internacionales. Además, se recomienda tener en cuenta los lazos culturales; el idioma, la proximidad geográfica y el huso horario que pueden servir como puente para entablar una relación comercial en el exterior. “En principio, se recomienda apuntar a mercados de exigencia comercial baja”, aclaró.
Para este paso, destacó que existen Convenios con distintos países para evitar la doble tributación internacional, entre ellos, Alemania, Francia, Australia, Italia, Austria, Japón, Bélgica, Bolivia, México, Brasil y Chile.
3- El mercado: básicamente, se trata de investigar cómo se mueve la mezcla comercial: qué servicios se venden, cuáles son sus características, cómo funcionan los canales de compra, las formas de promoción y cuáles son los niveles de precios. En este punto marcó que “muchas veces se miden los niveles de salario para comprar con los locales”.
4- Elaborar el plan de exportación: allí se define servicio, precio, cliente –con nombre y apellido- y con qué promoción. Esto incluye un exhaustivo cálculo de precio “aterrizado”, una medición que incluye todos los costos hasta que la propuesta llega al cliente.
5- Puesta en marcha de actividades de promoción internacional: si se trata de servicios, Mastrangelo pone el foco en las adecuaciones de marcas y demás definiciones como “factor de éxito comercial”. En el caso de bienes, una de las claves donde fijar la atención, es la elección del canal de distribución. Definir si se realizará una venta directa o a través de terceros que puede ser un consumidor final, competidor, importador, representante, franquiciado u otra figura.
Antes de cruzar las fronteras, que hoy puede significar tan sólo hacer un click, se indica elaborar el precio de exportación, la política de precios y la forma de pago o financiación. También es recomendable tentar con promociones que pueden canalizarse de forma directa al importador; con la participación a través de ferias internacionales; misiones comerciales; eventos temáticos o simplemente a través de una web propia que contenga información clara y completa.
En este punto, donde la promoción internacional es clave, la Argentina, a través de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional (Aaici) articula acciones con agencias de todo el país para llevar empresas locales a las ferias internacionales. En lo que va del año, ya se concretaron 10 ferias internacionales vinculadas al sector del conocimiento y quedan por delante otras 15 que incluyen rondas de negocios.
“Para cuando termine 2022, la Aaici va a haber acompañado a más de 150 empresas a ferias en países como Estados Unidos, Alemania, Brasil, España y México, entre otros”, indicaron desde la oficina que funciona en la Cancillería y destacaron la participación en eventos, no sólo para consiguen clientes, sino también para recibir información sobre financiamiento y palpar las necesidades del mercado.
Más que “freelancers”
“Somos inquietos los tres y nos seducen los desafíos. Estábamos seguros de que no queríamos ser solamente freelancers trabajando para el exterior”, cuenta Analía De Paoli que fundó junto a Fernando Colli y Florencia Lafuente Smartcloud BPO. “Nuestra idea desde el primer momento fue constituirnos como una empresa prestadora de servicios que garantice un respaldo al cliente; una vez que tuvimos un nombre, estructura jurídica y la marca registrada, comenzamos a crear nuestro perfil en diferentes plataformas”, recuerda De Paoli.
Las personas que exportan servicios podrán disponer de hasta US$12.000 anuales en cuentas en entidades financieras locales sin requisito de liquidación en pesos.
Durante ese proceso, dieron con una red que conecta empresas de toda América que organizaba una feria en Buenos Aires. Se trata de Connect Americas, la primera red social empresarial de América latina y el Caribe Creada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con el apoyo de Google, SeaLand, DHL, Mastercard, y Facebook.
“Esa feria nos sirvió muchísimo para introducirnos en el ambiente, ver qué requerían los clientes y saber qué necesitábamos para ser competitivos”, asegura y destaca que de allí salieron varias reuniones y el primer cliente. “De a poco nuestras ideas comenzaban a volverse realidad; a 3 años de todo esto, podemos decir que esa fue nuestra puerta de entrada al negocio de la exportación”.
En un breve tiempo, los objetivos se ampliaron y en esa búsqueda llegaron con su marca a Singapur y Vietnam. Además, luego de atravesar la pandemia, participaron en una feria en Miami donde pudieron comprobar que “los negocios siguen requiriendo de un contacto personal. Este viaje nos permitió conocer la vanguardia de la tercerización”, sostuvo.
Actualmente, la pyme de La Pampa, cuenta con dos unidades de negocios. “Las necesidades a satisfacer y hasta las herramientas de comunicación, que requieren los clientes del exterior, son totalmente diferentes a la de aquellos ubicados en el país”, destacó De Paoli y explicó que sólo presta servicios administrativos y contables al exterior, mientras que a través de Asesoría Integral brinda servicios exclusivamente en la Argentina.
“En ambas –agregó-, nos diferenciamos por la atención personalizada, el conocimiento integral del negocio de nuestro cliente al punto de constituirnos como un socio estratégico, inmersos en sus procesos administrativos, los que buscamos mejorar y aportamos siempre diferentes soluciones a los desafíos que se les presentan”.
Matriz exportadora
Desde InvestBA, la agencia de promoción porteña, señalan que la matriz exportadora de la Ciudad está compuesta por un 95,6% de servicios y el 4,4% restante de bienes del sector farmacéutico y productos de alto valor agregado como instrumentos musicales, manufacturas de cuero y alimentos libres de gluten entre los más representativos.
Al mismo tiempo, destacan que el sector informático (que representa el 42% de lo exportado por sectores estratégicos) cerró 2021 con un record de US$2020 millones, con crecimiento interanual de 24% y un impactante 52,7% si se lo compara con 2019.
Las exportaciones de sectores estratégicos está compuesta por: 42% Informática, 16,5% Turismo, 15,8% Servicios empresariales, 12,6% Servicios de almacenamiento y transporte, 11% Industrias creativas, 1,2% Servicios financieros, 1,1% Salud, 0,1% Educación. “En los 8 años de experiencia en la Argentina notamos que el país cuenta con capital humano muy valioso y superior al de países de la región”, señaló Rafael Valera Global Chief Commercial & Operating Officer de Wenance, una fintech que opera desde Argentina en España, Uruguay, México y Perú.
Dólar tecno
El posicionamiento del país en el exterior, en términos de la economía del conocimiento, es muy bueno. Los profesionales son reconocidos por su alta oferta de valor. “Tenemos un crédito muy grande por la calidad del trabajo que entregamos”, dijo Galeazzi. Sin embargo, por la brecha cambiaria se calcula una pérdida de cerca de US$2300 millones, que circulan de manera informal.
Ante estos reclamos el Banco Central (BCRA) creó un régimen de disponibilidad de divisas para exportadores de servicios. Así, las personas que exportan servicios podrán disponer de hasta US$12.000 anuales en cuentas en entidades financieras locales sin requisito de liquidación en pesos.
Aunque el beneficio se extiende a las empresas, que tendrán disponibilidad de divisas para el pago salarial por un porcentaje del incremento de las ventas externas que realicen este año respecto de 2021, desde el sector plantean que es insuficiente y esperan que el Gobierno avance en el “dólar tecno”.
En ese sentido, Galeazzi destacó que “con brecha cambiaria arriba del 100% como estamos sufriendo hoy en día, la percepción del valor es muy baja, es decir las empresas no ingresan los dólares a valor real, sino al del cambio oficial, y eso obviamente es una afectación muy grande, por lo tanto, tenemos un problema serio e inmediato, que es el de la brecha cambiaria”.
Asimismo, aseguró que el sector “no se requiere promociones en particular, se requiere básicamente que el valor generado sea capturado por las empresas y se transforme en salarios para los mercados. En la medida que ese mercado pueda funcionar libremente, se simplifica todo, por lo tanto, la promoción necesaria es la igualación de la condición de competitividad respecto a otros países”.
Cómo facturar
Para poder facturar, los exportadores de servicios deben tener Cuit y Clave Fiscal, inscribirse en el régimen simplificado para pequeños contribuyentes (Monotributo) y emitir la factura electrónica tipo “E” (no puede ser tipo “C”, que es la que utilizan para facturar por los servicios que prestan dentro del país).
Al momento del cobro, el BCRA obliga a ingresar la moneda extranjera (dólares) provenientes de la prestación de servicios en el exterior a través del Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) lo que lleva a obtener una suma en pesos bastante menor a la que se obtendría si se cambiase en el mercado paralelo o financiero.
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